Pelayo cumplió su promesa
El niño afectado de distrofia muscular degenerativa corrió 300 metros en Talavera este domingo y, emocionado, entró en meta entre lágrimas
Pelayo dio este domingo una lección de superación. Este niño de seis años, que cumplirá siete «primaveras» el 8 de noviembre, se sobrepuso a la distrofia muscular degenerativa de Duchenne que sufre y cumplió su palabra: correr la prueba de 300 metros en la IX Carrera Solidaria a favor de Asociación de Enfermedades Neuromusculares (ASEM) de Castilla La Mancha, que se celebró en Talavera de la Reina con 1.600 inscritos. [La carrera, en imágenes]
Pelayo lo consiguió sin sus dafos (botas ortopédicas), cayéndose al suelo y levantándose otra vez. Entre lágrimas, por una mezcla de rabia y emoción, siempre con el apoyo de sus padres, Valle y David. Y todo porque al ñiño se le había metido entre ceja y ceja que este año tenía que terminar a pie la carrera, nada de silla de ruedas como el pasado año.
Este domingo le dio igual caerse cada diez metros; Pelayo apretaba los dientes, se quitaba las lágrimas de los ojos, se quejaba amargamente, pero se levantaba y se ponía a correr otra vez. Él quería ir rápido, pero su enfermedad no le dejaba. Al final, y con muchísimo esfuerzo, logró llegar a la meta agarrado a las manos de sus padres.
Cruzada la línea, Pelayo se tiró al suelo como si hubiera acabado una maratón, como si no pudiera con su alma, y rompió a llorar. Se tapó las manos para que nadie le hiciera fotografías con esa pose, como si su gesto estuviera al alcance de cualquiera. Y no le importó terminar con un enorme dolor de pies porque, como gran premio, recibió el abrazo de sus padres en la meta. Fue el punto y seguido a una jornada que Pelayo había comenzado a las 10.30 horas, cuando realizó en silla de ruedas el recorrido de los mayores, 6.400 metros, para acompañar a su padre.
800 participantes
En la carrera absoluta, con 800 participantes, los vencedores fueron Jesús Alvarado (Independiente) y Liu Dou (Bikila). Y, como otros años, enfermos, familiares, amigos y también representantes políticos participaron también en una multitudinaria vuelta a la pista de atletismo, el lugar elegido para la celebración de la prueba.
Con ese gesto reivindicaron mejoras asistenciales por parte de las administraciones, que no se deberían olvidar nunca de Pelayo ni de su amigo Eduardo, que también participó en su categoría en su silla de ruedas. Sus esfuerzos no deben caer en saco roto.
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