Así es Gdansk: de Solidaridad a los premios Princesa de Asturias
La ciudad polaca de Gdansk, una perla del Báltico, ha recibido en Oviedo el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019
Gdansk es conocida en el mundo por ser la histórica ciudad de Walesa y del Sindicato Solidaridad, pero fue también un punto clave en el inicio de la II Guerra Mundial , a las cuatro de la madrugada del 1 de septiembre de 1939. Tras ser devastada por alemanes y rusos en el crudo conflicto bélico, la capital de Pomerania resplandece hoy con su belleza arquitectónica y sus nuevas atracciones turísticas junto al Báltico.
Paseo por la ciudad clásica. No hay más que darse un paseo por la ciudad vieja y, sobre todo, por la Vía Real de la antigua Danzig prusiana para disfrutar de un delicioso camino real, flanqueado por las prósperas casas de los mercaderes y presidido por su imponente Ayuntamiento y la fuente de Neptuno, situada delante de la imponente Casa de Artus, que erigió en 1350 la cofradía de San Jorge y acogía a los gremios locales. El lugar, seña de identidad de Gdansk, está repleto de terrazas, cafés, museos e históricos edificios de los ricos alemanes. La calle más bonita y comercial es Mariacka, situada junto a la Iglesia de Santa María, que guarda en su interior un bellísimo reloj astronómico, y destaca por sus viejas escalinatas que dan acceso a las viviendas y pequeñas tiendas. La callejuela, reconocible también por sus gárgolas de dragones, fue reconstruida piedra a piedra como todo el casco antiguo y con tanto acierto como el de la capital, Varsovia, aunque no recibiera finalmente el premio de la Unesco.
En torno a los muelles. En Gdansk es también es interesante recorrer las dos puertas históricas de la vieja ciudad, Oro y Verde, y acceder a los muelles. El más antiguo mantiene la grúa medieval de madera mejor conservada de toda Europa pues era capaz de levantar barcos de hasta 4 toneladas que eran reparados a más de 20 metros de altura. Los muelles más modernos se encuentran más cerca de la desembocadura del Vístula, el río que recorre casi todo el país a lo largo de más de mil kilómetros, y fueron testigos, con el sindicato Solidaridad a la cabeza, del cambio de la fisonomía política de la Europa del Este en el último tercio del siglo XX. Los astilleros que llevaban el nombre de Lenin, escenario de la gran victoria de la huelga en Polonia y de la posterior caída del bloque soviético, han perdido casi toda su actividad, incluso en sus antiguos solares ya hay lugares destinados a la cultura que sirven para exposiciones y eventos musicales, pero la zona desprende todavía una atmósfera nostálgica que se puede entender con más profundidad si se visita el Monumento en recuerdo de los trabajadores caídos de los Astilleros en 1970 con su forma de tres cruces con anclas, a 42 metros de altura.
La capital mundial del ámbar. El ámbar, llamado también antiguamente «jantar» o «el oro del norte», es la resina fósil de las coníferas con más de 40-60 millones de años y desapareció entre los sedimentos arenosos de los lechos de algunos ríos y del mar. Hoy, más de 2.000 empresas de Gdansk y sus alrededores venden joyería de ámbar al mundo, pero es en esta ciudad donde puedes visitar un museo dedicado exclusivamente a esta joya que también ha tenido un uso medicinal durante la historia. Recorriendo este espacio sabrás cómo el ámbar puede registrar más de 240 colores diferentes y podrás descubrir cómo son las piezas auténticas. Un consejo: el ámbar bueno siempre flota en el agua salada.
Homenaje a Solidaridad. El Centro Europeo de Solidaridad es otra exitosa propuesta turística de la ciudad ya que permite adentrarse en la historia de la libertad polaca y el movimiento «Solidaridad» que capitaneó un electricista llamado Lech Walesa, quien acabó ocupando el puesto de primer ministro del país. Sobre una superficie de 3.000 metros cuadrados, este museo temático alberga fotos, videos, recuerdos emotivos, grabaciones en audio, documentos de archivo, mapas, manuscritos, publicaciones y objetos de arte en torno al célebre sindicato. El edificio, un impresionante bloque oxidado que se asemeja al casco de un barco, fue inaugurado el 31 de agosto de 2014 y el Consejo de Europa le concedió el premio al mejor museo del continente en 2016.
El Museo de la II Guerra Mundial. La nueva atracción de la capital de Pomerania, inaugurada en marzo de 2017, ocupa 5.000 metros cuadrados y contiene 200 exposiciones y cerca de 250 instalaciones multimedia que relatan el papel de los distintos países durante el conflicto bélico. El museo, que costó más de 100 millones de euros, incluye tres carros de combate (estadounidense, soviético y nazi), recuerdos de familias que sufrieron la guerra, armamento, uniformes y representaciones de la vida cotidiana de quienes vivieron el conflicto y la ocupación, con recreaciones de viviendas y espacios urbanos. Se halla en Westerplatte, el antiguo depósito militar polaco, junto al río Motlawa, muy cerca de donde se inició la II Guerra Mundial (www.muzeum1939.pl).
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