El tesoro desconocido de Granada que también elogia la Unesco

El geoparque de Granada, incluido por la Unesco en su red mundial, es un paisaje tan árido como fascinante situado a 40 km de la ciudad de la Alhambra

Globos aerostáticos sobrevuelan el geoparque de Granada

Mar Ramírez

Antes conocidas como las hoyas de Guadix y Baza , es territorio realmente desconocido aunque se encuentre apenas a 40 km al norte de Granada . Un paisaje tan árido como fascinante que ha conservado intacta la historia de lo que ocurrió en nuestro planeta durante los últimos cinco millones de años.

De aspecto reseco de tierras baldías, repartidas entre profundos barrancos erosionados por agua y viento , abarca un extenso territorio de 47 municipios granadinos. No envidia a las badlands o región desértica australiana, ni tampoco al valle de la Muerte californiano. Y más ahora que, por su carácter extraordinario se ha incorporado a las joyas de la geología al ser admitido en la red mundial de geoparques de la Unesco .

La llegada de esta denominación no solo resalta el valor de lo que pisamos, pues contiene huellas fósiles de los grandes mamíferos que, hace 2,5 millones de años, coexistieron con los primeros europeos, sino que su despertar turístico es una señal emergente de lucha contra la despoblación que atenaza a las tres comarcas -Baza, Guadix y Montes- que abarcan sus 4.722 km2.

Un turismo cada vez más atento a las experiencias en paisajes únicos ha encontrado el lugar perfecto en una arcaica depresión donde los ríos no hallaban salida al mar. Lagos y numerosos cursos fluviales discurriendo por su geografía fueron dejando sus sedimentos pausadamente durante millones de años. El resultado es un libro abierto del Cuaternario , el último y más reciente período geológico, en el que apareció no solo el homo sapiens sino que los continentes se movieron hasta la posición actual, triunfaron aves y mamíferos y la flora evolucionó hasta las especies que hoy disfrutamos.

El nuevo geoparque español, y la mejor representación de las tierras baldías europeas, ocupa la mitad norte de la provincia granadina. Para hacernos una idea de su excepcional geología conviene asomarse al valle del río Guardal y descubrir el cañón que, en las inmediaciones de Duda, ha hecho de la roca caliza un espectáculo natural de vértigo.

Mirador del fin del mundo, en el geoparque de Granada

Huellas de millones de años

No menos cautivadoras son las huellas que los primeros grandes mamíferos europeos dejaron impresas en el yacimiento paleontológico de Fonelas , junto a las de fauna africana. Un antiguo meandro aislado del curso fluvial convertido en un tranquilo lago al que acudían carnívoros similares a las hienas, lobos y los primeros linces ibéricos junto a grandes tortugas terrestres y herbívoros como gacelas, caballos, las primeras cabras montesas del mundo y mamuts venidos desde Asia.

Son muchos los miradores a las innumerables cárcavas como la infinidad que rodean el pueblo de Gorafe en un panorama abrumador desde el mirador de Don Diego. Junto al pueblo de Marchal, las barrancas creadas por el río Alhama , parecen deshacerse como el barro bajo la lluvia. Mientras que el color rojo hace tan característico el paisaje de la Rambla del Moral , junto a la presa del Negratín. Rocas rojizas depositadas en un somero lecho marino que se divisan a la perfección desde el mirador del embalse Negratín. La foto de unas badlands perfectas, con sus infinitos surcos erosionados y sin apenas vegetación, son la postal típica que se obtiene entre Castilléjar y Galera , pueblos de la comarca de Huéscar.

El geoparque -el número 15 de los españoles- también ofrece experiencias inmersivas que dejarán huella viajera inolvidable como los baños de Alicún de las Torres , cuyas aguas termales, que se encuentran a 56 grados en las profundidades, manan a 35 grados ofreciendo un placentero relax en el camino.

Barrio de las cuevas, en Guadix

No menos original es dormir en una casa cueva de las que antiguamente horadaban los barrancos alrededor de Guadix, Galera y Baza aprovechando la plasticidad del terreno para ser excavado. Algunas convertidas en encantadores alojamientos rurales mantienen, gracias a las rocas sedimentarias, una agradable temperatura que no supera los 22 grados, ideal para un restaurador descanso al abrigo del geoparque.

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