Y la atracción con mejores efectos especiales del mundo es...
The Visual Effects Society, organismo que valora los avances en efectos en cine o videojuegos, premia a un parque temático
Ha recibido más de un millón de visitas en apenas seis meses. Más de 5.500 personas disfrutan a diario de la última gran atracción inaugurada en Disneyland Paris. Y la experiencia es tan real que lo reconocen los mayores expertos del mundo. The Visual Effects Society , un organismo con sede en Los Ángeles y que premia los mejores avances en efectos especiales del cine , la televisión o los videojuegos, acaba de otorgar el galardón a los mejores efectos visuales en una atracción a «Ratatouille», una de las grandes apuestas de Disneyland Paris .
«Es una experiencia verdaderamente encantadora y temática, donde objetos de gran tamaño se reutilizan para crear mesas, sillas, elementos arquitectónicos, y atrezzo... Todo está muy bien pensado y concebido para crear una ilusión convincente. El exterior de la atracción se parece a un típico café parisino, pero tras una inspección más cercana, uno se da cuenta de que en realidad es el París de la película , donde no hay líneas rectas, una mezcla perfecta de ficción y realidad. Este lugar exhibe la minuciosidad, la claridad conceptual, la narrativa y un acabado excepcional», reconoce la institución que ha otorgado este premio.
Inaugurada el pasado verano como parte del proceso de expansión de los Walt Disney Studios, esta nueva atracción utiliza, entre otras técnicas, la perspectiva forzada para conseguir que los visitantes se encojan al tamaño de una rata y se unan a Rémy en una alocada aventura a través del restaurante del Chef Gusteau. Se trata de la atracción número 60 de Disneyland Paris y la cuarta en el parque Walt Disney Studios. Además, está situada en una zona totalmente nueva llamada «La Place de Rémy» donde, además de la atracción, existe una boutique «Chez Marianne-Souvenirs de París» y el restaurante Bistrot Chez Rémy.
Por cierto, que este establecimeinto de hostelería también ha obtenido uno de los grandes premiso del sector. La Themed Entertainment Association le ha reconocido como el mejor restaurante temático, lo que convierte a esta nueva área en uno de los grandes atractivos del complejo turístico de Disneyland París. La sala (con capacidad para 370 personas) está inspirada en el universo y las recetas de la película . Bistrot Chez Rémy recibe a los invitados en un entorno en el que se sentirán reducidos al tamaño de una rata con una decoración agrandada, donde las tapas de los botes de mermelada actúan como mesas y los corchos de las botellas de champán son transformados en sillas. Además, unos grandes platos separan las mesas, adornadas con unas graciosas sombrillas.
Pero, ¿qué puede encontrar el visitante que suba a la atracción de Ratatouille? La clave es la perfecta utilización del 3D (el viaje se realiza con unas gafas apropiadas) y la sensación de estar realmente en la cocina de Rémy. Incluso nos salpica alguna gota del fregadero. Sin duda, una perfecta aplicación de las nuevas tecnologías al entretenimiento en los parques de atracciones.
La aventura comienza cuando los visitantes son reducidos al tamaño de una rata y embarcan a bordo del «ratmobile», un vehículo inspirado en los movimientos de los roedores de la película , con una capacidad perfecta para familias (6 personas) y que además circula sin raíles. A continuación, los invitados llegarán a una azotea de París, donde se encontrarán con Rémy y el fantasma de Gusteau, mientras ambos deciden el menú que el mini-chef debe preparar para unos visitantes tan especiales. Momentos después, Rémy y sus amigos, en los «ratmobiles», caerán desde el tejado hasta el interior de la cocina del restaurante (el efecto de la caída es uno de los grandes momentos de la atracción) y a partir de ahí vivirán una desenfrenada persecución por parte del malvado Chef Skinner, con la sensación de huida por debajo de los fogones, los carritos de los camareros o entre las amenazadoras piernas de los chefs..
A lo largo del recorrido, los viajeros se cruzarán con naranjas gigantes, rodillos de cocina y una fiel reproducción de los tejados parisinos, antes de ingresar en el comedor del restaurante (tanto en su vertiente humana como la ratonil).