Surf sobre Manhattan. "Edge", un enorme balcón suspendido a 345 metros de altura sobre Manhattan, abrió sus puertas el 11 de marzo con la aspiración de convertirse en la nueva panorámica imprescindible de Nueva York y en medio de cautelas por la crisis del coronavirus. A 345 metros de altura sobre Manhattan. La carta de presentación de este nuevo mirador es clara: se trata del observatorio al aire libre más alto del continente americano. Pero más allá de eso, lo que "Edge" promete es una experiencia única para sus visitantes. Suelo de cristal. El mirador incluye también una zona con suelo de cristal sobre la que se puede pasear mientras, muchos metros por debajo, fluye el tráfico y continúan las obras que aún dominan el área de Hudson Yards. Una foto para la eternidad. Las vistas, por supuesto, pueden acompañarse de bocados y tragos. Un bar situado en la planta 100 del edificio ofrece vinos, cócteles y un pequeño menú de comida. Quienes quieran dar un toque de glamur a su experiencia, pueden comprar directamente un ticket especial que, por 54 dólares, incluye la visita y una copa de champán. Aire para respirar. Como precaución, en estos primeros días se limitará el número de visitantes para evitar aglomeraciones y dar a todo el mundo "espacio para respirar", Las cámaras el días de la inauguración. Por 92 dólares el ticket incluye además un álbum fotográfico, mientras que la entrada básica para un adulto cuesta 38 dólares o 36 si se adquiere previamente por internet. La oferta hostelera se completa un piso más arriba, donde el restaurante "Peak" promete un refinado menú inspirado en las espectaculares vistas de su comedor.