«Hay compañeros que han dejado el taxi para ganarse la vida vendimiando»
Entrevista a Manuel García Naharro, presidente de los taxistas de Castilla-La Mancha
Hace una década, el presidente de los taxistas de Castilla-La Mancha , Manuel García Naharro (51 años), dejó el camión por el taxi. En la actualidad, está inmerso en un plan para mejorar la imagen del sector, con 1.200 licencias en la región.
—¿Cómo van a animar a los ciudadanos para que utilicen el taxi?
—Haremos propaganda en los medios de comunicación y que la gente nos vea como somos: un servicio eficaz, rápido, cómodo y con garantías. Así intentaremos cambiar la imagen que se pueda tener del taxi en general.
—¿Qué imagen cree que el ciudadano tiene de los taxistas?
—La primera impresión que la gente tiene es que se trata de un servicio caro, y más en estos tiempos de crisis, cuando hay menos dinero. No estoy de acuerdo con ello. Si hablamos del taxi urbano en las capitales y se comparte entre cuatro personas, no hay ningún servicio público urbano más barato que el taxi. Y si hablamos de las poblaciones rurales, evidentemente los viajes son más largos y las distancias encarecen el precio final. Pero si lo compartimos entre tres o cuatro personas, no es en absoluto nada caro.
—¿Cómo van a soportar sus compañeros un tercer año consecutivo con la tarifas interurbanas congeladas?
—Es muy difícil aplicar las tarifas interurbanas con esta crisis. Casi todos trabajamos por debajo de esas tarifas, si queremos trabajar, claro.
—Trabajar para sobrevivir, ¿no?
—Esa es la cuestión.
—Ustedes se quejan de que la Junta de Comunidades no les ayuda. ¿De qué manera lo percibe el sector?
—Han dejado que nos ahoguemos prácticamente. En 2012 nos retiraron el servicio de diálisis, que había servido al sector para mantenerse a pesar de la crisis. Y a partir de entonces vamos en caída libre. Nosotros proponemos alternativas, herramientas de trabajo para buscar nuevos nichos de mercado, pero la Administración no nos hace caso, no nos escucha. Así estamos, en una situación límite. Ya se están dando casos en algunos pueblos donde no los vecinos no disponen de un medio público para desplazarse.
—Cuando habla de una situación límite, ¿quiere decir que ya no pueden vivir del taxi?
—Efectivamente. Hoy por hoy, el taxi no es viable en la mayoría de los pueblos y de las capitales. No nos salen las cuentas. Se tienen que hacer una cantidad de horas inhumanas, unas 16 o 18, para poder cubrir los gastos.
—¿Cuántas licencias se han perdido desde la crisis en la región?
—Según el Ministerio de Fomento, desde 2012 se han perdido el 12 por ciento de las licencias que había, la mayoría licencias rurales. Hay que añadir las licencias o taxistas que han pedido excedencia en algunos municipios para dejar de prestar servicio, con una carencia de dos o cinco años, porque no pueden mantener el taxi. Mantienen la licencia pero no el servicio.
—¿Y a qué se dedican esos taxistas en excedencia?
—Conozco alguno que trabaja de albañil o realizan trabajos propios de la zona, coger aceitunas, vendimiar,…, lo que sale. Estamos en una situación en la que el taxi no se puede mantener. Nos quedamos sin nada y hay que buscarse la vida. Hay compañeros que han dejado el taxi para ganarse la vida vendimiando.
—¿De qué manera afectará en el bolsillo de un taxista la obligación de que al menos el 5 por ciento de las licencias sean para vehículos adaptados en 2017?
—Todavía no sabemos cómo lo va a hacer la Consejería de Fomento. En la actualidad no hay ningún tipo de ayuda. Hasta 2011 había subvenciones de hasta 12.000 euros, por parte de Imserso, la ONCE y la Junta, que suplían en parte lo que encarece adaptar un vehículo. Entonces, ¿ahora va a tener que correr con todos los gastos el taxista que tenga una licencia de ese tipo? Nosotros creemos que esto no es de recibo. Vamos a luchar para que haya subvenciones. Actualmente, hay un 2,5 por ciento de licencias para vehículos adaptados y tenemos que llegar al 5 por ciento en 2017. ¡Solo nos quedan dos años y no sabemos todavía cómo lo va a hacer la Consejería de Fomento!
—¿Cuánto cuesta adaptar un taxi para minusválidos?
—Entre 15.000 y 20.000 euros, además de los gastos de explotación, que son mayores porque son vehículos más grandes que un taxi normal.