ALFILERITOS

CIEN DÍAS DE GOBIERNO

JOSÉ PONOS

Bueno, pues parece que ya han pasado cien días, más o menos tres meses, desde que el presidente de Castilla-La Mancha Emiliano García-Page tomó posesión del cargo y por lo tanto es el tiempo adecuado, nadie sabe por qué, para enjuiciar su labor política en este transcurso de tiempo. Lo de los cien días es corto periodo para saber si las cosas se han hecho bien, mal o regular, porque entre que inauguras el nuevo despacho, seleccionas a tu Ejecutivo, te vas enterando de cómo te han dejado las cuentas económicas los anteriores gobernantes, eliges a los que te ayudarán en el desempeño, te informas de las facturas sin pagar, las deudas existentes, y otros muchos etcéteras, pues los días pasan que es un primor y apenas puedes reunirte con instituciones varias para enterarte de sus problemas y tratar de remediarlos.

O sea, cien días es un suspiro para una evaluación del Gobierno entrante, que como es natural aprovecha la ideología contraria para transmitir que las cosas se hacen requetemal y que desde luego cuando ellos mandaban todo iba a pedir de boca.

Dicen los que saben de estas cuestiones que acelerar de entrada sin conocer el vehículo que conduces puede llevarte a un derrape importante, y por ello es más conveniente ir poco a poco, pisando firme, adentrándote en las cuestiones diversas con cautela, asesorándote del presente y futuro de las posibles decisiones que te corresponden asumir, y calmar a los impacientes para que aguanten un poco más ya que lo que importa es conocer sus propuestas y tratar de resolverlas de la mejor forma posible.

Por supuesto, el recién llegado y su Gobierno pretenden destacar en las tareas asumidas, faltaría más, y por lo tanto lo principal es saber y más tarde dominar el tema escabroso para remontarlo de la forma más inmediata. Para ello es necesario disponer de pros y contras, dominar las cuestiones sometidas a enjuiciamiento, y resolverlas con tacto y tiempo para que el perjuicio no tome protagonismo y todos salgan más o menos contentos del desenlace. Y los asuntos a tratar son muchos, las soluciones no están a la vuelta de la esquina, y de siempre los primeros cien días, por hablar de esa cita establecida, es un mero ejercicio de acelerado examen de conciencia que a nada conduce. Pero ahí está y conviene asumirlo.

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