Un viaje a la Guerra Civil en 50 fotos
Se ha puesto en marcha una ruta turística que acerca a los participantes a los escenarios en los que tuvo lugar la contienda
Si recorre el Casco Histórico y decide subir por la calle Cervantes, hacia el Arco de la Sangre y la plaza de Zocodover, una parada obligada en ese camino es el Museo de Santa Cruz y el convento de Santa Fe. En ese lugar, hace 80 años, en el año 1936, se instaló un cañón Schneider que fue traído desde la Dehesa de Pinedo , preparado para disparar a los defensores del Alcázar, que estaban apostados, en medio de barricadas, en lo que hoy conocemos como el bar «Enebro».
El Diario de Guerra de la época describe ese momento de la siguiente manera, tal y como lo describió el periodista ruso, Mijaíl Kolstov: «…Cubriéndose con el escudo, arrastrándose hacia adelante un cañón de 75 milímetros, empieza a tirar con tiro directo –mejor dicho a bocajarro- por debajo del arco que aún se mantenía en pie, a la semioscuridad, desde donde parte el fuego fascista. Esto permite evitar el fuego de barrera de abajo y trepar directamente hacia el edificio de la Academia militar…».
Este es uno de los episodios que se vivieron durante la Guerra Civil en Toledo y el asedio del Alcázar , una batalla que se saldó con cientos de muertos y dejó una ciudad completamente devastada por los enfrentamientos de los bandos enemigos. Y para recuperar esa parte de la historia se ha puesto en marcha una ruta turística, llamada « La Guerra Civil en Toledo », que acerca a los participantes a los escenarios en los que tuvo lugar la contienda.
La ruta, que surgió a finales de verano, gracias a la iniciativa de la asociación sin ánimo de lucro « Arqueoinstante» , integrada por un grupo de jóvenes miembros de Cota 667 y Toledo GCE , permite traer a través de 50 fotografías y montajes a los protagonistas de la batalla y los lugares que ocuparon durante los 71 días que duró el asedio.
Esta iniciativa cultural e histórica está promovida por cinco estudiantes de la Facultad de Humanidades de la UCLM — Carlos Vega, Inés del Castillo Bargueño, Ángel Crespo Fraguas, Miguel Ángel Díaz Moreno y Sergio Isabel Ludeña— , quienes pretenden acercar, teniendo en cuenta las dos visiones y de forma aséptica e imparcial, la realidad de un conflicto que marcó la vida de los militares, del Gobierno de la ciudad y de las familias que vivían en el verano de 1936, en el Casco Histórico y en Toledo.
Con una duración de dos horas, el recorrido comienza en la Plaza de Zocodover, donde los organizadores de la ruta describen cómo comenzó la sublevación militar, la d eclaración del Estado de Guerra y qué ocurrió en esos primeros días y horas de la toma del Alcázar. Los montajes permiten ver el edificio del Gobierno civil y la sección de Infantería, entre otro lugares.
«El público ha respondido a esta ruta y nos han apoyado desde el principio porque no saben realmente con lo que se van a encontrar», asegura Carlos Vega, uno de los integrantes de «Arqueoinstante» y promotor de los montajes fotográficos. «No solo se quedan sorprendidos, sino que las fotografías les transmiten ese momento y ven cómo ha cambiado o si se mantiene igual que en esa época», afirma para matizar que los asistentes se dan cuenta de que están «en el sitio donde hubo una guerra, hubo muertos, destrucción y mucha violencia».
Las paradas del conflicto
Tras Zocodover, la siguiente parada es la bajada del Miradero, desde donde se puede ver el hospital de Tavera y la Dehesa de Pinedo, ubicada en la carretera de Madrid y donde se situaba la artillería. En este punto, se incide en lo ocurrido en la primera semana, que fue muy importante en el asedio.
La ruta se dirige a la calle Santa Fe, donde los montajes permiten contemplar que estaba llena de barricadas. Además, se puede apreciar cómo el edificio del Gobierno Civil ha desaparecido, a un grupo de milicianos y enfermeros que transportan a los heridos hasta el convento de Santa Fe.
Los asistentes se dirigen hasta el Museo de Santa Cruz donde se contempla la fachada. Tras la explicación y, observando la fachada con detenimiento, todavía se pueden apreciar los impactos de bala de la época.
Tras esta visión, los asistentes vuelven sobre sus pasos y se dirigen a la céntrica plaza de Zocodover , para repasar con diferentes fotografías lo que estaba ocurriendo a finales de agosto de 1936. Ya se puede ver la destrucción del Alcázar y cómo han caído las torres.
El repaso histórico se detiene en la plaza de la Magdalena , para contemplar el edificio que albergó el Casino. Tras esta parada, la ruta sigue por la calle Juan Labrador, el Torreón del Alcázar, para cerrar el recorrido en el Corralillo de San Miguel, donde concluye este encuentro con el asedio del Alcázar y la Guerra Civil.
«Cuando finaliza el recorrido la gente tiene la sensación de conocer aspectos del conflicto que para ellos eran desconocidos. Y hay otras personas que no sabían absolutamente nada y descubren cosas nuevas. Es un viaje por los lugares que fueron escenarios de esta guerra y que a lo largo de estos años no han cambiado mucho», señala Carlos Vega , que anuncia que la asociación ya está pensando en nuevas rutas históricas, además de que la quieren ofrecer a los institutos y colegios de la provincia, especialmente dirigida a los alumnos de Bachillerato .