La última cena

«No nos merecemos unos políticos que se dicen ya retirados y siguen intentando mover los hilos desde su jubilación millonaria y sus coches oficiales que pagamos entre todos»

por juan josé alcalde saugar

La percepción actual de la sociedad española sobre la política en nuestro país no es precisamente para estar muy contentos. Aquellos que por una u otra razón se dedican a ella deben de ser los encargados de transmitir a los españoles el noble fin de la misma, que no es otro que trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Mucho ha sido lo que se ha construído en este país en los últimos 40 años y siempre ha existido una paz social necesaria para hacer realidad los avances que España necesitaba. Durante este tiempo, los partidos de izquierda moderada como el PSOE se habían caracterizado por su visión global de país, tanto en el gobierno como cuando los españoles les ponían en la oposición. Esto cambió con la deriva de los gobiernos de Zapatero y su afán de pactar con los independentistas más radicales con la única intención de quedarse en la poltrona del poder. Estas medidas llevaron a hacer perder la senda del bien común y del desarrollo de la sociedad española. Ahí están los datos macro y microeconómicos con los que dejaron el gobierno de este país en 2011, conocidos por todos los españoles. Pues bien, quien no supo o quiso hacer avanzar durante 8 años a este país, viene ahora de salvapatrias organizando cenas con el partido de extrema izquierdas que ahora toca, Podemos, con nocturnidad y alevosía.

Es curioso que los que llevan dando vueltas durante los últimos años hablando y criticando el sistema político español, denominando como «la casta» a todo aquello que no sea nuevo, se vayan a reunir con los Zapatero, Bono y García-Page que fueron definidos por el actual secretario provincial del PSOE en Ciudad Real como «casposos» y que llevan más de 25 años en esto de la política. Vuelve a ser la misma historia a la que nos tiene acostumbrados el partido socialista en esta región: las mismas caras, las mismas promesas, los mismos errores y las mismas deudas que tendremos que pagar los castellano-manchegos.

La pregunta que nos debemos de hacer los toledanos y los castellano-manchegos sobre la reunión clandestina con la plana mayor de Podemos, lejos de pensar en la traición que supone a su partido que el ex presidente socialista del gobierno, el ex presidente socialista de la Junta y el actual alcalde de Toledo y secretario regional del PSOE en Castilla-La Mancha, es saber a qué acuerdos y sobre todo cuanto nos va a costar a los ciudadanos.

No sabemos qué pueden ofrecer políticos que, habiendo tenido responsabilidades de gobierno y llevando en política como García-Page desde los 18 años, han demostrado una absoluta incapacidad para solucionar los problemas de los ciudadanos y que, además, son los culpables de la situación en la que dejaron a este país y a esta región en el 2011, cuando abandonaron el gobierno de ambas instituciones.

Este país no se merece una política encadenada a quienes ya han demostrado que han supuesto un fracaso absoluto y un retraso en el desarrollo social y democrático del país. Tampoco nos merecemos unos políticos que se dicen ya retirados y siguen intentando mover los hilos desde su jubilación millonaria y sus coches oficiales que pagamos entre todos.

La última cena

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