Las cavernas de la Sierra de Aracena: un espectáculo subterráneo de estalactitas y estalagmitas
La comarca onubense es un enclave ideal para descubrir las espectaculares cavidades kársticas en lugares como Higuera de la Sierra, Aracena y Alájar, que transportan al visitante a paisajes idílicos más propios de cuentos de hadas
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El ciclo del agua y su relación con los materiales kársticos vinculados a las formaciones carbonáticas del Cámbrico Inferior alcanza en algunos lugares del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche un fuerte protagonismo en el paisaje superficial y el medio subterráneo, mediante la presencia de campos de lapiaces (rocas modeladas por el agua), depresiones cerradas, cavidades subterráneas, fuentes kársticas y edificios travertínicos.
La continua precipitación del agua con carbonato cálcico, a lo largo de un periodo importante de tiempo (decenas de miles o incluso centenares de miles de años), ha dado lugar a la formación de rocas sedimentarias asociadas a un manantial, que se han ido formando por acumulación y avance de sucesivas «cascadas» del propio carbonato, en las que se han creado a su vez, las fantásticas cuevas y abrigos que se encuentran en estos espacios naturales.
El paraje de Las Tobas en Higuera de la Sierra
El recorrido por estas formaciones tiene su primera parada en el paraje de Las Tobas, de Higuera de la Sierra, un bonito rincón que se caracteriza por sus oquedades kársticas por las que fluye una pequeña cascada con apacibles aguas, más abundantes en invierno, y donde se ubica una imagen de la Virgen de Lourdes. La belleza de este paisaje serrano ha hecho que sea una de las zonas más visitadas del pueblo, con unas vistas espectaculares hacia la dehesa.
Estas cuevas calcáreas de Las Tobas, que reciben su nombre por las formaciones creadas tras un largo proceso ecológico de disolución del carbonato de la roca y su filtración en la pared, ofrecen al visitante excelentes vistas del lugar y lo transportan a paisajes idílicos más propios de cuentos de hadas. Se trata de uno de los fenómenos naturales más impactantes de la zona, que el visitante se puede conocer tras recorrer un camino de 3 kilómetros desde el pueblo.
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No obstante, antes de abandonar el municipio higuereño, es imprescindible conocer su interesante caserío, declarado Conjunto Histórico Artístico, en el que destacan las fuentes-lavaderos; las ermitas renacentistas del Cristo y San Antonio, y la majestuosa iglesia de San Sebastián, de 1746, que alberga lienzos del higuereño Alonso Miguel de Tovar, discípulo de Murillo. A estas construcciones se une la singular plaza de toros, construida en 1888.
La Gruta de las Maravillas, un tesoro oculto en Aracena
La segunda parada de la ruta es Aracena. Su arquitectura tradicional y monumental aúna castillo, iglesias, conventos, palacios, ermitas, fuentes, plazas y museos que le imprimen un encanto especial. Todo un aliciente, aunque aquí todas la miradas se dirigen hacia la Gruta de las Maravillas considerada como una de las cavidades subterráneas más bellas y extensas de país, y que está catalogada como el primer Lugar de Interés Turístico de Andalucía.
Este tesoro oculto de Aracena convoca cada año a más de 150.000 visitantes, que no quieren perderse uno de los monumentos naturales más espectaculares de la Sierra. En un recorrido de 1.200 metros, atravesando doce salones y seis lagos se pueden apreciar las curiosas formaciones kársticas de estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, excéntricas y gours, entre otras, que el agua ha ido creando a lo largo de los años en el Cerro del Castillo.
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Aunque son muchos los detalles que conforman la visita a la gruta aracenense, hay que destacar varios lugares como el Gran Salón, situado justo debajo de la fortaleza, a 100 metros de profundidad; la Catedral cuenta con tres lagos y cristalizaciones de calcita bajo las aguas; la Sala de los Garbanzos, con formas redondeados en las paredes, y la Sala de los Desnudos, donde hay que dejar rienda suelta a la imaginación para comprender su significado.
Sobre el hallazgo de la gruta, una leyenda cuenta cómo Julianita, una bella lugareña, se adentró en los palacios ocultos de la cavidad subterránea seducida por un duende, mientras que la historia lo sitúa en las prospecciones mineras realizadas en Aracena a mediados del siglo XIX, que buscaban un filón de plata en el Cerro del Castillo, hallando, en cambio, la belleza nívea y milenaria de las espectaculares formaciones kársticas subterráneas.
La Peña de Arias Montano, balcón de la sierra
Uno de los hitos más famosos de la zona es la Peña de Arias Montano, una enorme masa de roca caliza que culmina sobre una meseta a 746 metros de altitud, sobre el valle donde se asienta la población de Alájar. En este roquedal, considerado como el balcón de la sierra, existen 41 cuevas y abrigos naturales que no pasaron desapercibidos a los primeros pobladores, que utilizaron este espacio como refugio y lugar de culto desde la prehistoria hasta nuestros días.
En el recinto de este monumento natural, el viajero encontrará además de un frondoso y fresco paraje con variada vegetación, una cueva horadando la roca, donde se ubican la fuente de la Peña y el pilar, cuya estructura data de 1771. Sin embargo, esta surgencia kárstica fue acondicionada como espacio de recreación y descanso en el siglo XVI por el consejero de Felipe II, Benito Arias Montano, durante su largo retiro en el enclave.
Al final del umbrío paraje, se alza una portada, llamada Arco de los novios, labrada en la misma piedra de toba en la que está constituido el monte de la Peña, y que da entrada al santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, una construcción enlaza con la campaña repobladora de la sierra en el siglo XIII. En el lado sur de la meseta, se encuentran el campanario, y el mirador, desde donde se pueden contemplar unas espectaculares vistas de la serranía onubense.
Cuevas de Alájar
En las entrañas del macizo rocoso, el agua ha ido formando un conjunto de cavidades revestidas de estalactitas y estalagmitas, de lagos y de rocas con las formas más dispares colonizadas por hepáticas, musgos y líquenes que dan los característicos tonos de sus paredes. Cuevas como El Palacio Oscuro, La Fuente, La Sillita del Rey, la Sima de los Caballos o El Salón de los Machos y la cueva de San Víctor, testimonian la hermosura subterránea del lugar.
Para poder admirar e interpretar estas excepcionales estructuras geológicas, se han diseñado paneles interpretativos para colocarlos en las entradas de las cuevas de la Sillita del Rey, en la Sima de los Caballos y en el Palacio Oscuro. Junto a estos paneles se ha desarrollado un sistema de iluminación de las cavidades que ayudarán a su interpretación en las visitas guiadas a las cuevas(Consultar en el centro de interpretación de la Peña).
Por otro lado, las cuevas son visitables como tour virtual de dos formas diferentes, desde el teléfono o desde un ordenador. El usuario podrá disfrutar de las maravillas geológicas de estas oquedades accediendo desde la página web de turismo patrimonial de Alájar, pudiéndose visitar con una visión de 360º las cavernas de La Higuerita, Sillita del Rey, Sima Capitular y Palacio Oscuro.
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El travertino de la Peña, uno de los más singulares de Andalucía
Continuando por la carretera de Alájar, al sur de la Peña, se puede contemplar una excelente panorámica del conjunto travertínico, en el que se muestran diferentes edificios rocosos superpuestos unos a otros, vinculados a la presencia de manantiales y cascadas. El edificio travertínico de la Peña es el más importante de la sierra, y uno de los más singulares de Andalucía, junto a los de Priego de Córdoba, Torremolinos en Málaga, o Alhama de Almería.
Pero la localidad de Alájar tiene otros atractivos que hacen indispensable su visita, ya que el caserío constituye una de las manifestaciones de la arquitectura popular mejor conservada de la comarca, que le valió el reconocimiento de Conjunto Histórico Artístico en 1982. Todo el casco urbano tiene las calles empedradas, con los típicos «llanos» delante de algunas puertas, destacando en el conjunto urbano la iglesia parroquial de San Marcos, del siglo XVI.
Gastronomía autóctona
Para reponer fuerzas, después del recorrido, tanto el restaurante de la Peña, como los establecimientos de restauración de Alájar cuentan con una comida casera exquisita, basada en los productos de la huerta y los derivados de las matanzas caseras. Destacan los productos ibéricos, los embutidos, las migas, el gazpacho serrano y dulces como las tortas de manteca, el piñonate, las flores o los pestiños, entre otras elaboraciones meladas.