«Si consigue perder tres o cuatro kilos de peso puede ser en el futuro un ganador del Tour». Esas palabras las ha pronunciado Bernard Hinault sobre Peter Sagan, que a la quinta intentona -ha probado todos los días menos el de la contrarreloj por equipos- conseguía su primer triunfo en este Tour.
Sagan tiene 23 años, logró dos etapas y el maillot verde el año pasado, y su ambición es todavía mayor que sus condiciones físicas. Lleva catorce triunfos en 2013. Cuando le comentaron lo que había dicho Hinault se limitó a contestar: «Soy muy joven. Mi primer objetivo es ganar la París-Roubaix y luego otras clásicas. Tengo tiempo por delante para pensar en el Tour».
Líder del maillot verde, había sido tres veces segundo y una tercero en lo que llevamos de carrera. En su equipo estaban tan seguros de que iba a ganar que kilómetros antes de que terminase la etapa ya estaban organizando su subida al podio.
Las carreteras que conducían hasta Albi eran un horno y la ruta por la que transitó la etapa del Tour de Francia este viernes se convirtió en una caldera que no dejaba de hervir ciclistas. Hizo calor, calor modelo Tour, un día antes de llegar a los Pirineos, lo que no deja de ser peligroso puesto que la paliza física que se dieron los corredores resultó importante.
Con una media horaria de 40 kilómetros por hora, el trabajo del equipo Cannondale, soberbio, dejó a los hombres rápidos tirados, literalmente, en el asfalto, a cien kilómetros de la llegada. Aceleraron en el puerto de segunda categoría que tenía el recorrido, la Cruz de Monis, y allí quedaron enterrados Mark Cavendish, André Greipel, Marcel Kittel, Rojas, Lobato o los hermanos Van Poppel, entre otros muchos.
Cannondale, espectacular
Hicieron una limpia importante en el pelotón, que dejó en cabeza un grupo de cien corredores, lo que permitió que los líderes fuesen mucho más tranquilos. Detrás se quedaron otros tantos ciclistas que acumularon un retraso que llegó a los 14 minutos y 53 segundos.
A Peter Sagan le tocaba ganar y más después de los comentarios que han surgido en torno a un equipo que ha dado la impresión en algunos momentos de llegar muy justo a los kilómetros finales de la etapa, dejando a Sagan un poco desprotegido.
Le conducían bien en todo el acercamiento a la meta y en el momento de la verdad se notaba la falta de un lanzador, a pesar de que ese pensamiento es osado puesto que hay hombres más rápidos que Sagan en etapas llanas y equipos más completos, como Omega y Orica.
La formación italiana, financiada con capital americano, realizó una etapa soberbia, increíble, eliminando corredores primero y controlando todos los intentos de escapada que se iban sucediendo.
Los ocho ciclistas que siguen en la prueba, todos menos el americano Edward King, que llegó fuera de control en la contrarreloj por equipos, por siete segundos, y se quedó fuera de la carrera, a pesar de que un grupo de corredores intentó interceder por él, colaboraron.
Orica solo les dio algún relevo al final, para mantener el maillot amarillo de Daryl Impey, que ha suscitado un gran interés en Sudáfrica con ese primer puesto. Orica sigue haciendo una buena operación de marketing en países que cuentan con un potencial económico importante. Cannondale anuló primero la escapada de Jens Voigt y Biel Kadri y al final la de Juanjo Oroz, Bakelants y Gauthier. Sagan se quedó encerrado, John Degenkolb se movió demasiado pronto y acabó saliendo como un poseso para ganar. El trabajo que en otras ocasiones se quedó en nada este viernes fructificó.
«Sin el equipo no hubiese ganado»
«Doy las gracias a todo el equipo que ha trabajado para mí. El triunfo ha sido de mi equipo. Sin ellos no hubiese ganado. Han recibido muchas críticas en internet, diciendo que no trabajaban como el Omega. Nosotros tenemos un equipo muy distinto. Hoy han realizado una llegada de 150 kilómetros», comentaba Peter Sagan.
«Estoy más tranquilo con este triunfo. Han trabajado para anular la fuga, luego para dejar a los 'sprinters' y después para controlar la cabeza del pelotón. Ha sido algo increíble. De cara al maillot verde sabíamos que si hoy estábamos bien podríamos sumar muchos puntos, pero no pensábamos que tantos. De todas formas quedan catorce etapas y habrá que seguir controlando, pero hoy ha ido bien».