Molinos de viento
El secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, recorre nuestra región dando a conocer a militantes y simpatizantes sus propuestas como candidato a las próximas elecciones autonómicas. Y se le ocurre publicar una foto en su cuenta personal de Twitter en la que confunde los molinos de viento de la localidad de Alcázar de San Juan con los de Campo de Criptana. Y se arma la marimorena por este error, lapsus, equivocación, falta, desacierto, inexactitud o descuido, al situar el emblema manchego sobre el horizonte lejano.
Naturalmente, y como se esperaba, de inmediato ágiles mentes del PP sacan sus conclusiones sobre el despiste y acusan a García-Page de «desconocer los problemas de los castellano-manchegos», «de llevar un dilatado número de año en el coche oficial y no ver la realidad desde el asiento» y otros mensajes de parecida índole. El susodicho fallo adquiere proporciones mastodónticas que tienen que ver con la capacidad de memoria del candidato, su agudeza visual, desacierto geográfico y más lindezas que conllevan el propósito de descalificar una personalidad política por una equivocación de apreciación entre los pueblos donde se encuentran ubicados los molinos de viento.
Luego el objetivo está logrado y a esperar que los medios informativos, televisiones incluidas, capten la diferencia y dejen de confiar en todos los razonamientos que García-Page pueda llevar a cabo tanto en el presente como en el futuro.
Vistas y comprobadas las derivaciones que puede adquirir una falta de orientación, lo mejor es que el cargo socialista deje de publicar documentos gráficos en su cuenta tecnológica o, si lo hace, delimitar el objeto pero jamás el espacio sobre el que se asienta. Porque un molino de viento de Alcázar de San Juan tiene mucha más categoría, por los resultados, que igual molino situado en una crestería de Campo de Criptana. Ya lo creo que sí, aunque un servidor, como toledano, prefiera los de Consuegra por aquello del paisanaje. ¡Será por molinos!
