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Cinco formas de enamorarse de Andalucía
En la playa o en sus paraísos de interior: propuestas para conocer la belleza del sur
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800 kilómetros de playas
Andalucía es una región que se ha forjado al amparo de dos grandes mares . El Mediterráneo, que baña la costa desde Almería hasta el Estrecho, y el Océano Atlántico, que riega las finas arenas que se extienden desde la Bahía de Cádiz hasta la frontera con Portugal. Dos mares que han impreso en la región, con más de 800 kilómetros de playas, un carácter abierto y aventurero, no en vano fue desde Palos desde donde partió Colón.
Sus playas son una mezcla de tipologías y formas de disfrutar. Desde la arena «agravillada» de algunas costas de Almería hasta las eternas dunas de Bolonia en Cádiz o los kilómetros de arena fina de las playas onubenses. Una gran variedad y dimensión que está plagada de servicios para el disfrute del visitante. Los puertos deportivos, la vida en los paseos marítimos o la posibilidad de desarrollar numerosas actividades deportivas son otros de los atractivos que ofrece el litoral.
Unas playas que son algo más que una oferta de sol playa y que aúnan las vacaciones más lujosas con las más modestas. Andalucía cuenta con una red de campings y hoteles de media gama para la gran mayoría de los visitantes, pero también dispone de zonas, como Marbella o Sotogrande, donde las urbanizaciones de lujo y los grandes hoteles están dispuestos para los bolsillos más exclusivos.
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Patrimonio natural
Andalucía está llena de pequeños paraísos naturales que albergan sorpresas ocultas. Desde Cabo de Gata , donde el reloj se para a mostrar la belleza natural más extensa, tanto desde las rocas como bajo el mar que las cubre, hasta Doñana , donde las marismas aportan atardeceres únicos. Suele pensarse en la región como un seguro de sol y playa. Pero Andalucía es mucho más y no debe desdeñarse su riquísimo interior. No sólo en invierno, exuberante y acogedor, pues el turista que quiera huir de las aglomeraciones del litoral también tiene en Sierra Morena o Cazorla , donde se abre el segundo parque natural más importante de toda Europa, destinos para descubrir los secretos de un medio único. El patrimonio natural es extenso y variado, e incluso el desierto de Tabernas en Almería se ha destapado en los últimos años como un lugar de peregrinaje al volver el cine a usarlo como escenario de algunas de las más importantes producciones. Un medio natural tan rico que hace que el 18 por ciento del territorio de Andalucía esté protegido.
No es una cuestión de presunción administrativa. En el territorio andaluz se concentran las poblaciones mejor conservadas -y en algunos casos las últimas- de especies tan representativas de la fauna mediterránea como el lince ibérico , el águila imperial ibérica, el buitre negro, la espátula, el flamenco rosa o el camaleón. Más de un centenar de especies de aves acuáticas invernan en la región. El Estrecho de Gibraltar es el principal paso de las rutas migratorias que unen Escandinavia y África por el occidente europeo: a finales del verano, decenas de miles de aves se concentran en sus playas aguardando las condiciones propicias para dar el salto al continente africano.
Pero no será un extraño el visitante en el medio natural andaluz, por muy cosmopolita que sea su procedencia. Existen innumerables atractivos de ocio y deporte a los que acudir cuando se visita estos enclaves. Desde el submarinismo, que en el Cabo de Gata o en la zona del Estrecho tiene su máximo exponente, a los deportes de riesgo en Cazorla, como el barranquismo o la escalada por riscos imposibles. Y no se debe dejar de citar la cada vez más extensa red de senderos perfectamente habilitados para la caminata o el paseo en bicicleta, aptos para todas las edades.
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Patrimonio histórico
Pocas cosas existen mejores que dejarse perder por cualquiera de los cascos históricos de las ciudades andaluzas. Uno siempre aparece, pero el bagaje que se lleva en el rato de paseo resulta inolvidable. Está el de Córdoba , de intrincadas y silentes callejas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero también los de Sevilla o Granada . En todas las ciudades, faros milenarios que ilustran al visitante sobre una historia de siglos que no hay por qué olvidar. La Mezquita-Catedral, en Córdoba; la Alhambra granadina, con su patio de los Leones recientemente restaurado, la catedral jienense o la Giralda de Sevilla , por poner sólo un puñado de ejemplos. El legado de las diferentes culturas que poblaron Andalucía
Pero no sólo brillan las capitales. La riqueza histórica de esta comunidad hace que en cada rincón existan múltiples posibilidades de quedarse boquiabierto. El renacentismo de Vandelvira en Úbeda y Baeza , también reconocidas internacionalmente; el romanticismo de Ronda, con su Tajo y su imponente legado taurino; el aire del Nuevo Mundo que puede respirarse en Palos de la Frontera. Écija y sus siete torres u Osuna con sus palacios. Los conventos de Antequera, o, remontándonos más atrás, sus Dólmenes. Desde muy temprano, Andalucía fue tierra de acogida.
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Sierra Nevada
El Mulhacén es el techo de Andalucía y junto a sus faldas y a las del Veleta se extiende, a sólo 30 kilómetros de Granada , las pistas de Sierra Nevada, que está catalogada como la estación de esquí de mayor longitud de España y la que más al sur está en Europa, se encuentra a menos de 200 kilómetros de la costa africana.
Además de sus 115 pistas para la práctica del esquí , la estación granadina tiene una extensa oferta de ocio y hotelera. La nieve es la base sobre la que se fundamenta un enclave dedicado a la diversión deportiva, incluso por la noche, ya que existen ofertas y pistas habilitadas para poder esquiar a la luz de la luna.
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Gastronomía
Hay varias cuestiones seguras para el viajero que accede a Andalucía. Pero una de ellas es que va a comer bien. Por derecho propio, la comunidad se ha convertido en uno de los centros gastronómicos del mundo. Un lugar donde la buena mesa es una tradición que viene de sus primeros pobladores. Sus productos son de máxima calidad y salen de sus entrañas para nutrir sus cocinas. Los mejores aceites o jamones , la huerta más extensa y variada o los derivados creados a base de tradición y pasando, en muchos casos, de padres a hijos. Una tradición que está siendo premiada con una lluvia de estrellas Michelin .
La alta cocina con los productos de la tierra que tiene sus máximos exponentes en Ángel León y Dani García , en cuyos restaurantes lucen dos de estos galardones y que los han presentado como los máximos representantes de la buena mesa de la región.