Las aldeas de Portugal donde puedes ver la eclosión de los almendros en flor

Naturaleza, cultura y gastronomía van de la mano en la primera edición del Festival de los Almendros en Flor

El 1 y 2 de febrero una ruta de 11 kilómetros enseñará al visitante la eclosión de la naturaleza Turismo Do Algalve

Francisco Chacón

El autor británico Chris Stewart se rinde ante «Los almendros en flor» (editorial Salamandra) en un libro significativo de su reinvención al calor del sur. Y ahora el Algarve consagra todo un festival al mismo «leitmotiv»…, a escasos 20 kilómetros de la frontera con Huelva , muy cerca de Ayamonte y Lepe. A buen seguro, muchos serán los españoles que caigan en el mismo embrujo que el escritor y crucen a Portugal para asistir a la singular convocatoria de Alta Mora , pedanía de Castro Marim, uno de esos pueblecitos a mayor gloria de la blancura de sus casas. La villa es un fiel reflejo luso de la solana andaluza en esa tierra que empapa la obra de Lídia Jorge, destacada escritora algarvia capaz de provocar fascinación con «Estuario», «El fugitivo que dibujaba pájaros» y otras personalísimas novelas.

Naturaleza, cultura y gastronomía van de la mano en esta primera edición del Festival de los Almendros en Flor . La Asociación Recreativa, Cultural y Deportiva de los Amigos de Alta Mora, que todos los años organiza paseos para disfrutar del espectáculo, da un paso más en 2020 y se apoya en el programa denominado «365 Algarve» para dar brillo a una iniciativa que persigue «lanzarse como referencia turística en época baja». De este modo, durante los próximos días 1 y 2 de febrero se recorrerá un sendero circular de 11 kilómetros para dejarse llevar por esta eclosión de la naturaleza a lo largo de una sucesión de aldeas: Alta Mora, Soalheira, Caldeirão, Pernadeira, Funchosa de Baixo y de Cima. La llamada de las raíces se conjuga con la transformación de color que sobrevuela el Algarve a esta altura del año, pues el verde y el castaño dan paso a la explosión blanca, como si de un gigantesco cuadro impresionista se tratara.

Los productos de la zona se erigen en coprotagonistas durante este periodo de floración , que va desde finales de enero hasta marzo. Como el queso de cabra, que invade los alrededores y sus degustadores pueden llevarse a casa unos buenos ejemplares en esos mercados rurales donde resulta difícil decidirse entre delicia y delicia. Además, el programa del certamen en Castro Marim obsequia a los asistentes con una torta gigante de almendra el sábado 1 de febrero a las 14.00 h. También habrá juegos tradicionales, obras de teatro, fados y conciertos de folk...

Portugal sureño

Pero el Portugal sureño nos invita a ampliar horizontes y, desde la atalaya que nos ofrece el castillo de Castro Marim , se abre todo un abanico de propuestas, comenzando por sus marismas y la primera ciudad nada más cruzar la «raya»: Vila Real de Santo Antonio. Siguen Cacela y su fortaleza, Conceiçao y Tavira. En el centro histórico de ésta última dos direcciones clave: La Pousada Convento da Graça , para pernoctar y, para repostar, la tienda de productos gourmet Ex Libris, ambos cerca del puente romano que pasa sobre el río Gilão.

Entorno mágico de Benagil

Después, Luz y Olhao anteceden a Faro , la capital de una región que ha ido ganando peso en la Guía Michelin, como testimonian varios enclaves en Quinta do Lago y Vale do Lobo, en Almancil : Sao Gabriel, Gusto by Heinz Beck... Amén del bacalao, sus menús no olvidan las almendras como ingrediente de algunos de sus platos. Así, figura en la base de la «azevia», una riquísima empanadilla dulce que contiene igualmente calabaza y batata. Y tampoco podemos olvidar el «morgadinho», una exquisita mezcla de almendra y cabello de ángel; ni el «queijinho de figo», donde brillan los higos en una combinación irrechazable. Un buen licor para acompañar es la «amarginha», cuyo nombre hace referencia a las almendras amargas, pues no sólo las dulces abundan en el Algarve.

Almancil ofrece, además, una inmersión en iglesias cubiertas por el tradicional azulejo en su interior, una opción estética que no alberga ninguna otra parte de Europa (en Oporto sólo están en la fachada o en los laterales). Apenas 13 kilómetros separan Almancil de Faro, donde la Taberna Modesto reúne lo más típico de la gastronomía de la zona.

Aunque no estamos en la temporada de baños, acercarse a los espectaculares acantilados y playas del Algarve aparece como una sugerencia casi ineludible. Después de pasar Armaçao de Pera (en la cima de su acantilado se enclava el Hotel Pestana Viking), llegar hasta Benagil supone zambullirse en un entorno mágico bajo el paraguas de su increíble cueva.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación