El pueblo español donde empezó a gestarse el fracaso de Napoleón

Desde el 2 al 6 de octubre la localidad jienense de Bailén celebra la recreación histórica de una batalla mayúscula en la historia de España

Un momento de una edición pasada de la recreación histórica de la Batalla de Bailén de 1808 EFE/José Pedrosa
César Cervera

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Derrotado y enfermo, Napoleón Bonaparte revisó desde su exilio en Santa Elena los errores que habían provocado su caída de la cima: «Todas las circunstancias de mis desastres vienen a vincularse con este nudo fatal; la guerra de España destruyó mi reputación en Europa, enmarañó mis dificultades, y abrió una escuela para los soldados ingleses». España fue para el Gran Corso la úlcera que en Rusia se le habría de infectar. Y buena parte de ese fracaso se gestó en la localidad jienense de Bailén , donde las tropas napoleónicas fueron vencidas por primera vez en la historia en campo abierto a manos de españoles.

Tras la derrota allí, el mismísimo Napoleón se vio obligado a intervenir en el solar hispánico y a desviar efectivos de otros frentes. Dos siglos después, la batalla sigue destacada en mayúscula en la historia de España y del mundo, pero también se ha convertido en todo un referente del turismo y del recreacionismo militar , que vive en nuestros días una edad de oro. Entre los días 4, 5 y 6 de octubre [en realidad, hay actos desde el miércoles 2. Programa, aquí ], Bailén organiza una serie de actividades, entre ellas conferencias, visitas guiadas, desfiles, talleres, exhibiciones de armas de época y actuaciones de todo tipo, en torno a la contienda que tuvo lugar a las puertas de la ciudad.

El culmen a estas históricas jornadas será la recreación de la batalla en sí el domingo a las 12.00 horas de la mañana. Cada año el espectáculo gana más adeptos y relevancia en el circuito español. Aficionados a la reconstrucción procedentes de toda Europa acuden, con uniformes y armas de la época, a la localidad andaluza, llegando a reunir a más de ochocientos participantes en el campo de batalla. Cañones, caballos y disparos de pólvora aportan el estímulo visual y sonoro a la simulación teatral del choque entre el general Dupont y el general Castaños que acabó, tras una sofocante lucha, con cerca de 17.000 prisioneros galos.

Las altas temperaturas de aquel 19 de julio de 1808 hicieron fundamental el trabajo de los aguadores, voluntarios del pueblo que sortearon los cañonazos para mantener hidratados y en pie a los soldados. En el escudo de la ciudad de Bailén figura en lugar preferente un cántaro agujereado, que se dice representa a una mujer que no dejó de suministrar agua a los soldados ni siquiera cuando su recipiente recibió un balazo.

Precisamente es ese calor popular lo que anima y sostiene la recreación de la batalla, cuyo programa de actos incluye una ruta de bares y mesones para saciar la sed y probar las tapas dedicadas a la contienda: desde «El colofón de la victoria» a la «Talega del soldado»... Así como actividades dedicadas a los niños, con talleres de cuero, alfarería y repostería.

Todo pensado para sumergirse durante tres días en el siglo XIX , y en el lugar que tanto martilleó la mente de Napoleón.

Más información:

Web: www.ayto-bailen.com

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