Asaja recurrirá todos los planes de cuenca que afectan a la región
La organización agraria reclama un «pacto de unidad» a todas las administraciones
Aprovechando que llegan las elecciones generales, la organización agraria Asaja de Castilla-La Mancha ha querido dar su opinión sobre el problema del agua que padece esta región y reclamar a las administraciones un pacto de unidad.
«No hay nada más solidario que invertir en infraestructuras que unan a la sociedad» y eso se consigue con el agua, no con el AVE o las carreteras, reclamaba ayer el secretario regional de Asaja, José María Fresneda, quien recordó que en Castilla-La Mancha desde la Dictadura no se ha hecho ninguna obra importante relacionada con el agua.
Planes sin cumplir
También anunció que su organización va a recurrir todos los planes de cuenca relacionados con la región «porque se quiere engañar con informes que no son actuales».
«Se ha intentado redirigir la política del agua hacia la restricción, perjudicando a los agricultores», explicaba el vicepresidente de la organización, Florencio Rodríguez, poniendo como ejemplo el Alto Guadiana y las reservas de agua que «son más de las que se incluyen en el plan de cuenca».
Según dijo, hay compromisos pendientes de realizar, como el Plan Especial del Alto Guadiana «que se tiene que prorrogar, no derogar», o la puesta en funcionamiento de la famosa tubería manchega, una infraestructura sin terminar y que se achaca a que los ayuntamientos no aportan financiación para realizar las oportunas ramificaciones, «algo impensable en el Levante».
Tampoco es de recibo, según los responsables de Asaja, que Castilla-La Mancha no tenga voz ni voto en los órganos de decisión, aún siendo la cuenca cedente. Sin olvidar los «agravios muy graves» en el Tajo. De ahí que se haya decidido recurrir todos los planes de cuenca que afectan a esta comunidad autónoma.
También la presidenta de Asaja Toledo, Blanca Corroto, hablaba de los pozos comunitarios a los que aún no se ha dado una solución.
En definitiva, Asaja reclama un Plan Hidrológico Nacional, «el que alguien se cargó en su día y que hubiera sido un gran acuerdo». Y que se atienda a las regiones más solidarias, en este caso Castilla-La Mancha, y se invierta en la región, al igual que se ha hecho en el Levante.
Y es que para Asaja, el futuro de la agricultura en Castilla-La Mancha pasa por el agua, porque las explotaciones de secano no podrán sobrevivir por mucho tiempo más, ante la subida de los costes de producción y la competencia cada vez mayor. José María Fresneda indicó de que ya es hora de que Castilla-La Mancha tenga algo que decir sobre los planes hidrológicos, y advertía de que «el agua que va al Levante pasa por aquí, ¡cuidado!».
España húmeda y seca
Negó una «guerra del agua», al considerar que solo son los políticos los que con sus declaraciones la promueven y no la sociedad, que es la que realmente tiene que levantar la voz. «El problema no se resuelve con la foto en los pantanos de cabecera», insistió, sino con un debate real para que el agua de la España húmeda llegue a la España seca.
Florencio Rodríguez insistió en que la organización agraria apuesta por una distribución ordenada del agua, por su control, almacenamiento y por llegar este recurso «a aquellos que realmente lo necesitan». Para ello se necesita un gran consenso entre todas las regiones con un Plan Hidrológico Nacional.
Fresneda recordó que, en su día, se decidió que el agua fuera para el Levante, con un plan de regadíos, mientras que Castilla-La Mancha se quedaba como tierra de paso y puso como ejemplo que sea Valencia quien controle el pantano de Alarcón, en Cuenca. Para cambiar toda esta situación solicitó, «más que nunca», la solidaridad de todos los ciudadanos, y que se haga justicia con Castilla-La Mancha.
