Alto Tatra, Eslovaquia. Un paisaje mítico de retorcidos picos y cascadas donde “los árboles pintan el suelo de blanco y bestias temibles patrullan por los bosques.” Es una de las reservas del oso pardo, que ahora están casi extinguidos en la mayor parte de Europa. Además de observar la vida salvaje, los viajeros pueden también disfrutar ascendiendo a la cima del pico más alto de Eslovaquia, Gerlach (Gerlachovský štít) navegar en el glaciar Štrbské Pleso y disfrutar de la tradicional hospitalidad en refugios de montaña a gran altitud. Madrid. Según los expertos de Lonely Planet, “la vida nocturna de la ciudad, que siempre ha sido de las mejores de Europa, no hace más que mejorar” y “la apuesta por una vida sostenible ha impulsado la peatonalización de muchas zonas, la creación de carriles-bici y los sistemas de alquiler de bicicletas, y aplicado nuevos controles de emisiones contaminantes, transformando la ciudad.” Todo ello, junto con la celebración en 2019 del 200 aniversario del Museo del Prado convierten esta ciudad en un destino imprescindible para visitar este año. La ruta ártica de Islandia (Arctic Coast Way). Cautiva a sus visitantes “con las maravillas naturales que dan justa fama al país –cascadas atronadoras, glaciares colosales, fumarolas humeantes– y un sinfín de posibilidades para disfrutar de los deportes de nieve, la observación de fauna y las aventuras en plena naturaleza” y “es lo mejor de Islandia sin las multitudes”. Herzegovina, Bosnia y Herzegovina. Para entretenerse por las calles de la medieval Počitelj, explorar los túneles de viento naturales de Vjetrenica, ir de excursión a Lukomir, un pueblo típico de montaña, o recorrer la ruta ciclista CIRO; actividades que ofrecerán una nueva perspectiva de esta región de postal. Bari. “Rebosa alegría (…). Su revitalizado casco antiguo marca la pauta, con las anttiguas tiendas reemplazadas por restaurantes familiares (…). Se reabren espacios culturales, desde el ornamentado Teatro Piccinni y el modernista Teatro Margherita hasta hoteles patrimoniales que antes estaban condenados, como el Oriente.” Las Shetland, Escocia. Los intrépidos que se aventuren hasta el punto más septentrional del Reino Unido se verán recompensados con “impresionantes senderos de costa”, podrán “ver nutrias y orcas desde cabos escarpados” y disfrutarán de los “míticos puestos de fish and chips, además de un par de copitas de whisky, cortesía de alguno de los hospitalarios y orgullosos lugareños.” Lyon, Francia. Destinada a convertirse en la nueva ciudad francesa favorita del turismo internacional, Lyon acapara la atención global al convertirse en la sede de las finales de la Copa Mundial Femenina de Fútbol de la FIFA el próximo mes de julio. “Bella”, “Rica en gastronomía” y “culta”, Lyon ha recibido el reconocimiento de la Unión Europea a sus esfuerzos por un turismo accesible y sostenible. Liechtenstein. Recorrer un país entero en un fin de semana es posible gracias al Liechtenstein Trail, creado como parte de las celebraciones del 300o aniversario de Liechtenstein como nación soberana. Esta ruta senderista de 75 km “serpentea entre picos y pastos” pasando por los 11 municipios del país. Vevey, Suiza. Solo se celebra una vez cada 20 años, y por ese motivo Vevey descorchará más botellas que nunca durante cuando el festival del vino, la Fête des Vignerons, que dura tres semanas y llegará a la ciudad en el mes de junio. Los visitantes podrán saciar sus estómagos en cualquiera de los muchos restaurantes de calidad del Casco Antiguo, que ofrecen de todo, desde menús degustación de 20 platos hasta fondues económicas y divertidas, y después ir a quemar calorías nadando en el lago. Istria, Croacia. Ofrece historia (el imponente anfiteatro romano de Pula y los mosaicos de Poreč, catalogados por la Unesco, para empezar), playas, ciclorutas gourmet en primavera, festivales musicales en verano y excursiones en busca de trufas en otoño. El aumento del número de conexiones aéreas europeas hace que ahora esta península en forma de corazón sea más fácil de visitar que nunca.