Diferentes oráculos
Posiblemente todavía saltarán al ruedo otros encargos encuestadores para inclinar la victoria hacia un lado u otro
Hace más o menos una semana, una encuesta nos anticipaba que la socialista Milagros Tolón gobernaría en el Ayuntamiento de Toledo. Ahora otra encuesta nos informa de que el primer sillón municipal de la capital regional lo ocuparía el candidato del PP, Jesús Labrador. ¿Y cómo se entiende este contraste enjuiciador? Difícil encontrar la respuesta, aunque posiblemente todavía saltarán al ruedo otros encargos encuestadores para inclinar la victoria hacia un lado u otro.
Lo más seguro es que en el Ayuntamiento toledano ocurra lo de las últimas legislaturas: gobernaría el PSOE con los votos de IU, aunque esta última ahora se denomine Ganemos. Porque con el PP, para alzarse con la victoria, está obligado a la mayoría absoluta, y esto es más que complicado, ya que ninguna de las otras opciones políticas que se presentan pueden ayudarle en el intento por lo escaso de número de votos que podría cosechar. Esto es lo que se comenta por ahí, en lo que se denominan «círculos bien informados», aunque en el tema de los oráculos nada está seguro y a la mínima de cambio lo negativo puede transformarse en positivo y viceversa.
Las empresas que se dedican a promover encuestas preguntan a personas elegidas al azar sobre la intención de su voto y, en ocasiones, recibe respuestas sinceras y, en otras, la contestación es para despistar, porque no les apetece decir la verdad a través del hilo telefónico y prefieren guardárselas para ellos y depositarla más tarde en las urnas. Por lo tanto, y como está demostrado elección tras elección, los patinazos de las encuestas se suceden con bastante regularidad, aunque también es verdad que algunas, las mínimas, se acercan un poco a los resultados finales.
En Toledo, los militantes y simpatizantes del PP votarán a su partido y los de igual condición del PSOE también se inclinarán por las siglas que defienden, porque las cosas no están tan mal como para desterrar empatías de toda la vida y cambiar de signos ideológicos en un pispas. Aunque para algunos su partido no lo haya hecho muy bien, en el momento del compromiso ante las urnas no le dará la espalda y mucho menos en unas municipales, donde todos nos conocemos más o menos y solemos ser fieles a nuestros convencimientos políticos.
Las encuestas seguirán a lo suyo y más tarde será el recuento de los votos el que demostrará lo equivocadas que estaban algunas de ellas en cuanto al candidato vencedor se refiere.