artes&letras castilla-la mancha

Mateos, un albaceteño singular

Dibujante, caricaturista, periodista y archivero

Mateos, un albaceteño singular

por alfonso gonzález-calero

Hace unas semanas comentábamos aquí la vigencia de la prensa humorística en Castilla-La Mancha, al hilo de una exposición sobre ella en nuestra Biblioteca Regional. Traemos hoy a estas páginas de ABC una interesante monografía que acaba de publicar el periodista albaceteño Juan Francisco Molina, sobre su paisano el dibujante, caricaturista, periodista y archivero Alberto Mateos Arcángel (1900-1987).

Mateos comienza a publicar caricaturas en el semanario albacetense El Pataco, en 1914, y sigue haciéndolo a continuación en el semanario Vida Manchega (editado en Ciudad Real pero de ámbito regional) entre los años 1917 y 1920.

Siguió publicando luego caricaturas en El 13 un periódico satírico y de tendencia socialista, que pudimos ver en la exposición antes mencionada.

En 1924 comienza a colaborar con La voz valenciana, y ese mismo año presenta su primera exposición individual en el Círculo de Bellas Artes de Valencia.

En 1925 regresa a Albacete donde tenía ya una plaza en el Archivo municipal. Colabora en el semanario satírico Buen humor, donde lo hacían también buena parte de los humoristas que adquirirían fama posteriormente: Jardiel Poncela, Gómez de la Serna, Fernández Flórez, etc.

Cuando se aproxima la II Republica comienza a colaborar en El Eco del Pueblo, y posteriormente en el semanario Gutiérrez en el que firmaron también José López Rubio, Tono, Edgar Neville y Miguel Mihura entre otros.

Ya en época propiamente republicana Mateos publicó dibujos y caricaturas en Hoy, periódico republicano de Albacete, y posteriormente en otras publicaciones de esta misma tendencia como Juventud e Izquierda.

Tras la Guerra Civil, Mateos, cuyo compromiso republicano había sido evidente, decide esconderse y pasa nada menos que nueve años oculto en la pensión de unos familiares, de la que finalmente saldrá en 1948.

En varias ocasiones, una vez ya en la calle, intenta volver a su puesto de funcionario del archivo municipal, cosa que no consigue; será ya jubilado, en 1976, cuando el Ayuntamiento le reconozca sus derechos pasivos.

El libro se completa con dos trabajos: uno de Antonio Selva Iniesta (en la actualidad director del Instituto de Estudios Albacetenses) sobre Mateos durante la Guerra Civil, y una semblanza biográfica a cargo de Mª Dolores Carcelén.

La figura de Alberto Mateos es de un enorme interés por su dilatada actividad artística, pero también como cronista y miembro destacado de la vida cultural, social y política de Albacete durante más de 40 años: no hay que olvidar su afición a los toros y al teatro, su devoción por la Feria, y su trabajo como recopilador de centenares de fotografías antiguas de Albacete, muchas de las cuales se han conservado gracias a su esfuerzo.

Este libro de Juan Francisco Molina -que ha requerido de un enorme trabajo de rastreo en numerosas publicaciones y archivos públicos privados- supone el reconocimiento justo debido a este albaceteño singular. La edición se acompaña con infinidad de reproducciones de dibujos de Alberto Mateos, muchos de ellos en blanco y negro y otros en el color original con el que fueron publicados en su momento.

Mateos, un albaceteño singular

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