Las últimas noticias de hoy de actualidad y la última hora de cultura del jueves, 1 de abril del 2021
El contenido más fundamental de hoy, jueves, 1, abril 2021, en las últimas noticias de cultura. Entérate de la información más importante, las últimas novedades y la última hora, con el mejor resumen de noticias de hoy.
Las últimas noticias de hoy , en los mejores titulares del día que ABC pone a disposición de todos los lectores. Todas las novedades del jueves, 1 de abril con un exhaustivo resumen que no puedes dejar pasar:
A principios del año pasado, antes de que la vida de todos cambiara sin remedio, Emma Cline (Sonoma County, California, 1989) se topó en un periódico con un artículo que describía el estado mental de Harvey Weinstein en aquel momento. El que fuera todopoderoso productor de Hollywood estaba entonces a la espera de conocer la sentencia por las acusaciones de abuso sexual y de violación, en un caso clave para el movimiento #MeToo. La escritora estadounidense, por su parte, se encontraba aún mecida por la contradictoria resaca del éxito literario, en este caso millonario, además, tras la publicación de su debut, ‘Las chicas’ , novela en la que indagaba en los mecanismos mentales de las jóvenes que sucumbieron al embrujo de Charles Manson .
Solo se conserva una carta de un lector a Franz Kafka , y no se trató de ninguna broma, como se podría pensar. El lector se llamaba Siegfried Wolff , trabajó como redactor de Economía en un periódico y más tarde como consejero de administración en varios bancos de Berlín. «Muy estimado señor: Me ha hecho usted un desgraciado –le escribió Wolff–. Compré su 'Transformación' y se la regalé a mi prima. Pero no consiguió encontrarle sentido a la historia».
Aunque los orígenes del movimiento antirracista Black Lives Matter se remontan al año 2013, cuando surgió como respuesta a la absolución de George Zimmerman por la muerte del adolescente afroamericano Trayvon Martin , no fue hasta el año pasado cuando cobró verdadera fuerza a nivel global. El asesinato de George Floyd a manos de la policía en Estados Unidos, a finales de mayo, generó una serie de multitudinarias protestas antiracistas a lo largo y ancho del planeta que por supuesto también tuvieron un lugar destacado en el Reino Unido. Además de las exigencias de justicia y de acabar con la violencia sistémica contra la población negra, el desarrollo del movimiento tuvo otras consecuencias, como el derribo o el cambio de sitio de estatuas de personajes reconocidos con un pasado esclavista, una iniciativa que sin embargo ya tenía una base en una campaña anterior: Rhodes Must Fall , que, inspirada en movimientos similares en Sudáfrica, pretendía que se quitara la estatua del benefactor imperialista Cecil Rhodes del Oriel College, el quinto college más antiguo de los que constituyen la Universidad de Oxford y fundado en 1326. Esa fue una de las primeras señales de que el debate sobre los símbolos del pasado colonial británico no está solo en las calles, sino que se ha trasladado a la academia, sobre todo tras la explosión del movimiento en el 2020.
Algunos aguantan, otros mueren, pero también los hay que nacen en medio de esta tormenta. Este miércoles se ha anunciado la celebración de un nuevo festival de verano, que tendrá lugar en Benicasim durante la segunda quincena de julio: Luce Benicàssim .
Bien es sabido que los regímenes dictatoriales han recurrido con frecuencia a la creación de mitos y a la manipulación de la Historia. El régimen chavista que lleva ya 22 años gobernando Venezuela lo ha hecho de manera muy especial con la figura de Simón Bolívar . Frente a este proyecto de falsificación de la Historia y de apropiación indebida de un personaje histórico se levanta ‘El sueño de Bolívar’, un brillante ensayo del historiador y destacado especialista en América Latina, Carlos Malamud. En él intenta descifrar hasta qué punto fue Bolívar el precursor de la integración latinoamericana y si se pueden encontrar en el pensamiento de Bolívar los orígenes del socialismo latinoamericano e incluso del movimiento antiimperialista frente a Estados Unidos, como insiste la propaganda chavista.
Si hay una institución capaz de redimir a la civilización occidental de sus excesos es la universidad. La aventura del conocimiento ha impulsado cada uno de nuestros avances, nos ha hecho más tolerantes, mejores... pero no perfectos. La prueba la tenemos en el actual deterioro de los claustros universitarios, que no dan abasto. Además de las vacunas de AstraZeneca, en Oxford fabrican la pandemia de estupidez que cursa con ataques a toda manifestación cultural de la tradición occidental por el mero hecho de serlo. Decir que la música clásica europea es culpable de supremacismo es tan racista que basta compararlo con cualquier otro intento de sojuzgar un hecho cultural por su origen, color o por la creencia de la sociedad donde florece. Las páginas de Bach o Mozart nada tienen de racismo (ni siquiera la ‘Marcha turca’, que es un homenaje a los jenízaros otomanos). Escribían música redentora con notas llamadas negras o blancas no por supremacismo: podrían haber usado notas azules o verdes, pero era más sencillo así. Pensemos que hoy en día los virtuosos de la clásica pueden ser como Lang Lang, músicos desconectado del supremacismo blanco, lo cual demuestra que Oxford en realidad ha dimitido de poner en valor la universalidad que la música occidental representa. Las universidades que comprenden mejor la iconoclasia fanática que la historia del arte, que confunden la segregación con la diversidad, merecen dejar de llamarse Oxford, Columbia o Stanford. Son la universidad de la pandemia. La vacuna, desde siempre, es la inteligencia.