Le Touquet: el balneario playero de ensueño en el que ha votado Macron
El ayuntamiento de esta ciudad fue edificado en 1931 tras un concurso público. Hoy, es un monumento reconocido en toda Francia
Recibiendo gritos de «¡Viva!» («¡Vive!», que dicen los galos) y entre los vítores de cientos de sus compatriotas. Ya casi como el vencedor que todos auguran. De esta guisa ha ejercido su derecho a voto el candidato socioliberal (y favorito en esta segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas) Emmanuel Macron . Tras depositar su papeleta, el político (acompañado de su esposa Brigitte) se ha marchado dejando atrás un colegio electoral de ensueño: el ayuntamiento de la ciudad de Le Touquet . Una obra arquitectónica digna de ganarse un hueco en las postales más bellas de «la France» elegidas por el mismísimo Napoleón Bonaparte .
Este edificio, con todo, es solo uno de los 21 de la ciudad que Francia considera monumentos históricos. Una pléyade de construcciones que han convertido a Le Touquet en una de las urbes costeras más famosas de todo el territorio galo. Y en la que, por descontado, Macron cuenta con una residencia de verano .
No en vano, este pueblecito de apenas cinco millares de habitantes es conocido con el sobrenombre de « París-Plage » (la «playa de París»), y se ha ganado a pulso -y sin posible discusión- ser una de las ciudades con más glamour del país. Así lo atestiguan desde su casino, hasta su club naútico.
Orígenes
Los orígenes de Le Touquet se remontan hasta el siglo XIX. Más concretamente, hasta 1837 . Ese fue el año en el que un abogado parisino (un tal Alphonse Daloz ) se propuso la noble tarea de levantar una granja en la zona. Aunque la idea acabó en desastre, puso los pilares para que -allá por el 1900- un empresario inglés se presentara en la región y, viendo su potencial, se propusiese edificar allí una ciudad balneario.
No le faltaba razón al avispado «british», pues el enclave se encontraba a apenas unas horas de viaje de París y de Londres. El resultado fue la construcción de una preciosa urbe que atrajo a la alta sociedad de la época.
Ni las guerras mundiales pudieron con Le Touquet. En la Primera, hubo que transformar los hoteles en hospitales para curar heridos . Y en la Segunda, los edificios sufrieron el mismo e infame destino que otros tantos en Europa: la destrucción parcial por culpa de los continuos bombardeos . Sin embargo, su paisaje envidiable y sus bellas y cómodas zonas de recreo provocaron que cada ladrillo y piedra que cayese fuese posteriormente levantado de nuevo. Ningún francés, en definitiva estaba dispuesto a perder Le Touquet.
El ayuntamiento del voto
El ayuntamiento en el que ha votado Macrom es uno de los monumentos más destacados de Le Touquet. Su construcción empezó a fraguarse en 1929, cuando se llevó a cabo un concurso para elegir a los arquitectos que le darían forma. Los seleccionados fueron los arquitectos Pierre Drobecq, Louis Debrouwer y Marcel Bonhomme.
Tan solo dos años después los obreros ya estaban en marcha para dar forma a una edificación que mezcla un estilo con tintes históricos, con las características típicas de la zona.
Sin embargo, por lo que más destaca lugar en el que Macrom ha depositado este domingo su voto no es solo por haber sido levantado sobre piedra y contar con multitud de salas de boda, fiestas y juntas. De entre todos los elementos de este edificio galo, el que más impresiona es la torre del reloj . Una construcción de 38 metros en la que, esta mañana, llevan resonando las campanas desde 1931. Las mismas que han tocado mientras veían alejarse al que, según todos, será el próximo líder de Francia (si Le Pen no logra impedírselo).
Tanto el edificio como los jardines exteriores del mismo son considerados a día de hoy monumento histórico. Lo son desde el 28 de mayo de 2014.
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