Formentera: ¡Bienvenidos al paraíso mediterráneo!
Algunas de las playas más bonitas del mundo en una isla de belleza salvaje y serena
![Playa de Ses Illetes, siempre en el top mundial](https://s3.abcstatics.com/media/viajar/2021/05/18/PlayaSesIlletes-kbzG--1248x698@abc.jpg)
La isla balear es un oasis de paz y bienestar mecido en las tranquilas aguas del Mare Nostrum. Un paraíso natural que invita a relajados paseos a pie o en bicicleta por su centenar de kilómetros de rutas verdes, a escuchar la celestial sinfonía de los pájaros o a sumergirse en sus cristalinas aguas, con una transparencia única que le otorga la posidonia oceánica, su tesoro submarino. Y con un clima privilegiado que invita a disfrutarla todo el año.
Salvaje, tranquila y de serena belleza; así es Formentera . Una experiencia ‘slow’ que comienza en el mismo momento de subir al ferry -único modo de acceder a la isla- y empezar a olvidarse de las prisas y el estrés. Sus escasos 20 kilómetros de oeste a este -de La Savina a El Pilar de la Mola- la convierten en muy asequible tanto a pie como pedaleando. Y la mejor manera de descubrir su interior es a través de sus 130 kilómetros de rutas verdes distribuidas en 32 itinearios. Otra senda muy especial, para practicar el ‘birding’, es el Camí des Brolls : una ruta ornitológica de 4,3 km que recorre el perímetro del Estany Pudent, en el Parc Natural de Ses Salines . Allí, ocho paneles informan sobre el valor natural del área y las más de 200 especies de aves migratorias censadas; y una pantalla de observación permite admirar muchas de ellas.
Los más activos pueden dar rienda suelta a sus inquietudes deportivo-terrestres con la Ruta Running , señalizada desde la zona de Levante y rodeando el Estany Pudent. Y los amantes de la cultura hallarán en las rutas patrimoniales la manera de descubrir y admirar 14 interesantes elementos de esta isla, de apenas 84 km2; como el sepulcro megalítico de Ca Na Costa , el yacimiento arqueológico más antiguo de las Islas Baleares, del año 2.000 a.C.
La isla consta de seis pueblos. La Savina , al noroeste, es el único acceso a la menor de las Pitiusas, y por vía marítima. Es Pujols , en la costa norte, destaca por albergar la mayor oferta de hoteles y de ocio nocturno. Es Caló , en la costa de tramuntana, llama la atención por sus vetustos varaderos que recuerdan su esencia de poblado de pescadores. El Pilar de la Mola -al este, en la zona más elevada de la isla- es pura bohemia; y su mercado artesanal (los miércoles y domingos tarde, de mayo a octubre), con musica en vivo, cautiva al visitante. En la zona interior, Sant Ferran es un cruce de caminos que en los años setenta dio cobijo a bohemios y hippies. Y, por último, Sant Francesc , la capital insular, enamora por su conjunto histórico, en el que destacan su iglesia (con apariencia de fortaleza), el Fossar Vell y la Capilla de sa Tanca Vella.
![El faro de Cap de Barbaria, un símbolo reconocible al sur de Formentera](https://s1.abcstatics.com/media/viajar/2021/05/18/FarodeBarbaria-kbzG--510x349@abc.jpg)
Entre playas y calas
Formentera está protegida por cinco torres de defensa : Punta Prima (al norte, junto a Es Pujols), Garroveret (al sur, junto al cabo de Barbaria), Sa Gavina (al oeste, cerca de Cala Saona), Pi des Català (al sur, en la playa de Migjorn) y Sa Guardiola (en el islote de Espalmador). Pero lo que más atrae al visitante son sus playas y calas. Las hay para todos los gustos en sus 69 km de litoral. Destaca Ses Illetes , al noroeste, siempre en el top mundial. Paralela a ella, Llevant, mirando al este. Al norte, las playas de Es Pujols (primera playa sin humos) y Ses Canyes tienen continuidad con Sa Roqueta. Al sur, la más larga, Migjorn, 5 km de playas paradisíacas. Y en la zona litoral de tramuntana, Ses Platgetes, amparadas por Es Caló.
Otros de los espectáculos naturales son sus amaneceres y atardeceres de ensueño . Madrugar en la pequeña Pitiusa tiene premio: ver cómo el sol irrumpe desde el horizonte mediterráneo en el faro de la Mola, al extremo más oriental. Es la zona más elevada de la isla... aunque apenas sean 192 metros sobre el nivel del mar. Un lugar que inspiró una de las novelas de Julio Verne, ‘Hector Servadac’ (1877). Para enamorarnos con los románticos atardeceres deberemos desplazarnos al otro lado de la isla, al oeste. Tanto cala Saona como, sobre todo, el Cap de Barbaria, con sus vertiginosos acantilados, son lugares ideales para despedir el día
Y como guinda gastronómica, degustar su cocina tradicional con platos como el frit de polp, sofrit de pagès, calamars a la bruta, bullit de peix, peix sec... y los vinos de sus dos bodegas: Cap de Barbaria y Terramoll. La guía Formentera Slow Food permite al visitante localizar sus productos de proximidad. Todo muy natural, como la propia isla. Y para saborearlo tranquilamente. ¡Formentera, take it easy!
Más información: www.formentera.es