Sanz abre las puertas de la Subdelegación a los problemas, ideas y propuestas de los toledanos

MARÍA SOLANO CONDE

El nuevo subdelegado del Gobierno en la provincia de Toledo, Fernando Sanz, evocó a Gómez Manrique, y tomó prestada su frase «Por los comunes provechos dejad los particulares». Es en esta frase del poeta prerrenacentista en la que basará su tarea, según anunció él mismo en su toma de posesión, celebrada ayer. El trabajo, la honestidad y la lealtad a los intereses generales de España y de la provincia son los valores que regirán su labor, como prometió en el discurso que pronunció tras jurar el cargo, con el objetivo último de «garantizar el bienestar de los ciudadanos y de las generaciones venideras».

El subdelegado del Gobierno compartió su compromiso de luchar contra los problemas de la provincia. El paro y la violencia machista son dos de las prioridades, aunque abrió las puertas de la Subdelegación «tanto a los que demanden una solución a sus problemas como a los que quieran aportar sus ideas y propuestas».

En su discurso agradeció la confianza que han depositado en él para el desempeño de esta función, y a la vez expresó el orgullo que siente por haber recibido esta nueva responsabilidad. En este sentido, destacó que le permitirá «crecer como persona», y recordó los más de diez años de experiencia que le avalan, en los que ha desempeñado distintos cometidos, desde funcionario de carrera a concejal en el Ayuntamiento de Toledo y secretario general del Sescam.

El subdelegado del Gobierno dijo entender su profesión como un servicio constante al interés general, con el objetivo de «mejorar la vida de los ciudadanos», impulsando en la provincia las medidas propuestas por el Gobierno central, pero sin «hipotecar a las generaciones futuras». Con todo, presagió que el futuro para la provincia es «esperanzador», y opinó al respecto que «ya empieza a brillar el sol».

En una referencia implícita al independentismo catalán, Fernando Sanz resaltó que la pluralidad es compatible con la unidad, e hizo un llamamiento a la cohesión de los toledanos, porque a su juicio cuanto mayor sea la unión, más fácil será también «el logro de los objetivos porque, como dice el dicho castellano, la unión hace la fuerza, aunque desgraciadamente algunos no piensen así».

El acto de investidura estuvo presidido por el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, que le había precedido en el cargo. Gregorio definió al subdelegado como un «aliado incondicional para trabajar por los toledanos», y ensalzó su «compromiso, responsabilidad y vocación de servicio».

Destacó asimismo la experiencia en el ámbito profesional y en política que ha acumulado a pesar de su juventud (36 años), y le recordó su misión de defender el bien común, los intereses de los ciudadanos y el «libre ejercicio de los derechos y libertades», a través de este órgano periférico de la administración del Estado. Coincidió con Fernando Sanz en que el empleo es la prioridad, como también lo es para el Gobierno de España, al igual que la creación de empresas.

Sanz abre las puertas de la Subdelegación a los problemas, ideas y propuestas de los toledanos

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