Los mejores Drácula del cine... con y sin colmillos
El personaje de Bram Stoker ha sido llevado a la pantalla en más de 400 ocasiones
El personaje de Bram Stoker ha sido llevado a la pantalla en más de 400 ocasiones
1
Luke Evans en «Drácula, la leyenda jamás contada» (2014)
El último en llegar a esta lista con una historia muy distinta a la que hasta ahora se había narrado en la gran pantalla . Luke Evans toma el papel del Drácula humano, previo a la conversión en despiadado chupasangre, cuando era conocido en Transilvania como Vlad el Empalador. Un retrato épico que cambia la perspectiva sobre el monstruo.
2
Christopher Lee en «Drácula» (1958)
Si hay algún actor al que se le puede identificar con el conde transilvano este es sin duda Christopher Lee , que protagonizó hasta doce títulos -muchos de ellos de notable calidad- poniéndose en la piel del príncipe de las tinieblas. El primero de la lista fue este «Drácula» dirigido por Terence Fisher en el que contó con el genial Peter Cushing en el papel del doctor Van Helsing.
Pese a que acabó convirtiéndose en un personaje icónico para Lee, en la cinta su Drácula era tan misterioso y callado que solo tenía 13 líneas de guión. Solo recibió 750 libras de la época por su papel. La película acabó recaudando 25 millones de dólares.
3
Gary Oldman en «Drácula de Bram Stoker»
Se anunciaba como el retrato más fiel a la novela, aunque el Drácula al que puso cara Gary Oldman y que dibujó la cámara de Francis Ford Coppola era estéticamente muy distinto a todo lo que se había visto hasta el momento y lo que se vería después.
Se cuenta que, para interpretar algunas escenas relacionadas con la sangre, rodadas de madrugada, Oldman solía entonarse para el papel con algún licor alcohólico y así reproducir mejor «el espíritu» del momento.
4
Bela Lugosi en «Drácula» (1931)
Fue uno de los primeros en interpretar al señor de Transilvania en el cine. Bela Lugosi se convirtió durante años en el icono de Drácula, gracias a este filme rodado bajo la dirección de Tod Browning. Tanto impacto causó el personaje en el propio actor que, en el momento de su muerte (en 1956), Lugosi fue enterrado con la capa que vestía el conde en la película.
Como curiosidad y a pesar de su aspecto tétrico, Lugosi nunca vistió colmillos largos, tan típicos de su personaje. En realidad el primer vampiro con los dientes caninos prominentes fue Christopher Lee en 1958.
5
John Carradine en «La mansión de Drácula» (1945)
El padre de David Carradine interpretó al vampiro más famoso en varias ocasiones, tanto en el cine como para la televisión. Además de en esta cinta de 1945, lo hizo en un curioso crossover junto a Billy el niño (1966) y en «Nocturna» (1979).
6
Klaus Kinski en «Nosferatu, el vampiro de la noche» (1979)
El actor alemán compartió cámara con Isabelle Adjani en este filme de Werner Herzog que hacía honor en su título a una de las cimas del expresionismo alemán. Su convicente maquillaje (tenía que pasar en el tocador cuatro horas al día para tallarlo) era una de las señas de distinción de un filme que llegó en plena explosión de las películas de vampiros: solo ese mismo año se estrenaron seis títulos de colmillos largos.
7
Frank Langella en «Drácula» (1979)
Langella es uno de los más atractivos príncipes de las tinieblas que se recuerda. Su revisión del clásico es, como él definía, «como la de un noble, un hombre elegante con un único problema social: tiene que beber sangre para ser inmortal». Frank Langella siguió interprentando al conde en la versión musical de la película que preparó Broadway, papel por el que fue nominado a un premio Tony.
8
«Brácula» (1997): la versión de Chiquito de la Calzada
No podía faltar en este repaso el toque español a este monstruo de la ficción. El humorista Chiquito de la Calzada se metió en la piel de este chupasangres, aunque le cambió el nombre por el de «Brácula» (1997) para la secuela de su primera película. Con un reparto de cómicos -Bigote Arrocet era su sirviente- y unas críticas demoledoras, esta incursión en el mundo vampírico de comedia no era la única del cine español. «Un vampiro para dos», «Aquí huele a muerto» o «Buenas noches, señor monstruo» son algunos de sus ejemplos.