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El monumento que el Greco no tiene

«Toledo aparece de mil colores y maneras; citada por autores de todas las tendencias. Solo por el papel de protagonista en que aparece Toledo, bien vale leer este libro»

El monumento que el Greco no tiene

por hilario barrero

El profesor del Departamento de Filología Española de la Universidad de Jaén, Rafael Alarcón Sierra, ha publicado Vértice de llama: El Greco en la literatura hispánica. Estudio y antología poética, Ediciones de la Universidad de Valladolid.

El título, de sabor ultraísta, está inspirado en unos versos de Rafael Alberti que abren su poema dedicado a El Greco: «Aquí, el barro ascendiendo a vértice de llama, / la luz hecha salmuera, / la lava del espíritu candente», incluido en A la pintura.

Vértice de llama es el mejor broche para cerrar el año Greco. Pasarán los conciertos y las exposiciones, se olvidarán los festejos de barrio y los homenajes callejeros, se arrugarán las camisetas y perderán el lustre los suvenires, pero este libro quedará como un documento único y un legado para futuras generaciones porque es un tesoro.

Los amantes del Greco, de la poesía y de la literatura estamos de enhorabuena y los toledanos deberíamos estar doblemente agradecidos por el exhaustivo, hondo, documentado y serio trabajo que el profesor Alarcón ha llevado a cabo a lo largo de varios años. Si el texto es insuperable uno recomendaría detenerse en las notas a pie de página, donde se encuentran auténticas maravillas eruditas escritas para la comprensión de todos los amantes de la literatura. Un libro que se balancea entre lo académico y lo popular.

Del volumen dice su autor que «es un diálogo de estética interartística, principalmente entre pintura y literatura, donde también intervienen aunque en menor medida la música y el cine , por ejemplo, que muestra cómo la revalorización del Greco no es un ‘descubrimiento’ sino una ‘construcción’, que hace al pintor contemporáneo de cada movimiento estético que lo reivindica».

La obra consta de dos partes, una de estudio y otra que recoge una antología poética precedida de una «justificación» que analiza cada uno de los poemas que en ella se incluyen. El ensayo central, preciso y precioso, combina historia y crítica, establece un diálogo entre las artes (de la pintura al cine ), los textos y las mentalidades, y construye su relato a través, pero no únicamente, de la literatura hispánica, en gran medida responsable de la lectura del cretense, donde ha dejado amplia huella en textos ensayísticos y de creación.

Vértice de llama no es solo una antología al uso de poemas dedicados a un pintor que nos ayuda a conocer a los poetas que escribieron sobre el Greco, es también un trazado social, estético y hasta generacional de la historia de la literatura hispánica y, en ocasiones de otras culturas.

Aunque el autor dice que en el fondo «al Greco no lo entendemos. Entendemos su técnica pictórica, cómo trabajaba, pero no más allá», este libro, que es un alumbramiento, nos acerca y nos define y nos ilumina la persona y la obra del escurridizo pintor.

Aparte del Greco, que es el protagonista, Toledo aparece de mil colores, maneras y niveles. La ciudad imperial es citada por autores de todas las tendencias ideológicas y estéticas. Desde Pemán a Azorín, pasando por nuestro Urabayen o Rilke. (Como es sabido, el viaje a Toledo de Baroja y Azorín a finales de 1900, invitados por el periodista Julio Burell, entonces gobernador civil de la provincia, tiene una importancia crucial para los derroteros del Greco en la literatura española). Solo por el papel de protagonista en el que aparece Toledo bien vale leer este libro.

No podía faltar en la antología la presencia de poetas toledanos o vinculados a Toledo y así nos encontramos a Juan Antonio Villacañas que editó en 1958 un libro, su octavo poemario, íntegramente dedicado a la obra del candiota, con el título de Conjugación poética del Greco. También aparecen José García Nieto, Félix del Valle y Díaz (y el que esto firma). Uno agradece al profesor Alarcón la dedicación, el amor, el respeto y el trabajo que ha empleado para hacer de este libro el monumento que el Greco no tiene. Vértice de llama viene a reparar muchos olvidos y algunos favoritismos e injusticias.

Uno espera que el profesor Alarcón reciba, por parte de las autoridades toledanas, el reconocimiento que se merece. Uno, que nació a la sombra del «entierro», confiesa haber aprendido mucho de este libro.

El monumento que el Greco no tiene

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