Un vecino, sospechoso de cometer nueve robos en una misma noche en Santa Bárbara

Salió de prisión hace seis meses después de una condena por hechos similares

Un vecino, sospechoso de cometer nueve robos en una misma noche en Santa Bárbara ana pérez herrera

manuel moreno

No es muy habitual que una misma persona, a lo sumo dos, cometa nueve robos con fuerza, tres de ellos en grado de tentativa, en pequeños negocios en una misma noche. Menos que todas las fechorías ocurran en el mismo barrio, en apenas un kilómetro de distancia, y que uno de los presuntos autores, ya detenido y con un amplio historial delictivo, sea un vecino que estuvo en prisión hasta hace seis meses por hechos similares.

Eso es lo que investiga la Policía Nacional en Toledo, después de que varios establecimientos del barrio de Santa Bárbara, a la altura de la estación del tren, amanecieran este jueves con los cerrojos de sus puertas destrozados para robarles, en la mayoría de los casos, pequeñas cantidades de dinero en comparación con los daños causados. Hasta el momento hay un arresto, aunque la investigación policial sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Por el emplazamiento de los negocios asaltados, repartidos entre el paseo de la Rosa, calle Fuente del Moro y la avenida de Santa Bárbara, da la impresión de que el autor, con la problable ayuda de un compinche de complexión delgada, fuese forzando puertas de forma selectiva a medida que avanzaba por la calle en plena noche.

Tampoco tendría que haber utilizado ningún vehículo a motor para desplazarse, ya que el único detenido por estos hechos vive apenas a 250 metros de uno de los negocios en los que habría intentado entrar, la carnicería «Lopar», en la avenida de Santa Bárbara, 87, aunque un aparato de aire acondicionado se lo impidió. Este establecimiento bien podría haber sido el primero en intentar asaltarlo, por estar al lado de su casa, en este desenfreno punible, que se prolongó a lo largo de un itinerario de 1.100 metros.

El otro extremo de este recorrido delictivo fue la tienda de muebles «Banak», en el paseo de la Rosa, 100, donde la alarma le delató. Cerrada por vacaciones hasta el 29 de septiembre, el autor arrancó la caja registradora, posiblemente con unos 400 euros en su interior, después de reventar el bombín de la cerradura de la entrada. Solo iba buscando dinero, porque no se llevó un teléfono móvil que había al lado de la caja, según un empleado.

Metros más allá, en dirección al polígono industrial, el autor y su posible compinche reventaron las tres cerraduras de la puerta principal de una tienda de recambios para motos. Pero el propietario no quiso confirmar si le habían robado dinero o piezas hasta que «no se celebre el juicio».

Reja doblada

No muy lejos de allí, en el restaurante «La Estrella» (paseo de la Rosa, 166), el botín fue heterogéneo: dinero, comida y varias cajas de güisqui. Para conseguirlo, se colaron por una ventana después de doblar una reja. Por el diámetro del hueco, el delincuente tenía que ser muy delgado y posiblemente hubiera necesitado de la ayuda de un cómplice. Y no es desacertado pensarlo, si además se tiene en cuenta el comentario entre dos policías cuando inspeccionaban el agujero por el que los cacos habían intentado entrar en la carnicería «Lopar». «¡Por aquí el enano no entra!», espetaron los funcionarios, delante de los empleados del negocio, en alusión al único detenido.

En la avenida de Santa Bárbara, que conecta con el paseo de la Rosa, los ladrones pasaron a una agencia de Halcón Viajes y a la peluquería «Gente» (en el número 91), negocio en el que no encontraron dinero en la caja registradora, pero sí en la máquina del café, que destrozaron.

En esta misma calle intentaron acceder, sin lograrlo en esta ocasión, en la Academia de Formación «Tres Culturas» (en el número 93), de donde en la noche del 13 de agosto les sustrajeron un ordenador portátil.

En esta espiral de robos entre el paseo de la Rosa y la avenida de Santa Bárbara, los autores se desviaron unos metros por la calle Fuente del Moro, donde sí entraron en el despacho Sánchez y Lara Abogados (en el número 4), aunque no lograron ningún botín, y también lo intentaron en un establecimiento de alimentación regentado por orientales.

Al único detenido como presunto autor de estos hechos, unos policías lo arrestaron no muy lejos de los negocios asaltados gracias a que en el último negocio que asaltó, la tienda de muebles «Banak», saltó la alarma. La Policía montó un dispositivo para cerrar las principales vías de acceso a esa zona. El individuo, de 32 años y con más de una treintena de antecedentes policiales, salió corriendo cuando los agentes lo localizaron pretendieron identificarlo. En el cacheo, llevaba encima mucho dinero y objetos que le podrían implicar en la cadena de robos. Concretamente, dos «blisters» (cartuchos de plástico) con monedas que acababa de sustraer de la tienda de muebles.

Un vecino, sospechoso de cometer nueve robos en una misma noche en Santa Bárbara

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