artes&letras castilla-la mancha
Un lugar para el reencuentro (18):Con el viento
«A veces el dolor pesa y parece sujetarnos al suelo»
A veces la ausencia puede sentirse con una fuerza superior a la de la gravedad. A veces el dolor pesa y parece sujetarnos al suelo. A veces el corazón, ágil incertidumbre sin descanso, se hace plomo en el pecho. Nos posee entonces una infinita nostalgia de las alas. Y los pájaros son ese sueño cercano e inasible de crueldad bellísima. A veces pasan esas cosas. Entonces puede ser el momento de convertir al viento en aliado.
Aprendí a amar el desorden del viento y a entregarle mi pelo en ritual arcaico. Me ofrecí a su caricia y a su furia: testigos son acantilados nórdicos y las humildes hojas de las plantas. El viento puede ser caricia y bofetada, lo que te mima o te golpea, y lo hace siempre sin pedir permiso, metáfora de la vida misma. Y de la muerte:
Campana al viento/ canta también la vida/ sonando a muerto. Con el viento fui entendiendo esa dura lección del desapego, ésa de amar las cosas sin querer poseerlas. Con el viento supe del vértigo y del miedo al vacío. Y sólo así supe que podía vencerlos. Senda hacia el Cielo/ nos enseña el poeta/que va de vuelo.
Con el viento uno aprende a ser aviador de la propia vida, a respirar hondo y tomar impulso para plantar cara al dolor o emprender la aventura de los días.
HAIKUS DE LA AVIADORA
Se enciende el tiempo
despiertan los motores
arde el silencio.
Luz que se eleva
como plata en las alas
ángel de tierra.
Músculo y viento
indomable caricia
guerrera al vuelo.
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