Cien años de Ingrid Bergman en diez películas

Primer centenario del nacimiento de la actriz que cambió, inauguró y participó en la época más gloriosa del cine

Cien años de Ingrid Bergman en diez películas

darío manzano

Primer centenario del nacimiento de la actriz que cambió, inauguró y participó en la época más gloriosa del cine

Cien años de Ingrid Bergman en diez películas

1

Ingrid Bergman

Nació un 29 de agosto de hace cien años en Estocolmo . Murió en Londres 67 años exactos después de nacer. Ni un día más, ni un día menos. Ingrid Bergman fue posiblemente la actriz más polivalente y prolífica de todo el siglo XX. Lo demostró en el cine, el teatro y la televisión con numerosos galardones y personajes que la llevaron en volandas, y de una muy merecida manera, al Olimpo del séptimo arte.

En algo tan puramente emocional como es el celuloide, repasar los premios de una actriz no encaja en dicho escenario, pero obviar lo cosechado por la intérprete sueca roza lo insultante. Tres premios Oscar (solo superada por Katharine Hepburn , con cuatro, y recientemente igualada por Meryl Streep ) además de otras cuatro nominaciones, cinco Globos de Oro , fue la primera ganadora del Premio Tony , tres galardones del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York y un sinfín de entorchados que hacen que su vitrina se sitúe al nivel de su calidad interpretativa.

A Ingrid Bergman se la llevó un cáncer de mama al que no pudo vencer en sus años últimos, pero dejó un legado propio de una persona que cambia el cine y que participa en primera persona en la modernización de un arte. Hitchcock, Rossellini, Molander o Ingmar Bergman son algunos de los directores que pudieron disfrutar de la actriz sueca para sus películas, convirtiéndose dichos trabajos, de manera recurrente, en éxitos de la historia del cine. Repasamos los hitos en su filmografía y las piedras angulares sobre las que fraguó su carrera una de las mujeres más influyentes del siglo pasado.

2

«Intermezzo», de Gregory Ratoff (1939)

La primera versión que Ingrid Bergman realiza de «Intermezzo» es a las órdenes de Gustaf Molander, director sueco que llevó a la intérprete a rodar su sexta película. Pero el film se hizo mundialmente conocido cuando, tres años después de la original, en 1939.

Alcanzó la fama cuando el productor de cine David O. Selznick llevó la película a Hollywood para crear una versión norteamericana y dio las riendas de la misma a Gregory Ratoff. Contaron con una muy joven Ingrid Bergman, que pese a no dominar el inglés, bordó una actuación que supuso el primer paso del camino que tendría la escandinava en Estados Unidos.

3

«Casablanca», de Michael Curtiz (1942)

Al poco de que los Estados Unidos entraran en la Segunda Guerra Mundial y con la contienda en pleno fragor, miles de kilómetros lejos del campo de batalla Bergman comenzaba un camino imparable hasta convertirse quién fue.

En la mítica «Casablanca», la actriz comparte pantalla con Humphrey Bogart para contar una historia, con la guerra de trasfondo, en la que un héroe de la resistencia, Victor Laszlo, se oculta de los alemanes en la ciudad marroquí. Algunos de los planos de este film se han convertido en iconos del cine mundial, lo que catapultó a una Bergman que ya se encontraba a las puertas de su primer Oscar.

Como anécdota, añadir que Ingrid era más alta que Humphrey Bogart, por lo que en las escenas que tenían juntos, el actor neoyorquino usaba una pequeña tarima para parecer más alto que la sueca. La magia del cine también es esto.

4

«Por quién doblan las campanas», de Dudley Nichols (1943)

En esta adaptación de la novela de Ernst Hemingway, Ingrid Bergman se mete de lleno en el tema de la Guerra Civil española al interpretar a María, una joven que ha conseguido salvarse de ser fusilada.

Con un Gary Cooper alistado a la Brigada Lincoln y luchando mano a mano con el ejército republicano, Bergman consiguió obtener su primera nominación al Oscar un año después de rodar la convertida en mito, «Casablanca».

Perdió el galardón frente a Jennifer Jones y su actuación en «La canción de Bernadette». Honestamente, Ingrid Bergman declaró publicamente que «la Bernadette de Jennifer es mejor que mi María», haciendo referencia al papel de la merecida triunfadora.

5

«Luz que agoniza», de George Cukor (1944)

Con «Casablanca», dos años antes, estuvo cerca de llegar al Oscar. Al año siguiente, pudo mirarlo frente a frente gracias a «Por quién doblan las campanas». Fue a la tercera, siguiendo el dicho, cuando fue la vencida y Bergman pudo recoger al fin el primero de sus tres Oscar interpretando a una bella mujer de la época victoriana atormentada por su marido en «Luz que agoniza».

A la segunda nominación, ganó el premio (es la 5ª actriz con más nominaciones a los Oscar, siete) y finalmente se pudo constatar el gran trabajo que venía realizando en los últimos años.

6

«Encadenados», de Alfred Hitchcock (1946)

Bergman ya había cogido la racha de trabajar en una película por año, cuando no varias, y a que estas se estrenaran año tras año. Trabajó por primera vez con Alfred Hitchcock, uno de los grandérrimos directores de la historia, en 1945, con el thriller psicológico «Recuerda», teniendo a su lado a Gregory Peck.

Al año siguiente, volvió con el director británico y, compartiendo pantalla con Cary Grant, «Encadenados» supuso la más brillante de las tres colaboraciones entre la sueca y el director. En este film, Bergman y Grant tienen un casi infinito y apasionado beso de dos minutos y medio, cuando lo normal eran unos tímidos segundos, lo que para el momento supuso una revolución absoluta en las formas y en lo que aparecía delante de las cámaras.

7

«Juana de Arco», de Victor Fleming (1948)

Este fue el papel que más veces pudo interpretar en su carrera, tanto en cine, un par de veces, como en teatro. Ingrid Bergman se metió en la piel de Juana de Arco, la mujer gala que durante la Guerra de los Cien Años se encomendó a la misión de expulsar a los ingleses de Francia.

Otra nominación al Oscar y el inicio de un periodo en el que algunos afirman que la carrera de la actriz sueca bajó ligeramente el pistón y, con ello, el nivel.

8

«Te querré siempre», de Roberto Rossellini (1954)

La fama que se ganó el binomio Rossellini-Bergman no fue directamente por el cine. Al menos, no de manera total. La relación que iniciaron estando aún casados con sus respectivas parejas produjo una escandalosa reacción del público de la época.

Comenzó su viaje cinéfilo con Rossellini, en el que engendró seis películas, con el film «Stromboli», en 1950. Pero el mejor exponente de esta pareja cinematográfica surgió cuatro años después, con «Te querré siempre», una obra del director neorrealista italiano menos clásica de lo habituala y que cambió la dinámica en los papeles de Bergman.

9

«Asesinato en el Orient Express», de Sidney Lumet (1974)

Tras unos años en Europa, en los años cincuenta y sesenta, Bergman vivía a caballo entre producciones americanas y producciones europeas. Con «Anastasia», en 1956, la actriz había ganado su segundo Oscar y se encontraba en el posiblemente punto álgido de su carrera, tras la que dio paso a una etapa con más altibajos en cuanto al nivel de sus films.

Paul Dehn reescribió la afamada novela de Agatha Christie para que Sidney Lumet dirigiese la historia del asesinato en un tren más leída y conocida de todos los tiempos. Ingrid Bergman fue nominada a mejor actriz secundaria y lo ganó, cerrando así su triplete de premios Oscar.

10

«Sonata de otoño», de Ingmar Bergman (1978)

Bergman y Bergman volvían a juntarse para producir una última joya «marca Suecia». A las manos del maravilloso realizador escadinavo, Ingrid pudo conformar una historia intimista y desgarradora.

Más sobria que en sus participaciones en Hollywood, la actriz sueca consiguió un papel agradable para la cámara y los espectadores, lleno de sencillez y realidad, que convenció a todos menos, precisamente, a Hollywood, que la dejó a las puertas de su cuarto Oscar en la que fue su séptima y última nominación.

11

«Una mujer llamada Golda», de Alan Gibson (1982)

Para comprender quién fue para el cine Ingmar Bergman basta con saber alguno de sus logros, méritos y detalles. Además de los premios, el American Film Institute la seleccionó como la cuarta actriz más importante de la historia tras Katharine Hepburn, Bette Davis y Audrey Hepburn.

Fue musa de varios de los directores más grandes del séptimo arte e incluso afectó de manera crucial en la propia industria, pasando a ser parte del propio celuloide. Tanto es así, que en una de las películas más famosas de la historia, «El Padrino», dos personajes, Michael y Kay, hacen mención a la actriz sueca en una conversación.

Pero si se quiere entender bien quién era la actriz, la serie para televisión «Una mujer llamada Golda», en la que interpreta a la ministra israelí Golda Meir, es un perfecto ejemplo. Bergman estaba en plena lucha contra el cáncer durante la realización y grabación del telefilm y, aún con ello, la preocupación de la actriz era la de si podría acabar el trabajo empezado.

Ella murió, pero esto no impidió que le otorgaran, a título póstumo, el Emmy y el Globo de Oro de 1982 por su majestuosa interpretación en la serie de televisión.

Ingrid Bergman vivió el séptimo arte en un momento crucial. Su paso fue igual de crucial para el cine que el cine en la vida de la actriz. Llegó, actuó y revolucionó. Cambió las tornas al ser protagonista absoluta en un mundo muy heterocentralizado y rompió moldes en los que se encorsetaba el celuloide.

Hace cien años nació Ingrid Bergman. Hace cien años comenzó la historia de la mujer que cambió la historia del cine.

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