magia de luz
El auditorio «El Greco» echó humo con Luz Casal
«El Palacio de Congresos vibró con la magia humana de Luz Casal. Lleno a rebosar. Entusiasmo a raudales»
El auditorio del Palacio de Congresos «El Greco» de Toledo vibró con la magia humana de Luz Casal. Lleno a rebosar. Entusiasmo a raudales. Música del último disco de la gallega universal, «Almas gemelas», y otras muchas canciones de su repertorio habitual más conocido. Melódica y rockera, Luz Casal, encantó con su encanto a un público que ya estaba encantado de haber logrado su asiento. Las entradas se agotaron a las dos horas de salir a la venta. Voz única, emoción, sentimiento, compromiso en las letras, realidad, desgarro, rock, buen rollo, simpatía, espontaneidad, sencillez, arte sin divismo, así es Luz bajo las luces de los focos que la iluminan.
Me embelesaron las baladas, los boleros y una excelente bossanova que abre ventanas a otros mundos de la música. Los ánimos de exaltaron con la Luz del rock, un rock nada duro, que nos lleva a las formas estilizadas y los recuerdos de un Johnny Hallyday.
La música de Luz Casal en directo es metafísicamente humana, como si la cantante con ella explorase y mordiese en la realidad que a veces no vemos, o sí vemos, y no sentimos, o sí sentimos, que se escapa todos los días, y ella la persigue, la atrapa y nos la canta envuelta en el alma evanescente de las emociones. Pero ella no está escapando de la nada, viene a nuestro encuentro, nos anuda las gargantas con las historias y luego nos hace gritar cuando el rock la desata y las contorsiones hacen que su cuerpo se arquee como una mimbre flexible, mientras las gargantas gritan o corean y las palmas echan humo. Y aunque no entendamos, aunque la amplificación a veces diluya las palabras y el «rever» las prolongue, aunque la acústica de la sala no haya sido diseñada por los dioses, su música, esa admirable y mágica música de Luz, no tiene nada de abstracta, de perdida o de huyente, sino que nos parece fieramente humana y nos toca la fibra del corazón.
Excelente tardenoche en el auditorio «El Greco» lleno de Luz. Luz dotada con el don de crear y transmitir cosas estupendas con la música y las letras que se pasean por la piel, se incorporan a la sangre y a la respiración y nos deja besando el suelo.
Con Luz Casal convive una banda excelente que arropa a la cantante, una corta banda equilibrada y sólida, con un sonido que no tapa nunca a la solista, formada por profesionales curtidos como Fran Rubio al piano, Juan Cerro y Jorge Ojea con las guitarras, Peter Oteo en el bajo y Tino Di Geraldo a la batería.
El público gozó, quería más y más, que aquello no acabase. No hay principio sin fin. Se fue Luz y se hizo la sombra. En el ambiente iban quedando los comentarios: ¡qué bien me lo he pasado! Hasta otra, Luz Casal. Toledo ha demostrado que te quiere.