En esta región pegada a Cáceres late el corazón histórico de Portugal
Junto al Tajo y la frontera española se encuentra Beira Baixa, una de las regiones lusas de sabor más auténtico

Para los portugueses, la región de Beira Baixa es el corazón histórico de su nación, algo así como la Castilla de Portugal. Un territorio no muy poblado y sin grandes ciudades, pero que une naturaleza, historia, tradición y gastronomía de forma muy atractiva.
Como sucede en otras regiones de Portugal, el río Tajo tiene un enorme protagonismo en la Beira Baixa, que comparte con la vecina Cáceres el Parque Natural del Tajo Internacional , declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Un paisaje escarpado, de encinas y alcornoques, con parajes tan espectaculares como las Portas do Ródão , un estrechamiento del río producido por las sierras que caen a pico sobre el agua en ambas orillas. Se pueden realizar visitas en barco para verlas desde el río, o se pueden contemplar desde miradores como el del Castillo del Rey Wamba , una atalaya del siglo XII que se dice construida sobre una fortaleza de ese rey visigodo (quien, según la leyenda local, se suicidó tirándose de sus muros). Y en las márgenes del Tajo se encuentra también arte rupestre , imágenes grabadas sobre las rocas en el Peleolítico y el Calcolítico. Muchas de ellas han quedado sumergidas al construirse presas en el río, pero otras se conservan en museos como el CIART de Vila Velha de Ródão.
Los del Tajo no son los únicos parajes naturales interesantes de la Beira Baixa. La región la recorren otros cinco ríos y tres sierras y en ella hay dos áreas protegidas más (Malcata y Gardunha) . Eso la hace un lugar ideal para actividades como el senderismo, el piragüismo o la escalada, además de para observar aves.
Y entre tanta naturaleza también hay ciudades y pueblos que merecen la visita. La localidad más importante de la Beira Baixa es Castelo Branco , que creció en el siglo XIII en torno a un castillo templario. Del castillo quedan muy pocos restos originales (la reconstrucción actual es de los años 40), pero en el resto del casco antiguo de la ciudad sí pueden verse casas antiguas -incluso del siglo XVI- con dinteles decorados, o un campanario del siglo XV convertido ahora en torre del reloj. Quizá el lugar sea más representativo del Castelo Branco sea la Plaza de Camões (o Plaza Vieja), a la que dan la antigua residencia del obispo (s. XIII, contiene un arco de la antigua muralla), el granero de la Orden de Cristo (s. XVI, ahora un restaurante), una casa señorial del siglo XIX convertida en archivo comarcal y el antiguo ayuntamiento (s. XVI). Este último edificio es actualmente el Centro de Interpretación del Bordado -una de las grandes tradiciones de la ciudad- y en él se puede ver trabajar a las seis bordadoras oficiales que mantienen viva esta tradición. En Castelo Branco también merece la pena visitar el Museo Cargaleiro (con obra de ese artista natural de la localidad, cerámica portuguesa y pintura del siglo XX) y los jardines del antiguo palacio episcopal.
También hay lugares de interés muy variados en el resto de pueblos de la región. En Oleiros , por ejemplo, encontramos desde una iglesia matriz del siglo XVI muy decorada en su interior con azulejos, hasta un centro de yoga (Vale de Moses) considerado uno de los mejores de Europa.