Toros
El Cid derrocha mucho arte en Madridejos
El Cid se erigió en el triunfador de la tarde. Aprovechó un lote lleno de nobleza que le permitió realizar dos faenas con temple, parsimonia y torería. Al primero le propinó un excelente quite por verónicas, rematadas con dos medias fabulosas, y su toreo en redondo rayó a gran altura.
El quinto se desgastó encelado con el caballo en la suerte de varas, pero tenía chispa y nobleza para dar y tomar, lo que permitió al maestro lucirse de nuevo en una faena plena de quietud y arte, aunque, tanto en una faena como en otra, se valió de la punta de la franela en muchos momentos.
El toledano Eugenio de Mora poco pudo hacer en su noble primero, con las fuerzas mermadas a causa de dos visibles cornadas en los cuartos traseros. En el cuarto, más bronco que el anterior, puso todo su empeño. Intentándolo por ambos pitones, cosechó pases meritorios pero sin continuidad. Como no era su tarde, De Mora incluso estuvo desafortunado con los aceros.
Pese a los trofeos conseguidos, la actuación del Fandi en ambos toros no pasó de discreta; con un toreo deslavazado y únicamente válido para la galería. Hay que destacar, eso sí, la suerte de banderillas, que el torero de Granada domina como pocos. Fue un punto a su favor, lo mismo que la estocada al sexto, para logar la puerta grande en compañía de El Cid.