cultura
«Va a ser una concierto espectacular por la música y el virtuosismo de Mineccia»
Nereydas, bajo la batuta de Javier Illán, ofrece este sábado en San Pedro Mártir el primero de los tres conciertos que cierran el Año Greco
Javier Ulises Illán, toledano, director de orquesta y violinista, autor de un disco-libro, Angélico Greco, que ahora se encuentra trabajando como director asistente con La Fura dels Baus en la producción de una ópera en Lucerna (Suiza), vuelve a Toledo para dirigir uno de los tres conciertos con los que se cierra la programación que ha realizado la Fundación El Greco 2014 en el IV Centenario. Su orquesta, Nereydas, con la colaboración especial del contratenor Filippo Mineccia, ofrecerá este sábado, a las 20.0 horas, una selección de arias de ópera y música sacra del compositor napolitano Niccolò Jommelli en San Pedro Mártir.
-Esta noche va a contar con la colaboración muy especial del contratenor Filippo Mineccia y en el concierto se ofrecerá una selección de arias de ópera y música sacra del compositor napolitano Niccolò Jommelli. ¿Qué se va a encontrar el público que asista al concierto?
Es un concierto espectacular en el más amplio sentido de la palabra. Es espectacular la música y es muy espectacular la presencia de este cantante, Filippo Mineccia. En el concierto vamos a descubrir a un compositor que apenas se conoce pero que fue uno de los referentes más importantes de Mozart y muy valorado en su siglo, el XVIII. Puedo afirmar que Jommelli, con su música, pintó un cuadro que tiene la luz de Nápoles, un mar enfurecido y una potente emoción religiosa. En eso se parece a la pintura del Greco: luz, tormenta y emoción religiosa. Está bien celebrar la conmemoración del IV centenario de la muerte de El Greco con la música de Jommelli, de quien también celebramos el III centenario de su nacimiento en Aversa, población cercana a Nápoles.
-No es la primera vez que actúas junto al contratenor Filippo Mineccia. ¿Cuándo se inicia vuestra colaboración?
Admiro mucho el trabajo de Filippo Mineccia, ahora, por ejemplo está haciendo una muy buena labor de recuperación del gran Farinelli y otros castrados. Nuestro primer concierto juntos fue en 2011. A partir de ahí se estrecha nuestra relación artística y llevamos a cabo proyectos en el presente y tenemos más para el futuro. En breve se publicará una grabación que ya hemos realizado. Este concierto de Jommelli es reflejo de esa grabación. Filippo es un virtuoso con una voz que sorprende y encanta, y con un personalísimo estilo y vocalidad, como verán y escucharán quienes tengan la suerte de hacerlo el día de la Constitución, 6 de diciembre, en San Pedro Mártir.
-¿Qué significa volver a Toledo, la patria chica, para ofrecer otro concierto?
Toledo tiene una magia especial. Cada escenario, cada lugar, transmite una energía diferente y muy propicia para la música. Hay que encontrar las músicas para cada lugar y ocasión. Tengo un especial recuerdo de haber dirigido un concierto en la plaza del Ayuntamiento durante el Corpus, con la imponente catedral como si estuviera escuchando. También es muy emocionante San Pedro Mártir y tocar ahí cerca de Garcilaso de la Vega; pero es más, en San Pedro Mártir, en el sotocoro, hay pintados unos frescos por Juan Bautista Maíno con escenas musicales, y esos frescos son cercanos a la época del Greco. En Toledo al fin todo se une y la emoción es una y florece de muchas formas dependiendo del lugar. Toledo debiera ser la ciudad de la música.
-¿Cómo se ve Toledo desde Lucerna?
La distancia ofrece perspectivas objetivas. Toledo ganaría mucho, con el gran potencial cultural que tiene, si planificara y gestionara como se hace en Lucerna. La programación cultural en Lucerna y en Europa se hace a más de un año vista, incluso tres y cuatro. Eso quisiera yo para Toledo. Es difícil alcanzar altos estándares de calidad en tan cortos plazos y con la indefinición económica sobre los proyectos como se hace por aquí, no solo en Toledo , en España en general.
Toledo guarda tesoros musicales. Es lo que llamo la cultura dormida o aletargada. Hay una tarea muy importante aún por hacer y es la de ¡escuchar! los archivos. Hay que sacar esa música de los archivos y ofrecerla a la gente como parte de nuestro patrimonio escondido durante siglos. Nuestra identidad cultural. La ciudad, las instituciones, tienen que sentir la responsabilidad de despertar del letargo y valorar la música de altísima calidad que se encuentra en los archivos. Conocer ese tesoro oculto nos dará una idea de cuál es nuestra identidad y nos explicará a la vez la importancia que tuvo la música en Toledo, no solo en la catedral, sino también en la vida de las personas en la sociedad civil. Es interesantísima la universalidad de Toledo y la compleja red de relaciones que unen Toledo con los lugares más emblemáticos del mundo. En Toledo hay equipo humano para realizar esa labor, pero se necesita un compromiso de las instituciones para catalogar, divulgar y grabar las músicas de este patrimonio. También habría que hacer un programa pedagógico para valorar y dar a conocer algo tan importante de nuestro patrimonio como es la música. Toledo es una referencia mundial por sus tesoros musicales y por el futuro que está por hacer para divulgarlos.
-Con estos tres conciertos del fin de semana se cierra el programa Música del Centenario ¿cómo lo valora?
-Creo que se ha conseguido el objetivo de trascender las fronteras de lo toledano con conciertos tan mediáticos como los Requiem de Verdi y Mozart en la catedral con dirección de Ricardo Muti y Ivor Bolton. Yo he echado de menos más presencia de música relacionada con el tiempo del Greco, tanto griega como italiana o española. Al fin y al cabo conmemorábamos al Greco. Luego ha habido bastante música, lo que es de agradecer. Y tengo la esperanza de que la semilla musical que se ha sembrado este “año Greco” no caiga entre las piedras del camino sino en terreno bien labrado y fructifique en ese Festival de Música Antigua que se ha anunciado, y que se afiance y se planifique con la objetividad, profesionalidad y la anticipación como antes decía que se hace en Lucerna. Que nos quedase esto del «año Greco» ya sería algo muy bueno. Y Toledo lo vale y lo merece.
-Se ha implicado en este IV Centenario del Greco, no solo en los conciertos planificados por la Fundación El Greco 2014, sino con un proyecto personal, al margen de cualquier ayuda institucional, que ha tenido una aceptación muy grande y una trascendencia mediática superlativa, me refiero al libro-disco Angélico Greco, pensado para escuchar los cuadros del pintor. ¿Cómo ha ido la experiencia?
Excelente. Angélico Greco ha gustado mucho. Quien ve el libro y escucha el disco lo compra para regalar porque tiene la conciencia de que acierta con el regalo. El Greco y la música es algo que me fascina y así intento transmitirlo. He tenido la ocasión de dirigir un concierto dedicado a un solo cuadro de El Greco, Las lágrimas de San Pedro; si esto fue algo emocionante para mí, imagina lo que fue el trabajo de buscar, preparar, grabar, escribir y descubrir los sonidos de El Greco en su propia pintura. He tenido la suerte de contar con unos músicos extraordinarios que han sabido mimar el proyecto y que han admirado los cuadros del Greco antes de grabar sus sonidos. Angélico Greco ha sido un viaje apasionante, y un viaje que se puede seguir compartiendo, pues ahí sigue el libro disco para quien quiera disfrutarlo. Angélico Greco ha entrado en muchos hogares, y eso es lo grande. Se ha vendido muy bien en lugares tan emblemáticos como la tienda del Museo del Prado. Y de él se han hecho eco los medios de comunicación relevantes en el mundo de la cultura de España. Espero que Papá Noel y los Reyes Magos echen también una mano y escojan Angélico Greco estas navidades como regalo para expresar el cariño entre las personas. Y por dejar mi petición a los Reyes, diría que espero que se cumplan los deseos de que se pueda hacer la edición en inglés y que gocen de Angélico Greco en el mundo lo mismo que la gozamos en España.
-¿En qué estás trabajando ahora?
Actualmente dirijo la música de escena en el ballet “Don Juan” de Gluck en el teatro de Lucerna. Además, estoy trabajando como director asistente en «Cantos de Sirena», la última ópera de La Fura dels Baus, que se estrena el 12 de enero del 2015 en Lucerna en coproducción con la ópera de Colonia y el Festival Castillo de Perelada. La verdad es que es un orgullo formar parte de un equipo de trabajo de tan alto nivel como el que forman el compositor y director Howard Arman, el director de La Fura Carlus Padrissa y el autor de la dramaturgia Marc Rosich, además del superprofesional elenco artístico y técnico que conlleva una producción tan compleja como ésta. Trabajar codo con codo con un equipo así en una ópera tan novedosa, moderna y dinámica supone, además de la permanente tensión intelectual y artística, un gran desgaste físico. ¡Ya me gustaría que esta ópera pudiera venir a Toledo y a nuestra Comunidad! Y contra lo que pueda parecer no es una producción de mucho coste económico. Vamos, que sería perfectamente asumible en nuestra tierra.
-Madrid, San Sebastián, París, Viena, Lucerna…Tras tu larga y densa formación ¿cómo enfrentas el futuro tras estas experiencias?
La formación está ahí y es continua. Sigo siempre aprendiendo y dejándome sorprender por una nueva sinfonía, madrigal, libro, cuadro, coregrafía o incluso un plato de comida. La experiencia laboral más cercana me dice que estoy comenzando a escribir las primeras letras de mi futuro. Mi deseo es seguir trabajando en el repertorio operístico y poder compatibilizarlo con la dirección de orquestas sinfónicas, que es el repertorio que me motiva y para lo que me he preparado y en lo que me siento preparado. Y de corazón puedo decir que mi deseo y mi gusto sería trabajar en España con la seriedad y el rigor con los que he aprendido a trabaja en Europa. La tierra de uno es un valor irrenunciable.
Noticias relacionadas
