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Historias toreras del Domingo de Ramos en Toledo

Las tardes de palmas, olivo y toros eran una tradición hace unas décadas. La gesta de Álvaro Lorenzo recupera la fecha nueve años después de la última vez

Historias toreras del Domingo de Ramos en Toledo abc

juan antonio pérez

Desde que en 1865 un grupo de industriales toledanos, con el alcalde Gaspar Díaz Lavandero a la cabeza, juntara 600.000 reales de la época y empezaran a levantar la actual plaza de toros, la fecha del Domingo de Ramos ha sido una de las más prolijas del calendario taurino en la Ciudad Imperial. Así se demuestra en «La Plaza de Toros de Toledo (1865-2010). Antecedentes y Noticias de un Coso», impagable hemeroteca para los aficionados.

Olvidado durante nueve años, el tradicional festejo «semanasantero» se recupera este domingo 29 de marzo gracias al toledano Álvaro Lorenzo, que dará muerte a seis novillos en solitario. Por cierto, va a ser la primera vez que un torero acepte el reto de una «encerrona» (palabra mal utilizada, pues significa: obligar a una persona a hacer algo en contra de su voluntad) en el coso de Mendigorría.

Curiosamente, en los primeros años de la plaza no había toros en Toledo el Domingo de Ramos, sino el de Resurrección. Así fue en 1867 con una corrida que marcó el inicio de una temporada de 13 festejos, y en 1868 con la única corrida de un año que fue el primero de un «sexenio revolucionario» que interrumpiría la Fiesta de los toros en la ciudad.

El primer Domingo de Ramos con toros en Toledo fue el de 1916

Pero, ¿cuándo, por fin, se dieron toros el Domingo de Ramos? Pues la primera vez fue el 16 de abril de 1916 en una novillada del Duque de Veragua, de la que dieron cuenta José Blanco «Blanquito» y Manuel Belmonte, hermano del «Pasmo de Triana». Otra anécdota: aquel 1916 la rivalidad entre Belmonte y Joselito «El Gallo» estaba en todo su esplendor. Ambos torearían en Toledo (Belmonte seis veces y Joselito, solo una), aunque nunca un Domingo de Ramos.

Lalanda y Domingo Ortega

Sobre todo porque en tal fecha ya no hubo toros hasta 1928, ya en la dictadura de Miguel Primo de Rivera, cuando se lidió una corrida del marqués de Guadalete para Félix Rodríguez, Joaquín Rodríguez «Cagancho», «Gitanillo de Triana» y Vicente Barrera. Luego vendrían los carteles de 1930, 1931 y 1933, a caballo entre la dictadura, la «dictablanda» de Berenguer y la II República. En ellos tendrían doble presencia dos de las figuras de entonces, Marcial Lalanda y Domingo Ortega, quienes además están entre los diestros que más tardes han actuado en Toledo. Lalanda lo hizo en 23 ocasiones (14 de matador); Ortega, natural de Borox y cuya Escuela Taurina de la Diputación de Toledo lleva ahora su nombre, en 25 (16 de matador).

La República se agotó, pasó la guerra y no fue hasta la posguerra de 1943 cuando los toros volvieron al Domingo de Ramos con una corrida de María Sánchez y Sánchez para Manuel Álvarez «Andaluz», Antonio Bienvenida y Emiliano de la Casa «Morenito de Talavera». Entre 1944 y 1950 se alternaron las ausencias con novilladas y corridas de postín, como la del Duque de Tovar en 1946 con Domingo Ortega, Antonio Bienvenida y «Dominguín».

Aquellos años serían el prólogo de una época dorada para los aficionados a los toros en Toledo. Entre 1953 y 1977 solo hubo cinco Domingos de Ramos sin festejos. El ciclo se inició con una corrida de Manuel Arranz que estoquearon Pepe Luis Vázquez, Julio Aparicio y Antonio Chenel «Antoñete», y cerraría con otra de Rocío de la Cámara para José Ruiz «Calatraveño», Raúl Sánchez y Carlos Escobar «Frascuelo».

Todos los grandes

Entre medias, por la Ciudad Imperial pasaron la mayoría de los más grandes de la época: los rejoneadores Ángel Peralta y Álvaro Domecq, Gregorio Sánchez (que lo hizo de novillero y de matador), Antonio Bienvenida, Curro Girón, Juan García «Mondeño», Diego Puerta, Paco Camino, Santiago Martín «El Viti», Jaime Ostos, Andrés Vázquez, Francisco Rivera «Paquirri», Ángel Teruel, Curro Romero, Rafael de Paula, Dámaso González, Curro Vázquez o José Mari Manzanares. En aquel cuarto de siglo, la mayoría de los años el festejo del Domingo de Ramos también era el que abría temporada en Toledo y servía de apetito para el Corpus y las Ferias de agosto.

En la década de los cincuenta, sesenta o setenta por Toledo pasaron todos los grandes de la época

Casualidad o no, la llegada de la Transición supuso un apagón en el tradicional festejo. En los ochenta, solo hubo una corrida: la de Gabriel Hernández García, que mataron Andrés Vázquez, Víctor Manuel Martín y Juan A. Alcoba «Macareno» en 1982.

En los noventa se intentó relanzar la fecha, pero esta ya no acabaría de cuajar. Solo hubo cuatro tardes de palmas, olivo y toros (1993, 95, 97 y 99), en las que por Toledo pasaron Miguel Báez «El Litri», Óscar Higares (dos veces), Manuel Díaz «El Cordobés», Pedrito de Portugal o Cristina Sánchez. En 1995 incluso se produjo la única alternativa en tan señalada fecha: la de Miguel Martín, ahora banderillero a las órdenes de Iván Fandiño .

Cuando se habla con aficionados, recuerdan que el último gran Domingo de Ramos toledano fue una corrida de Manolo González, González Sánchez-Dalp y Murteira para José María Manzanares, Enrique Ponce (su primera tarde en Toledo) y Manuel Caballero en 1992. Bueno, pues es un error de la memoria: la corrida se celebró el sábado, no el domingo. El último, en realidad, fue una novillada en 2006 de Herederos de Domingo Martín-Peñato para «El Arqueño», Martín de Vidales y Alberto. El último de, en total, 36 festejos. Hasta hoy.

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