Ampudia

Un paseo por la joya del campo palentino

La villa brinda una amplia oferta cultural y un valioso patrimonio entre calles porticadas que dan cobijo a museos singulares

Vista panorámica de Ampudia en la que destaca la «Giralda de Campos» CRISTINA TADEO

M. G.

Bajo la mirada de su imponente castillo y custodiada desde las alturas por la bella «Giralda de Campos» emerge en pleno mar de cereales, palomares y atardeceres infinitos la villa palentina de Ampudia . La tradición y la cultura popular se respiran en cada centímetro de sus calles porticadas y sus casas de adobe, entre las que se cuela el sabor de la gastronomía local y de una variada oferta de ocio en forma de museos singulares.

Valgan de ejemplo el Ecomuseo, la huerta de Valoria o el Museo de la Medicina. Este último está ubicado en el antiguo Hospital de Santa María de la Clemencia y su recorrido permite seguir los pasos de esta ciencia desde prácticamente sus orígenes. Además, este centro es el mejor punto de partida para una visita por el municipio, ya que en la planta inferior se encuentra la Oficina de Turismo.

La siguiente parada obligatoria es el Castillo . Levantado entre los siglos XIII y XV, es de arquitectura gótica y su interior atesora historia. Entre sus muros se firmó el documento por el que se produjo el cambio de capitalidad de la Corte de Valladolid a Madrid.

Para encontrar el siguiente punto de la ruta sólo hay que mirar al cielo. A los 63 metros de altura que alcanza la torre de la Colegiata de San Miguel, rebautizada como la «Giralda de Campos» . De estilo gótico renacentista, se compone de tres naves adornadas con bóvedas de crucería y estrelladas. Además de retablos de estilo renacentista, plateresco y barroco, su interior alberga un magnífico órgano barroco y piezas de imaginería. Y para seguir con la estela de las joyas que se encuentran en el interior de la Colegiata, el Museo de Arte Sacro brinda al visitante un gran número de piezas escultóricas, pictóricas y orfebres en el antiguo Convento de San Francisco, fundado en el siglo XVII por el Duque de Lerma, valido del rey Felipe III.

Por último, a tres kilómetros del pueblo, se encuentra el Monasterio de Alconada , con un marcado carácter mariano comarcal en una zona en la que son más de 45 los pueblos que veneran a esta Virgen.

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