ALFILERITOS
UNA CIUDAD LIMPIA
En líneas generales, Toledo es una ciudad limpia, aunque siempre existirán barriadas menos cuidadas sobre otros espacios urbanos. El Casco Histórico, por aquello de que significa el principal atractivo turístico de la capital, debe ser atendido de forma preferente, sin que esto quiera decir que hay que olvidar la geografía de otros rincones vecinales. Y mantener limpia una ciudad cuesta una aportación económica importante, que hasta el momento el Ayuntamiento asume sin grandes problemas.
Los alcaldes toledanos, sean del PP o PSOE, se han preocupado de cumplir con la obligación en estos menesteres, hasta me parece que la corporación municipal fue premiada con una «escoba de plata», que a nivel nacional nos daba sitio y lugar notable en estos asuntos. Por supuesto, siempre existirán rincones ocultos, calles apartadas y plazas escondidas que no signifiquen un ejemplo para lo que comentamos, pero esto siempre será así porque es imposible mantener en estado de revista la totalidad de una ciudad, por muy atractiva que sea tanto su monumentalidad como su historia.
Pero todo no se trata de limpiar calles y aceras, también hay que llevar la bayeta hasta bancos, papeleras y jardines. Existen en el casco histórico algunos parques donde el interesado no se puede sentar en los bancos del lugar al encontrarse al completo de detritus de palomas y pájaros, y también estos inconvenientes deben ser subsanados por el servicio correspondiente que se dedica a la limpieza municipal.
Y las papeleras tienes que ser adecentadas con cierta regularidad, aunque diariamente sean vaciadas, porque en las mismas quedan residuos que tienen que ser eliminados de forma concienzuda y jabonosa para que desaparezcan. Y así otros detalles que van marcando la escrupulosidad de un trabajo bien hecho.
Sin olvidar, por supuesto, que barriadas de fuera de murallas tienen los mismos derechos que el atractivo turístico del corazón de la ciudad, y por esto conviene un seguimiento que llegue hasta el punto más lejano del perímetro urbano.
Y todo esto puede llevarse a cabo sin muchas complicaciones, tan solo con recomendar a la autoridad correspondiente que tenga los ojos abiertos para eliminar lo perjudicial y continuar manteniendo el prestigio de esa «escoba de plata» que nos ganamos tiempo atrás.