Los primeros níscalos llegan a las mesas españolas
Fácil de encontrar en los bosques de la Península es una de las especies más preciadas en la gastronomía otoñal
La llegada del otoño trae a los bosques españoles gran multitud de setas y hongos, tan preciados en la cocina como difíciles de encontrar los mejores... Bajo la sombra de altos pinos empiezan a aflorar los níscalos , una seta entre blanquecina y anaranjada de carne densa y compacta y olor dulce.
El níscalo, guíscano o rebollón es la seta silvestre más consumida ya que las cosechas son abundantes. Ya su nombre científico dice mucho de él, Lactarius Deliciosus y su cuerpo fructífero le hace muy apreciado dentro de la gastronomía nacional y se puede cocinar a la brasa, a la parrilla, guisado, en sopa, salteado, en vinagre y hasta crudo.
Al cogerlo hay que hacerlo utilizando una navaja y cortando el tallo. Los expertos explican que no debe confundirse con el «falso níscalo» , mucho más picante, ya que su sabor varía con el terreno donde crece. También llamado rovellón o rebollón , según en qué zona del país estemos, es fácil de reconocer por su himenio con láminas decurrentes, sombrero en forma de embudo y pie desnudo así como sus esporas de color ocre.
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