entrevista a jesús hijosa, alcalde de villaseca de la sagra (toledo)

«El gran problema de los toros es la gente que está dentro»

Este pueblo de 2.000 habitantes, el primero del país que declaró los toros de interés cultural, da el pistoletazo de salida a su «Alfarero de Plata»

«El gran problema de los toros es la gente que está dentro» rebeca arango/encastillalamancha.es

manuel moreno

En Villaseca de la Sagra, un pueblo de apenas 2.000 habitantes, se celebran cerca de una veintena de festejos taurinos al año. Se hace llamar la «Pamplona chica». En realidad, los novilleros encuentran un oasis en este municipio cada vez que torean en su plaza. «Villaseca fue el primer pueblo de España que declaró los toros de interés cultural», recuerda con orgullo su alcalde, Jesús Hijosa, un enamorado de la fiesta nacional por antonomasia.

—¿Qué sería de su vida sin el toro?

—Después de haberlo conocido, me faltaría algo.

—¿De dónde le viene esta afición?

—Siempre he visto muchos festejos populares en Villaseca y he ido mucho a los toros a Madrid con mi padre, que ha sido abonado de San Isidro muchos años.

—¿Comparte esta afición con otras?

—Principalmente, con la caza de galgos.

—Por el número de festejos, supongo que no hay municipio de la región que supere a Villaseca. ¿Dónde está el secreto?

—El secreto es apostar por algo en la vida. Ha habido gente que ha apostado por convertir su municipio en referente en algunas cosas y Villaseca ha apostado por ser referente en el mundo del toro. Hemos apostado por estimular fiestas taurinas en Villaseca, como lo hemos hecho también con el deporte base en la organización del campeonato benjamín. Creo que ha sido un acierto convertir Villaseca en referente taurino en toda España por sus novilladas, por sus festejos y por la calidad de los toros.

—¿Y los beneficios económicos?

—Los beneficios económicos es uno de los hándicap que tenemos. Estamos luchando por que el «Alfarero de Oro», en septiembre, pueda autoabastecerse de las entradas en un par de años. Hoy en día no es posible, porque realmente lo que se gasta es más que lo que se ingresa. Aunque mucha gente dice que Villaseca invierte mucho dinero en toros, también hay que entender que esa inversión da un futuro a la población. Si no fuese por los encierros y por las novilladas... Recuerdo que hace diez o doce años a las fiestas no venía nadie de fuera. Ahora, Villaseca es un referente provincial y regional. Y mucha gente viene principalmente por el toro. Al final, es un aporte de beneficios y un aporte cultural que permiten al pueblo tener un futuro turístico.

—¿Ha tenido que defender muchas veces su afición taurina?

—Sí, he tenido que hacerlo porque en los últimos años parece que ser aficionado a los toros no es políticamente correcto, que no está de moda... una afición es innata a la persona y luchas por ella. Los toros es la fiesta más antigua de España y es la que más ha aportado para que este país sea lo que es. Mucha gente no lo valora, pero realmente en el mundo de los toros hay muchos valores que más quisieran muchos grupos de la sociedad española, como el respeto. Al toro se le respeta, se le admira, se le mima, se le cría... O el respeto del novillero que tiene por un matador de toros.

—¿Está la tauromaquia de capa caída o le augura una larga vida?

—Es una fiesta cultural que nunca va a caer. El gran problema de la tauromaquia es la gente que está dentro de este mundo. Hay que promoverlo como espectáculo cultural, aunque todo se mueva, como en esta vida, por dinero y como negocio. Pero creo que la base y la idiosincrasia del mundo del toro hay que respetarlas por encima de lo demás. Si interponemos que las figuras no quieren que les molesten los que vienen por abajo, que este no me ha dejado paso, que esto está manejado o que yo pongo mi torero, mi ganadería y todo el mundo va con su capricho y su historia, todo esto puede traer graves consecuencias a la tauromaquia. Pero como referencia cultural, creo que está más de moda que nunca. Y hay que inculcárselo a la gente joven. Repito: es la fiesta más antigua y más tradicional de España. Además, aporta grandes beneficios. De hecho, es el segundo espectáculo de masas y es el segundo sector cultural que más aporta por el IVA a las arcas nacionales, incluso por encima del cine , que está subvencionado. Y los toros no cuentan con ninguna ayuda.

—¿Cómo resolvería la guerra taurina entre Morante de la Puebla y los empresarios de la Maestranza?

—Dialogando. Con el diálogo se puede llegar a cualquier sitio. Yo creo que Morante está como loco por torear en Sevilla y Sevilla por ver a Morante en la Maestranza. Ahora bien, lo que hay que hacer es quitar intereses de uno y de otro, y buscar puntos de encuentro. Una feria de Sevilla sin Morante es poco entendible.

—Se habla de la verdad en el toreo y supongo que de esto usted sabe mucho. ¿Es en realidad todo negro sobre blanco o este mundo guarda muchos secretos?

—Guarda muchos secretos. Se está yendo a tenerlo todo demasiado previsible, demasiado atado, demasiado... llevarlo todo al extremo de que sabemos lo que va a pasar. Y eso le quita la gran emoción y la gran verdad al mundo de los toros. Cuando tú vas a una plaza de toros, vas a ver algo que crees que puede ser nuevo. Pero ahora mismo hay mucha gente que intenta que todo sea previsible: que el toro malo no moleste, que el torero que viene por detrás no apriete al que está por delante... Esto está perjudicando y es el gran cáncer de esta fiesta. Hay que hacer lo contrario, permitir que haya más emociones. Ahora mismo hay muchas ganaderías que no van a las ferias grandes porque parece que no están de moda. Pero no están de moda porque las están dejando de lado. Si encastes que eran buenos antes no se lidian ahora, desaparecen y caen. Y lo ponen de moda los que están ahí y los que van buscando que esto siga como quieren que esté. Y contra esto hay que luchar buscando la verdad de la fiesta. El toro tiene que ir en puntas y con la verdad por delante. Y el torero que quiere ser torero de verdad tiene que jugársela en la plaza.

—¿Por qué no se organizan corridas de toros en Villaseca?

—Son muy costosas y no van con Villaseca. Sería descabellado darlas. El pueblo ya hace un esfuerzo muy importante con las novilladas.

—Entonces, Villaseca es un paraíso para los novilleros en la actualidad.

—Realmente, aquí se les respeta, se les paga sus mínimos, se les intenta echar novilladas con mucha verdad y algunas muy cuajadas. Pero sin engañar a nadie. Por eso tienen que venir novilleros muy rodados. En Villaseca se les abre la puerta para que puedan triunfar, aunque ser figura del torero ahora mismo es casi un milagro.

—Con la crisis económica, ¿sobran toros en el campo?

—Creo que van a faltar toros en el campo este año y los dos próximos, o bien las ganaderías estarán muy escasas de ellos. Estos años atrás han sobrado muchos toros en el campo porque ha habido muchos ganaderos nuevos y también la crisis económica, por lo que ha habido que matar muchos en los mataderos.

—¿Es caro ir a los toros en España?

—No, quitando algún sitio puntual. Para quien quiera ir a los toros, realmente es asequible. No obstante, hay que luchar por entradas y abonos muy económicos para los jóvenes y ahora mismo hay que aprovechar el tirón para hacer nuevos aficionados. Esto será el futuro de la fiesta.

—¿En qué medida ha influido la política en el devenir de la fiesta en los últimos años?

—Bastante. Mucha gente ha dicho que apuesta por los toros pero, cuando llega la hora de la verdad, se la cogen con papel de fumar, perdone la expresión. El alcalde dice que sí da toros en su pueblo pero, si hay un empresario, le doy la subvención y que pase lo que tenga que pasar. Esto es muy fácil, pero es engañar al público y a tus vecinos. Con 25.000 o 30.000 euros para que te monte unos festejos, el empresario va a perder dinero y para no perderlo tiene que hacer algún regate, por lo que alguien no cobra. En realidad, es un fraude. Y a los políticos les digo que hay que apoyar nuestra fiesta y no podemos dejarla caer. ¿Por qué no se pueden transmitir diez corrida de toros en la Televisión Española? Parece que queremos esconder algo, que tenemos algún temor, que nos avergonzamos de algo; avergonzándonos, ¿de qué? Si esta fiesta es una de las que más verdad tiene en la vida y es cultura de España. A lo mejor algún día las nuevas generaciones se preguntarán por qué no les transmitieron sus antepasados la fiesta de los toros y acabaron con ella.

—¿Se imagina una España sin toros?

—No quisiera verla. Creo que es muy difícil que pase. Ojalá que nunca pase. Pero en España hay gente para eso y mucho más. Nunca pensamos que Cataluña no iba a tener toros y mire lo que tenemos allí.

«El gran problema de los toros es la gente que está dentro»

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