entrevista

Javier Moro: «Los libros sirven a veces para rescatar a la gente del olvido»

El escritor madrileño presenta este miércoles su novela «A flor de piel» en la Biblioteca del Alcázar a las 19.00 horas

Javier Moro: «Los libros sirven a veces para rescatar a la gente del olvido» elena blanco

m. cebrián

El 30 de noviembre de 1803 la corbeta María Pita zarpó del puerto de La Coruña con veintidós niños huérfanos como pasajeros, cuyo cometido fue llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de España en Ultramar. Apoyada y sufragada por el rey Carlos IV al morir su hija, la infanta María Luisa, a causa de esa enfermedad, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, como se conoció esta misión, tuvo como héroes a los tres protagonistas de la novela: el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, pero sobre todo la enfermera gallega Isabel Zendal , que pasa de la Galicia rural a ser una mujer que decide su destino, que es salvar a gran parte de la humanidad.

A bordo de ese pequeño barco, el escritor Javier Moro (Madrid, 1955) hará partícipes a sus lectores toledanos de una apasionante novela, «A flor de piel» (Seix Barral) , que mezcla realidad y ficción a partes iguales para relatar lo que fue la primera misión sanitaria internacional de la historia. La expedición, que sirvió para curar a medio millón de personas de la viruela, pasa por las islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Méjico, Filipinas y China. Un nuevo viaje que lleva este miércoles al autor madrileño a Toledo para presentar su libro en la Biblioteca de Castilla-La Mancha a las 19.00 horas.

Después de dos años de investigación, Javier Moro intenta contar esta expedición filantrópica «de la manera más fiel posible» a los hechos históricos , ya que hay bastantes datos oficiales, como las llegadas y las escalas de los barcos. Pero, según reconoce, lo que no había hasta ahora son los diálogos y las cartas personales entre los protagonistas, tanto de los médicos como de la enfermera Isabel Zendal y de las madres de los niños. «Es aquí donde tuve que recurrir más a la imaginación para poder suplir esas carencias documentales», señala.

«Esta expedición es más importante de lo que ha quedado de su recuerdo en la historia, que es casi nada» , lamenta el autor. La buena noticia para Moro es que, debido a su novela, el 27 de octubre la Embajada de España en Bolivia y el Arzobispado de Cochabamba van a poner una placa conmemorativa a Josep Salvany en la catedral de esta ciudad boliviana donde este médico catalán falleció en 1810. «Los libros a veces te sirven para rescatar a la gente del olvido», afirma.

Isabel Zendal es otro de esos personajes que había caído en el olvido , pero el escritor cuenta que gracias a un amigo periodista de La Coruña encontró las primeras referencias escritas a esta enfermera gallega y pudo reconstruir su vida con bastante rigor. Esta es la gran protagonista de «A flor de piel» y en torno a quien gira la novela , que aparece al principio como una niña casi analfabeta de la Galicia rural hasta convertirse al final en una mujer que encuentra su lugar y pone en su sitio a todo el mundo.

Este personaje femenino es vital para la historia que narra el autor, «porque sin ella no habría habido niños en la Real Expedición, ya que la única manera que encontraron los médicos de transportar de manera segura la vacuna contra la viruela fue a través de niños huérfanos», subraya. Zendal supo cuidar de los 22 menores de entre 3 y 9 años que hicieron la travesía del Atlántico y luego de los 26 mejicanos que hicieron la del Pacífico.

Trabajo heroico

«Los principales personajes de la historia hicieron un trabajo heroico», destaca Moro, aunque es verdad que cada uno tenía intereses particulares para participar en la expedición -Balmis soñaba con la gloria, Salvany con curarse y Zendal con otra identidad-. Los tres estaban imbuidos del espíritu de la Ilustración , cuyo mensaje es la obligación de hacer algo por la humanidad y, en gran parte, lo consiguieron porque consiguieron vacunar a medio millón de personas, lo que supone la introducción de la vacunación masiva.

Todo ello, a pesar de los problemas que tuvieron con la administración de las colonias, es decir, con los virreyes , que consideraron a esta expedición como una competencia, ya que la vacuna de la viruela proporcionaba un rédito político importante. Sin embargo, a juicio del escritor, «la codicia pierde la batalla frente al trabajo encomiable de los responsables de esta expedición, que posibilitó sobrevivir a mucha gente».

Aprovechando la cercanía del 12 de octubre, Día de la Hispanidad, Javier Moro considera que «la leyenda negra española en América es muy discutible, ya que España tuvo que enfrentarse a unas sociedades que sí eran tremendamente crueles, pues los aztecas y los incas tenían sojuzgados a sus pueblos». Por eso, los españoles pudieron hacerse tan fácilmente con el poder en las colonias, gracias al apoyo de otros grupos que se unieron a ellos para derrocar a los líderes locales. «No se puede echar tierra sobre nuestra propia historia. Es como si nosotros nos quejaramos de la crueldad de los visigodos, de los romanos o de los árabes cuando nos invadieron» , concluye.

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