hablan los miembros de la Academia de bellas artes de toledo
«Nos vemos arruinados y en la calle»
«Hay unos intereses personales que están derivando en cosas alegales», afirma Dalila del Valle, la última académica numeraria en ingresar
Los miembros de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo no paran de frotarse los ojos. No se lo creen. Una situación económica al borde de la quiebra a la que se suma ahora un hecho inesperado. El 31 de diciembre esta institución casi centenaria deberá entregar las llaves de la Casa de Mesa , un monumento nacional que ha sido su sede en los últimos 97 años de los 98 que tiene de vida.
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La propiedad del inmueble, tres familias de Madrid, se lo comunicó el 16 de diciembre, como ayer informó ABC, a través de un burofax enviado por un abogado que representa a los arrendadores ante la Academia, «la institución cultural más importante de Castilla-La Mancha», recuerda el decano de los académicos, el numerario Guillermo Santacruz. «Teóricamente -explica-, somos los asesores jurídicos en Patrimonio y en Arte de las administraciones públicas. Espero que esto se traduzca en que ellas nos ayuden a buscar una sede en condiciones».
La esperanza, lo último
Sin embargo, Santacruz cree que todavía no está todo perdido. Se aferra al dicho popular «mientras hay vida, hay esperanza». Este arquitecto, que lleva en la Academia desde 1976, explica que la ley que los dueños del inmueble quieren aplicarles para que dejen la sede «todavía está pendiente de analizar para saber si nos afecta o no. Es más una cosa de tipo jurídico que académico». «Nosotros -insiste- somos una entidad pública y primero tenemos que aclarar con la propiedad si esa orden nos afecta o no. Y esto supone que llevará un tiempo de conversaciones. Creo que es una ley hecha hace bastante tiempo para los comercios, se mantenían las rentas antiguas incrementándose solo el coste de vida anual. Por lo que yo recuerdo, porque hace mucho tiempo que la estudié, era una ley básicamente hecha para los comercios. ¿Afecta eso a las entidades de carácter público como la nuestra? Lo preguntaremos jurídicamente».
Pero el 31 de diciembre es pasado mañana, fecha impuesta por los dueños de la Casa de Mesa. «Entregar las llaves así, sin más,... tenemos unos archivos, una biblioteca, unos fondos importantes que no se pueden cambiar tan deprisa. Hay conversaciones para ver dónde logramos alojarnos, si es que verdaderamente tenemos que marcharnos», subraya Santacruz.
Hila esa reflexión con la gravísima situación económica de la Academia: «Estamos sin un euro, no en quiebra, porque no debemos nada. Se puede decir que estamos ganando el dinero para pagar el alquiler, el agua, la luz,... con el sudor de nuestra frente, dando conferencias, elaborando trabajos para el Ayuntamiento de Toledo, la Diputación... Nos vemos arruinados y en la calle, aunque de momento subsistimos con El Greco, Santa Teresa y El Quijote para el año que viene».
¿Cuál es el origen del estado financiero de la institución cultural? «La verdad es que nos cortaron totalmente todas las subvenciones del Estado, aunque no eran subvenciones sin más. Era un concurso de programas, nos presentábamos con lo que pensábamos y debíamos hacer en Toledo, y se nos daba un dinero que teníamos que justificar íntegramente. Ahora se ha cortado de un modo radical y tenemos una vida precaria».
El académico correspondiente José Rosell Villasevil resume la trayectoria de esas ayudas estatales: «La Academia tenía una subvención de 60.000 euros, luego se rebajó a 30.000 y después, nada, de un plumazo». Recuerda que la mayoría de las comunidades autónomas de España han respetado las cuantías de las subvenciones que sus reales academias recibían del Estado. «Pero eso no ha sucedido en Castilla-La Mancha. Por ejemplo, la Consejería de Educación y Cultura podría haber asumido los gastos de la Academia», sugiere como alternativa.
Rosell, un «modesto jubilado», realizó una aportación al día siguiente de recibir este mes una carta de la Academia solicitando dinero para cubrir gastos. Pero recuerda: «Esto es pan para hoy y hambre para mañana». Y apostilla: «Si perdemos los valores culturales e históricos, ¿para qué narices nos importa lo demás? Yo ya tengo la carrera hecha..., ¡qué importa si perdemos las raíces de un pueblo!».
«Otro sapo»
Sobre la salida de la sede, Rosell afirma taxativo: «Es una verdadera pena, es para estar de luto. Es muy triste que haya que irse de una sede con tanta solera a otro lugar. Que se consienta esto, no lo puedo entender. Es otro sapo y otra barbaridad que hay que tragarse. Es una solemne barbaridad que eso le ocurra a una docta institución con 98 años de existencia en Toledo, una ciudad milenaria. Una institución que es un modelo en el que debe mirarse la juventud. ¡Nos estamos cargando todo de una manera insólita. No tenemos la menor sensibilidad!».
Este cervantista cree que si la Academia deja su sede, los propietarios del inmueble no harán nada, con lo que la Casa de Mesa, con un impresionante salón mudéjar, se perderá.
«Espero que no sea tan urgente la salida», desea Santacruz. «Sé que la propiedad quiere vender el edificio, pero es de difícil venta. Es una manzana compuesta por varios inmuebles y sótanos muy antiguos, un lugar donde Santa Teresa escribió parte de su obra. Es comprensible la postura de la propiedad, pero creo que todavía hay diálogo por medio. Es un bien patrimonial que estamos conservando. Si nosotros abandonados ese lugar, podría ser un sitio de ocupación anormal y entonces dañarse un patrimonio nacional importante. Alguien lo tiene que conservar. ¿Lo quiere conservar la propiedad? Pues suponemos que lo hará. Si acaso no, creo que hay que hablar».
La artista Dalila del Valle es la última académica numeraria en llegar. Lo hizo a mediados de este mes. Primero habla de la Casa de Mesa: «El techo del Salón de Mesa se está cayendo, está apuntalado con una vigas para que no se caiga y haya una desgracia. Está en unas condiciones inhabitables y necesita una reforma urgente».
Cartas que no llegan
Luego se detiene en la situación financiera de la institución. «Estamos perdidos en el desierto por parte de las administraciones y la situación de la Academia es un asunto de suficiente interés para la opinión pública. Por alguna razón, existen personas tanto dentro de la Academia como fuera, a nivel político, que quieren mantener esto en el más absoluto silencio, tanto el tema de la sede como de la situación financiera de nuestra institución. Las cosas que están pasando no pueden ser secretas, tienen que ser aireadas ya, porque claman a Dios y al Cielo».
Del Valle explica que desde la Academia «se escriben cartas que no llegan a donde deberían llegar. Alguien las coge en el camino y aquí hay unos intereses personales que están derivando, perdone la expresión, en cosas alegales. Esto me enciende, me enerva. Creo que en España tenemos ya bastante de todas esas cosas como para que una real academia pase por esto, después de lo que se ha trabajado y las cosas que pensamos hacer para nuestro centenario, además de forma altruista». «Me parece tan surrealista lo que está sucediendo, con un trasfondo importante que se debería destapar. Una irregularidad más de las tantas que ocurren en España a nivel institucional y político», añade la artista, aunque declina ofrecer datos, de momento.
Y Rosell echa mano de su admirado «Príncipe de los Ingenios» para explicar el calvario de la Academia, que sobrevive con las aportaciones privadas. «Si lo está viendo Cervantes desde el Parnaso, estará diciendo: ‘¡Pero no sabéis lo que es España, coño. Si yo me estaba muriendo de hambre y vivía de limosnas con diez ediciones del Quijote a mis espaldas, y con traducciones al inglés y al francés!».