crisis en la academia de bellas artes y ciencias histórica de toledo

«La Academia puede subsistir hasta junio con el dinero que tiene»

El depositario-contador dice que la institución tiene unos gastos fijos anuales de entre 15.000 y 20.000 euros

«La Academia puede subsistir hasta junio con el dinero que tiene» luna revenga

manuel moreno

«¿Qué tal vivimos? Vamos tirando». Roberto Jiménez Silva, el depositario-contador de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo , lo que viene a ser el tesorero en las asociaciones, parafrasea las palabras de una familia que vive día a día para explicar la situación financiera de esta organización.

Asegura que esta institución llegará a subsistir hasta junio, «como mucho». Esto es, con el dinero que tiene ahora mismo en el banco y donativos de académicos y particulares, la Academia llegaría a cubrir los gastos fijos hasta final del curso académico en luz, agua, teléfono, calefacción y el pago del alquiler.

Hay que recordar que la Academia deberá entregar este 31 de diciembre las llaves de su sede, la Casa de Mesa, después de 97 años ininterrumpidos en ella . El motivo es que finaliza la moratoria de renta antigua por la que la institución, hasta la fecha, paga un alquiler de unos 4.000 euros anuales.

«En tierra de nadie»

Jiménez confirma que los gastos fijos de la Academia están al día, no deben dinero, pero ya no pueden dedicar ni un euro a sus publicaciones, salvo que sean costeadas por donaciones privadas. Como sucedió con el libro-homenaje al anterior director de la institución, Ramón Gonzálvez.

Una situación económica precaria a la que se ha llegado, según el depositario-contador, por la desaparición de subvenciones y por el hecho de que la Junta de Castilla-La Mancha ha dejado de lado a la Academia. «Nos encontramos en tierra de nadie, cuando en otras regiones otros organismos han asumido las academias», se queja Jiménez.

«La Academia de Bellas Artes y Ciencias Histórica de Toledo son muchas cosas –afirma–. Somos una entidad benéfico-social, estamos contribuyendo a la cultura de esta región, vamos a cumplir cien años... ¡Alguien se tiene que hacer cargo de nosotros! Salvo que nos digan que no quieren saber absolutamente nada. ¡Ah!, entonces las academias, por voluntad propia, dirán: o nos reconvertimos en no sé qué o tiramos los pies por alto y empezamos a cobrar por nuestros trabajos».

«Ahora, si el Ayuntamiento de Toledo o la Diputación nos piden informes, la Academia los hace gratis. Y esos informes requieren horas de trabajo, de investigación y sapiencia de los señores académicos que tienen que prepararlos», añade. «Entonces, entendemos en la Academia que la función que estamos realizando es buena y que tenemos que seguir ahí. Si no, será otra institución de esas que de pronto desaparecen de un plumazo sin saber por qué ni cómo», vaticina.

No obstante, Jiménez afirma que «la Academia tiene que mirar al siglo XXI, eso está claro. No puede estar mirando a cómo se funcionaba antes. Si antes se vivía de una subvención y se ha acabado, no solo para nosotros, pues hay que buscarse la vida».

«La Academia puede subsistir hasta junio con el dinero que tiene»

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