Page propone «un gran acuerdo con todos los sindicatos de la función pública»
Hace balance de sus ocho años al frente de la Alcaldía de Toledo y culpa al Gobierno de Castilla-La Mancha de lo que él prometió y no se ha cumplido: la instalación de una embotelladora de Coca-Cola y El Corte Inglés
En su último año al frente de la Alcaldía de Toledo, Emiliano García-Page ha hecho balance este viernes de sus casi ocho años de Gobierno, a la vez que ha lanzado propuestas para próximo reto: la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. La principal de ellas, lograr en 2015 «un gran acuerdo con todos los sindicatos de la función pública».
El de Page fue un discurso a dos tiempos: pasado reciente y presente por un lado, futuro próximo por otro. En el primero, el líder socialista dijo sin ambages que en Toledo «todos los servicios funcionan mejor que nunca». Y citó la basura, la limpieza, el tráfico, la seguridad urbana o la actividad cultural.
Respecto a las promesas que nunca terminan de hacerse realidad, dígase la instalación en la ciudad de una planta embotelladora de Coca-Cola o El Corte Inglés, se quitó responsabilidad («el alcalde pesa poco para que se instale El Corte Inglés», llegó a decir) y puso el foco en el Gobierno regional: «Con Cospedal ha sido imposible».
El discurso fue en el patio del Ayuntamiento y tuvo la escenografía de un mitín. Por ejemplo, en vez de la habitual mesa en la que se dan las ruedas de prensa, había un estrado. Además, todos los concejales del equipo de Gobierno (salvo la de Accesibilidad, María Teresa Puig) arroparon al alcalde en un acto en el que también se programó un vídeo con lo que se ha hecho este año y con mensajes del tipo: «Toledo sigue/tiene que seguir cambiando».
