solidaridad
«La gran recogida»: carros llenos de comida para los más necesitados
Los cinco bancos de alimentos de Castilla-La Mancha, desbordados por la generosidad de los ciudadanos
Inocencia decía: «Más vale pocos muchos que no muchos pocos». Y esto es lo que ha ocurrido en Castilla-La Mancha, donde miles de ciudadanos han colaborado en la operación «La gran recogida» que los bancos de alimentos de España han realizado entre el viernes y ayer, sábado, para los más necesitados. Inocencia, ya fallecida, era la madre de Carmen Hombrados, presidenta del Banco de Alimentos de Guadalajara , donde creen que han logrado superar los 25.000 kilos de comida que recogieron en 2013.
Sin cifras oficiales aún, esa misma impresión de una campaña triunfal la tenían anoche los presidentes de los otros cuatro bancos de alimentos de la región. La participación ciudadana en esta «lucha contra el hambre», como la llama Carmen, ha sido ejemplar. «No deja de emocionarte ver esa generosidad de las personas», afirmaba Manuel Lanza, del Banco de Alimentos de Toledo , en la puerta del supermercado de Supercor en la capital regional, donde ha pasado las dos jornadas.
Leche para niños
Lanza llevaba aún en el bolsillo la tarjeta de compra del Corte Inglés que un hombre le había dejado con un depósito de 500 euros para que Manuel lo invirtiera en alimentos. «Compraremos leche de continuación para niños, que no tenemos mucha», adelantaba.
No es la primera vez que Lanza recibe una cantidad así para ayudar a los más necesitados. En septiembre, con motivo de una llamada de atención al quedarse «su» banco de alimentos sin productos, alguien donó una cifra próxima a los 500 euros y la asociación recogió 4.000 kilos de comida entregadas por un puñado de generosas personas.
Ese espíritu solidario se volvió a repetir este fin de semana con «La gran recogida», pero con una diferencia con respecto a 2013. «Cuando hicimos esta operación el año pasado, debíamos contar casi a cada persona qué era un banco de alimentos, pero este año no ha hecho falta», subrayaba Lanza .
Carros enteros llenos de alimentos donados por ciudadanos han recogido muchos de los cientos de voluntarios que han colaborado en esta iniciativa. Así sucedió el viernes, sobre las siete de la tarde, cuando un hombre llegó al supermercado de Mercadona en la calle Paloma de Ciudad Real. Allí llamó la atención a una voluntaria para que le acompañara. «¡Coja dos carros y compre lo que quiera!», espetó el señor. El amable ciudadano pagó los dos carros llenos de comida y además compró una caja de bombones como obsequio para los voluntarios por su desinteresado trabajo.
La anécdota la contaba Segundo Alcázar, presidente del Banco de Alimentos de Ciudad Real, impresionado por la respuesta ciudadana. «¡No he visto una cosa igual! Hay personas que no compran un kilo de judías ni un litro de aceite, no. ¡Compran carros enteros de alimentos para los más necesitados!», repetía Alcázar después de dar una ronda para ver a los 350 voluntarios repartidos por la capital.
En Guadalajara hubo jubilados que fueron al supermercado a comprar un litro de leche para llevárselo a su casa en una bolsa de plástico. No fue lo único. Hicieron algo más antes de irse: dejaron pagados carros llenos de leche, cacao y galletas para colaborar en los desayunos solidarios para escolares.
Jubilados comprometidos con ayudar a los demás como otro anciano quien, apoyado en su garrota, le dio vergüenza entregar una bolsa con dos kilos de judías a Antonio Villaseñor, presidente del Banco de Alimentos de Cuenca, en la puerta del supermercado de Alcampo en la capital de la provincia. «Mire usted, yo tengo una pensión de 425 euros. Esta noche voy a cenar un bocadillo, hoy también he comido y como casi todos los días. Tome usted esto porque yo sé que hay otro peor todavía. A lo mejor el año que viene me toca a mi». Y se marchó.
Este tipo de gestos emocionó a muchos voluntarios, como les sucedió a algunos trabajadores del Banco de Santander en Cuenca, a los que se les humedecieron los ojos al ver que los ciudadanos compraban carros llenos de comida para los más necesitados.
«¡Vamos a por los 100.000!»
En Albacete, José Antonio García, presidente de su banco de alimentos, confiaba anoche en que los 800 voluntarios repartidos por la provincia lograrían alcanzar a la cifra del año pasado: 150 toneladas de alimentos.
Y con mucha alegría lo corroboraba Antonio Villaseñor en Cuenca. «A las seis de la tarde ya habíamos recogido la misma cantidad que en 2013, 60.000 kilos», remarcaba Villaseñor, que alentaba la ilusión de los casi 200 voluntarios repartidos por la provincia. «¡Vamos a por los 100.000 kilos!». Mañana seguro que lo sabrán.
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