Galicia amada en ocho verbos
Vista de la imponente Ribeira Sacra - muñiz

Galicia amada en ocho verbos

Comer es tal vez el verbo más manido, no sin suculentas razones para ello, a la hora de hablar de una tierra que no deja indiferente a nadie. Hay más

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Comer es tal vez el verbo más manido, no sin suculentas razones para ello, a la hora de hablar de una tierra que no deja indiferente a nadie. Hay más

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  1. Sentir...

    Vista de la imponente Ribeira Sacra
    Vista de la imponente Ribeira Sacra - muñiz

    El vértigo en los acantilados más altos de la Europa continental, en Cedeira. El impacto imborrable en la retina de los valles fluviales de la Ribeira Sacra... La paz al cruzar en umbral del Pórtico de la Gloria... La fragilidad ante el Atlántico en la Costa da Morte... La emoción de la Semana Santa de Ferrol, la pasión del Pantín Classic de surf.

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  2. Respirar...

    El olor del marisco gallego es característico e invita a probar... y repetir
    El olor del marisco gallego es característico e invita a probar... y repetir - muñiz

    Los campos mojados, la invitación irresistible de los blancos de Ribeiro, Albariño [ Quince buenos Albariños para celebrar los 25 años de la D. O. Rías Baixas], Godello... Los tomates con olor a tomate... El grelo recién hervido... Las rías empujando salitre a los pulmones... Las hortalizas frescas... Los amaneceres húmedos, de olor a hierba y a tierra... Las invitaciones aromáticas de los fogones del centro histórico de Pontevedra o Santiago...

  3. Conocer...

    Vista de la ciudad de Ferrol, que invita a conocer su Ruta del Naval
    Vista de la ciudad de Ferrol, que invita a conocer su Ruta del Naval - muñiz

    Los puertos marineros hacendosos y bellos, ríos de aguas transparentes y gélidas, la historia del naval gallego en la Ruta del Naval, lo más auténtico de una de las cocinas con mayor variedad y calidad de nuestro país, ancestrales tradiciones todavía vivas, remotas aldeas donde ordeñar tu propio desayuno, lujosos balnearios, modernos y cómodos hoteles urbanos o impresionantes monasterios remotos que alojan sueños reparadores.

  4. Navegar...

    Practicando kitesurf en una playa de Pontevedra
    Practicando kitesurf en una playa de Pontevedra - muñiz

    En cabotaje por mas de 50 puertos deportivos, por la calma de las rías, la furia del Atlántico y la luz única del Cantábrico. Desde Tui a Ribadeo, de Vigo a La Coruña, a vela a motor, o volando sobre las olas con no sin vela en los spots más cotizados del norte. Navegar sin prisa, conociendo Galicia desde la costa que le da sentido e identidad. O «navegarla» en hoteles de belleza imposible y tranquilidad infinita, por la Galicia interior, hermosa, única e histórica.

  5. Admirar...

    Vista de la playa de Las Catedrales
    Vista de la playa de Las Catedrales - miguel muñiz

    La infinita belleza tallada por el tiempo en la lucense playa de Las Catedrales o el fondo límpido del paraíso de las Islas Atlánticas. La tradición salvaje de la Rapa das bestas, lo pagano en Catoira... La generosidad abrumadora de las Fragas del Eume, el pasado en los castros de Santa Tecla o Porto de Son y el presenté en las modernas ciudades gallegas.

  6. Vivir...

    Plaza de María Pita, en el centro de la urbe coruñesa
    Plaza de María Pita, en el centro de la urbe coruñesa - abc

    La amabilidad y cercanía de sus gentes, la noche inolvidable de La Coruña, la sabiduría escondida en el Muncyt y hasta 160 museos de toda índole, la abundancia de las más de trescientas exaltaciones gastronómicas de las cuatro esquinas de Galicia (Percebe, cocido de Lalín, Fiesta del marisco de O Grove, Pulpo de Mugardos, Lamprea, almeja de Carril...), la puesta de sol en Finisterre, la costa con más banderas azules de España

  7. Descubrir

    Paseando por una de las playas que conforman la Mariña lucense
    Paseando por una de las playas que conforman la Mariña lucense - muñiz

    La bondad de un clima suave, los arenales desérticos y de aguas limpias que mima la Mariña lucense, las tradiciones únicas de Camariñas, la historia de los pazos y casas señoriales pontevedresas, la inigualable belleza del golfo Artabro o pequeños e ignotos templos de la gastronomía sin estrella alguna que los haga exclusivos.

  8. Recordar...

    Finisterre, en el final de Camino
    Finisterre, en el final de Camino - muñiz

    ...para siempre el sol iluminando en la belleza de sus rías, los atardeceres plácidos de Sanxenxo, las aguas que curaron cuerpo y alma en La Toja, Mondariz, o As Burgas, la cena indescriptible de ostras, centolla, carnes únicas o colas de rape en Ferrol o Carnota; la lluvia, esa lluvia que hace posible todo lo demás, e imposible olvidar que una vez se estuvo en Galicia.

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