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Podemos pone duras condiciones a Page para su investidura como presidente
El PP regional reúne este martes a su Comité Ejecutivo para gestionar una derrota inesperada
Resaca electoral en Castilla-La Mancha , más fácil de sobrellevar para unos y muy pesada para otros en función de su futuro político. El más que posible pacto entre el PSOE que lidera el alcalde de Toledo en funciones y secretario general de esta formación en la región, Emiliano García-Page, y Podemos, que entra en el Parlamento autonómico con tres escaños de la mano de su líder José García Molina, ha generado tal ambiente de ilusión entre los socialistas que ya tocan con la punta de los dedos su vuelta al Gobierno regional tras el «breve» paréntesis del Ejecutivo de María Dolores de Cospedal. La también secretaria general del PP lidera una amarga derrota en las elecciones autonómicas, pese a ganar en votos y escaños a sus oponentes. Este martes, el Comité Ejecutivo Regional del PP castellano-manchego analizará los porqués de unos resultados que parecen quedar a años luz de las soñadas mayorías absolutas que les atribuían las diferentes encuestas y que ni en sueños pudieron pensar se les volvieran del revés. Ahora, los populares tendrán que hacer de tripas corazón y recomponer su futuro a la intemperie, en la oposición, después de haber gozado de un poder absoluto y con un partido que era Cospedal, y viceversa.
Y es que el PP ha obtenido 16 escaños en los comicios autonómicos, uno menos del que otorga la mayoría absoluta (17), frente a los 14 del PSOE y los 3 de Podemos. Pese a su victoria, la única tabla de salvación con la que contaba el PP, la posibilidad de que Ciudadanos consiguiera un escaño que poder sumar a sus 16, —«asiento» que estuvo bailando durante la noche electoral—, finalmente se hundió con el 63,50% del voto escrutado, en beneficio del PSOE: se quedó a menos de mil votos de conseguirlo. El de Castilla-La Mancha ha sido el único parlamento autonómico español en el que Ciudadanos no ha obtenido representación. Seguro que Cospedal piensa en ello mientras viaja esta mañana a Azuqueca de Henares, donde inaugurará la nueva planta de la empresa Bimbo.
Mientras, los 7.100 kilómetros recorridos en la campaña; los 20.000 en el último mes, y los 60.000 desde el pasado septiembre, han pasado factura a la espalda de García-Page, que este lunes ha tenido que ponerse en manos del fisioterapeuta y suspender su asistencia a la romería del regreso de la Virgen de Rus a su ermita, que se celebra todos los lunes de Pentecostés en la localidad conquense de San Clemente, y después de la convocatoria urgente, por la tarde, de la Ejecutiva Federal del PSOE en Madrid.
Fue allí donde, a preguntas de los periodistas, desveló que este martes tiene previsto iniciar los contactos con Podemos para intentar formar en Castilla-La Mancha un gobierno alternativo al del PP, dado que, con la ley electoral en la mano —dijo— la «única garantía de estabilidad en el gobierno la representa el PSOE». Siempre según las fuentes de este partido consultadas por ABC, el contacto con Podemos aún no se habría producido.
García-Page aseguró que quiere «contar con todo el mundo» para ese gobierno. «Hemos hecho el cambio donde parecía imposible y contra todos los elementos y es evidente que el único cambio estable es el que pueda encabezar el PSOE en la región», subrayó, tras apuntar que, a la vista de resultado en Castilla-La Mancha , «es como si Cospedal se hubiera pegado un tiro en el pie con la ley» electoral que reformó y que fue tan discutida por los socialistas, informa Efe.
«Ni líneas rojas ni azules»
Tras declararse «muy contento» con el apoyo que ha obtenido su partido en las urnas, Page hizo hincapié en que quiere «formar un gobierno para toda la región y con toda la región», con el fin de «recuperar los cuatro años difíciles y dolorosos» en los que ha gobernado el PP. Según explicó, no se plantea «líneas rojas ni azules», convencido de que su programa de gobierno tiene «innumerables puntos en común con otras fuerzas políticas, salvo con Cospedal». A este respecto, señaló que el grueso de los partidos en Castilla-la Mancha no sólo han planteado un «no a Cospedal», sino que «además había un tronco global de coincidencia en torno a las ideas de igualdad y del Estado del bienestar» que ahora pueden sustentar el acuerdo.
Mientras García-Page estaba en la Ejecutiva de Madrid, el líder de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, convocó ayer por la tarde a los medios de comunicación en una librería de la ciudad de Toledo tras la reunión del Consejo de Coordinación del Consejo Ciudadano de su partido.
Las condicinoes de Podemos
Dejó claro que aún no ha habido conversaciones con el PSOE, pero sí se mostró dispuesto a hablar de política, pero sin a entrar en «mercadeo de cargos, como se ha venido haciendo hasta ahora». Es decir, que no van a pedir ninguna consejería, un puesto en el Senado o un alto cargo en las Cortes regionales. Las condiciones para apoyar la investidura de García-Page serán el cumplimiento de su programa electoral, que pasa, como ya anunció Podemos durante la campaña en un Plan de Rescate Ciudadano, evitar los deshaucios, aprobar una ley de Auditoria y una Ley avanzada de Transparencia.
García Molina, diputado regional electo por Toledo, desveló que aún no ha habido llamada de García-Page, ni ningún tipo de contacto y mostró su extrañeza por la actitud de euforia del PSOE y del candidato socialista al presentarse en la sede electoral «como el ganador de las elecciones». «A uno le queda una sensación un poco rara, porque o bien no sabe contar, o es que tiene un pacto con el PP, porque desde luego con nosotros no lo tiene, ni nos ha llamado, ni hemos hablado, ni nada que se le parezca», dijo. Y, en tono irónico, afirmó que «o han hecho mal las cuentas o es que saben algo que nosotros no sabemos y ese algo quizás sea que han hablado con el Partido Popular y quizás tengan algún acuerdo extraño que se nos escapa».
García Molina reiteró, como ya lo hizo durante la campaña, que nunca ha hablado de pactos porque «no es una cuestión de siglas, sino de hacer política de otra manera». «No hemos hablado ni con el Partido Socialista ni con el Partido Popular, no hemos hablado todavía con nadie, supongo que nos tocará hacerlo, pero hasta ahora mo ha habido ningún tipo de llamada ni de contacto, ni de toma de contacto», dijo. Y descartó, por completo, un pacto cerrado tras la cena que se celebró en la casa del expresidente de la región, José Bono, y a la que acudió el mismo Page, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. «De especulaciones es difícil hablar», dijo.
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