día contra el cáncer de mama

«No podemos marear a la mujer con pruebas que se pueden hacer en un día»

La doctora Cristina Romero dirige en Toledo la Unidad Contra el Cáncer de Mama de Enova, la única clínica de la región con un equipo específico de diagnóstico y tratamiento

«No podemos marear a la mujer con pruebas que se pueden hacer en un día» ana pérez herrera

VALLE SÁNCHEZ

No hace falta irse a Madrid o a Houston para conocer en un solo día un diagnóstico certero sobre el cáncer de mama, una patología que la radióloga Cristina Romero, responsable de la Unidad de Diagnóstico Multidisciplar de la Mujer del centro médico Enova , de Toledo, conoce muy bien. Su filosofía es trabajar con los mejores medios y profesionales para ahorrar tiempo y, sobre todo, sufrimiento a las pacientes a las que se les detecta este tumor, el más común en la mujer occidental y del que hoy se celebra el Día Mundial.

Profesional de reconocido prestigio en la sanidad pública, con varios premios nacionales, la doctora Romero decidió hace un año lanzarse a esta aventura en la clínica Enova para dirigir la unidad específica de diagnóstico y tratamiento multidisciplinar junto con el cirujano Justo Alvárez y un equipo de ginecólogos, psicólogos, psiquiatras y cirujanos plásticos. Y lo hizo porque podía contar con un equipamiento de alta generación, una resonancia magnética, única en la región, un mamógrafo 3D por tomosíntesis y ecógrafos específicos de mama porque, según explica, «la tecnología no es un capricho de un radiólogo, es una necesidad». Gracias a este equipo, en una mañana la paciente puede conocer el resultado y evitarse un calvario de esperas. « No podemos estar mareando a la mujer con pruebas que se pueden realizar en un solo día ; no puedes decirle que he visto una cosa y que vaya dentro de dos semanas a su ginecólogo a ver qué le dice. Las aseguradoras y el mundo médico no son del todo conscientes de la ansiedad que genera tener una sintomatología en la mama y no saber qué pasa... Puede que no tengas cáncer pero has estado dos meses con tratamiento ansiolítico pensando que podías tenerlo. No podemos estar vendiendo prevención y no dar a las mujeres la oportunidad de resolver esto de una manera rápida y efectiva », afirma.

«La tecnología no es un capricho, es una necesidad»

La doctora Romero reivindica también la figura del radiólogo : «Somos los ojos de la alarma, ese primer filtro tan decisivo y, sin embargo, somos los grandes desconocidos». Todo el mundo conoce a su ginecólogo, a su cardiálogo, pero muy pocas veces al profesional que controla todo el proceso de esta enfermedad, al propietario de esos ojos de un equipo que está formado por un cirujano, que aporta sus manos, un oncólogo, un ginecólogo, un psiquiatra... También hay desconocimiento, en general, por el equipo tecnológico, porque nadie pregunta qué cantidad de radiación o qué tipo de aparato se está utilizando. Y, como ejemplo, la doctora Romero siempre pregunta si alguien cambiaría su móvil de alta generación por uno antiguo aunque pueda hablar igual por teléfono: «Es el mismo caso, un mamógrafo con tomosíntesis no tiene nada que ver con un mamógrafo convencional porque los profesionales vemos mejor y, encima, radia la mitad». Y pone otro ejemplo clafiricador: «Me permite adelantarme, visualizar antes al enemigo antes de tenerlo a un metro y me pueda disparar».

Por eso, cuando comenzó sus tesis doctoral hace seis años, aunque la doctora ya era una radióloga experta y con renombre, decidió explorar sobre la era digital «que nos sorprendió a todos dejando de lado los negatoscopios y las reveladoras». «Soy una histérica de las mediciones y medí el trabajo con un aparato analógico, luego con uno digital y, después, trabajando con tomosíntesis. Y me encontré que mi sensibilidad para detectar lesiones crecía un diez y un quince por ciento cada vez que iba pasando de aparato, hasta llegar a la tomosíntesis que me subía un 22 por ciento». Una investigación que le valió un premio nacional « Profesor Barea».

El radiólogo también habla con el paciente en ese momento tan complicado del resultado de las pruebas porque «casi todas las mujeres que vienen aquí siempre tienen la esperanza de que no es nada». Y es que, según explica, «el cáncer de mama afecta a mujeres muy jóvenes, que se piensan que la salud te viene por añadidura, tienes hijos a tu cargo, una familia, unos padres, un trabajo que exige mucho de ti y la primera frase que siempre me dicen es que yo ahora no puedo permitir el lujo de ponerme mala y siempre les digo que para cuidar lo primero es cuidarte tú». Lo bueno es que el cáncer de mama se sale, pero ahora, hay que ahorrar en quimioterapia y, sobre todo, en sufrimiento.

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