Los primeros níscalos llegan a las mesas españolas

Fácil de encontrar en los bosques de la Península es una de las especies más preciadas en la gastronomía otoñal

Níscalos María H. González

A.V.G.

La llegada del otoño trae a los bosques españoles gran multitud de setas y hongos, tan preciados en la cocina como difíciles de encontrar los mejores... Bajo la sombra de altos pinos empiezan a aflorar los níscalos , una seta entre blanquecina y anaranjada de carne densa y compacta y olor dulce.

El níscalo, guíscano o rebollón es la seta silvestre más consumida ya que las cosechas son abundantes. Ya su nombre científico dice mucho de él, Lactarius Deliciosus y su cuerpo fructífero le hace muy apreciado dentro de la gastronomía nacional y se puede cocinar a la brasa, a la parrilla, guisado, en sopa, salteado, en vinagre y hasta crudo.

Al cogerlo hay que hacerlo utilizando una navaja y cortando el tallo. Los expertos explican que no debe confundirse con el «falso níscalo» , mucho más picante, ya que su sabor varía con el terreno donde crece. También llamado rovellón o rebollón , según en qué zona del país estemos, es fácil de reconocer por su himenio con láminas decurrentes, sombrero en forma de embudo y pie desnudo así como sus esporas de color ocre.

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