José Luis Cuerda

Dónde se rodó «Amanece, que no es poco», los tres preciosos pueblos

Tres pueblos de la Sierra del Segura (Liétor, Ayna y Molinicos, en la provincia de Albacete) llevan su nombre y sus paisajes pegados a la película de José Luis Cuerda

Mirador del Sidecar de la Rodea Grande, en Ayna Juan Carlos Soler

ABC Viajar

En 1989 José Luis Cuerda estrenó «Amanece, que no es poco» , una de sus películas más afamadas por su humor absurdo y surrealista, y que sirvió para que muchos españoles descubrieran una tierra hasta ese momento desconocida para el gran público: la Sierra del Segura . «Los que dirigimos películas no olvidamos nunca el lugar donde pusimos la cámara para rodar un plano. De las fijaciones inaugurales y de la concentración mayúscula a la hora de rodar el plano están hechos mis recuerdos del rodaje en la Sierra del Segura de «Amanece que no es poco». Rodar en Ayna, Liétor y Molinicos fue un privilegio inolvidable y rodar con sus gentes, una suerte». Eso es lo que escribió José Luis Cuerda en la carta de presentación de la ruta diseñada hace más de diez años a propósito de la película emblemática del absurdo mayúsculo y del mejor humor surrealista.

Liétor, Ayna y Molinicos, tres de los pueblos más representativos de la serranía albaceteña por los que discurre el río Mundo y arroyos de la cuenca, fueron en efecto los escenarios elegidos por el director para grabar su película. Para los cinéfilos, esta última ruta les ayudará a zambullirse en el universo del creador manchego.

Liétor

Comenzamos en Liétor . En la misma plaza del Ayuntamiento nos encontraremos con un cartel turístico que nos muestra los puntos que podemos visitar por el pueblo donde rememorar la historia de la película. Merece la pena perderse por las estrechas callejuelas, algunas de las cuales desembocan en asombrosos miradores donde se puede contemplar el valle del río Mundo. También se puede bajar al mismo río y pasear por la mota para disfrutar de la naturaleza.

Ayna, en la Sierra del Segura Juan Carlos Soler

Ayna es posiblemente el pueblo que más se recuerda cuando se habla de la película. Al llegar con el coche, las casas blancas aparecen rodeadas de imponentes paredes de roca. Si dejamos el vehículo a la entrada de la localidad, pronto comenzaremos a encontrarnos con los carteles que rememoran diferentes escenas de la afamada cinta de Cuerda. Al igual que en el resto de pueblos de la Sierra del Segura, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de espectaculares paisajes rodeados de agua. El río Mundo recorre el pueblo, y los visitantes pueden caminar junto a él por diferentes rutas aptas para todas las edades.

Molinicos, uno de los pueblos de Amanece que no es poco Juan Carlos Soler

El último pueblo de la ruta es Molinicos. Si cogemos el coche desde Ayna, conviene coger la carretera CM-3203 para desviarse a los pocos kilómetros por la AB-508. De esta forma, se puede disfrutar de unos paisajes inigualables rodeados de extensos mantos vegetales, un entorno ideal para conducir con calma y deleitarse con el paisaje. Ya en Molinicos, al igual que en Liétor y Ayna, lo mejor es dejar el vehículo a la entrada de la localidad para perderse por las estrechas calles. Los carteles están muy visibles y lo mejor es perderse por el pequeño pueblo.

Ermita de Nuestra Señora de Belén, en Liétor

Se da en la Sierra del Segura una fusión perfecta entre lo insólito de un guion y lo extraordinario de un lugar . Y así se unen el viajero turismo y el cine . Ambas son materias que combinan tanto la ilusión de soñar como el descubrimiento de paisajes singulares. Con esta ruta no sólo se recorren los escenarios de las disparatadas escenas de la película. Atravesar estos parajes es también gozar de una gran diversidad botánica y paisajística. En Ayna el turista disfrutará de un singular enclave en lo más profundo de la garganta que forma el río Mundo, y podrá además, practicar turismo de aventura. En Liétor se maravillará ante la impresionante ermita de Belén , un sorprendente edificio religioso con la mejor colección de pintura popular española del siglo XVIII. Y por último, un rosario de pequeñas aldeas en torno a la población de Molinicos, lugares todos rodeados de una gran belleza natural, y que conforman el Parque de los Calares del río Mundo y la Sima . Y no sólo eso, quien visite esta tierra tan distinta de la llanura Manchega disfrutará de un exquisita gastronomía.

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