TURISMO RURAL
Zamora, Patrimonio con mayúsculas
La provincia ofrece escapadas tentadoras durante todo el año para conocer su naturaleza, el arte o sus vinos
Zamora reúne un legado de bienes que ha sabido preservar a lo largo del tiempo, tanto desde la cultura y la tradición como desde la historia o el arte, o desde el paisaje y la gastronomía. Por eso es por lo que bien se podrían definir sus valores como un «Patrimonio» con mayúsculas .
Entre sus singularidades destaca en otoño la riqueza micológica y fuera de esta época del año, uno de los mayores atractivos es la observación de fauna, disfrutando de los ciervos y corzos concentrados en la Sierra de la Culebra, de los ejemplares avistables en el Centro del Lobo en Robledo de Sanabria o de los millares de ánsares que hibernan en las Lagunas de Villafáfila .
A estos rincones se suman espectaculares espacios naturales como el Parque Natural del Lago de Sanabria y sus alrededores, donde se pueden practicar rutas de senderismo; o los Arribes del Duero , con su sorprendente cañón excavado por el río con paredes verticales que pueden llegar a superar en algunos puntos los 200 metros.
Mascaradas en invierno
En el plano de la tradición, Zamora es en invierno tierra de mascaradas , unas costumbres ancestrales que se conservan en cerca de una veintena de localidades de la provincia y que muestran durante los meses de diciembre y de enero unas celebraciones cuyas simbologías carnavalescas invitan a los visitantes a un viaje por la olvidada historia festiva de la Península.
No podía faltar el patrimonio gastronómico, que cuenta en esta provincia con una marca propia: Alimentos de Zamora , que ampara a cuatro denominaciones de origen de vino, una de queso, tres de carne y dos de legumbres. Estos y otros productos autóctonos se pueden degustar en sus restaurantes, en la oferta de tapas de los bares y en rutas enológicas por las bodegas de Toro.
Finalmente, Zamora conserva un rico patrimonio artístico y etnográfico que abarca desde la capital , ciudad que agrupa a una veintena de templos románicos, así como varias localidades declaradas conjunto artísticos como Toro, Puebla de Sanabria, Fermoselle o Villardeciervos y otros pueblos que destacan por su arquitectura tradicional.
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