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Pedro A. González vuelve a sus orígenes
La novela se presentó recientemente en el IES «Eduardo Valencia» de Calzada de Calatrava, lugar donde el autor estudió el Bachillerato y a donde regresó casi 40 años después
La estatua de lava, segunda novela del escritor calzadeño Pedro A. González Moreno, es una novela juvenil de temática fantástica. La portada de esta edición lleva una ilustración de Eulogio Carretero, además de otros dibujos interiores que pertenecen a Fernando Fiestas, Marisa Molina Madrid y Héctor González Pereda.
Narra la historia de un chico de unos 12 años de edad que un día se encuentra con una extraña criatura que habita en el interior de un volcán. Este ser tan raro y maravilloso le encomienda una misión muy importante: la de salvar a su pueblo. A partir de ese momento, se adentra en una aventura en la que convive con la fantasía y la realidad hasta el punto de que, a veces, ni siquiera él mismo sabe dónde está la verdad.
El tema principal gira en torno a las fronteras entre la verdad y la mentira, entre la realidad y la fantasía. Además podemos encontrar otros temas secundarios como la fidelidad hacia la naturaleza y el paisaje, los deseos de aventura y la exploración de un mundo diferente, el descubrimiento del amor, la vida y la muerte, la belleza y la amistad, la búsqueda de respuestas, y tantos otros temas que aparecen en este tipo de obras fantásticas.
Uno de los grandes aciertos del relato está en la estructura. Podríamos considerar que hasta el capítulo 16 tiene una estructura circular, pues el primer capítulo comienza cuando el desenlace está a punto de producirse, es decir, en el momento de mayor intriga de la aventura. Y, a partir de ahí la acción avanza rápida y linealmente hasta el final. De esta disposición estructural se deriva la tensión narrativa y suscita en el lector expectativa, intriga e incertidumbre; ahí radica, en buena medida, la magia de la lectura.
Si hay algo por lo que se caracteriza esta novela es por ser una historia con una cierta carga filosófica, pero que está relatada de un modo que más pareciera un cuento infantil. Y es que nos encontramos ante un precioso cuento fantástico, una novela hecha para ese niño que muchos adultos llevamos en nuestro interior. Además, la historia se sitúa en una curiosa atemporalidad que hace posible que cualquiera, entre los 10 y los 90 años, pueda sentirse reflejado en el mundo inocente de los pequeños amigos de «Hormiguita», ese niño que vive en un mundo de fantasía y hace que la gente pueda enfrentarse a las verdades que permanecen ocultas en sus propios corazones.
La estatua de lava es una historia cargada de filosofía y aquél que mire más allá podrá comprobar que cada página, además de tener una alta calidad literaria, posee metáforas que no son sino una crítica a la mentalidad humana actual. Tan metafórico es el libro que incluso sus personajes son puras metáforas. Mientras los personajes secundarios son una representación de la nuestra sociedad, el protagonista representa unos valores que todos llevamos dentro de nosotros.
Es una lectura recomendable por muchas razones. El discurso fluye con naturalidad, se adecua a la historia y por eso cambia el registro según hablan los personajes. Por otro lado, se trata de una narración en primera persona, es decir, el propio protagonista tiene, además de la misión de contarnos la historia, la de convencer al lector de que la ficción ha resultado real. Y esa es la razón por la que tanto los adolescentes como los adultos que no hayan dejado morir su lado infantil, disfrutarán con su lectura.
La novela se presentó recientemente en el I.E.S. «Eduardo Valencia» de Calzada de Calatrava, lugar donde el autor estudió el Bachillerato y a donde regresó, casi cuarenta años después, para charlar sobre la obra con los alumnos del primer ciclo de Secundaria.
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