La Virgen del Sagrario salió en procesión por las calles en 1961

SALVADOR RUIZ

El 15 de agosto de 1961, día de su festividad, la Virgen del Sagrario, patrona de Toledo, tan venerada por el pueblo toledano, a las siete de la tarde, después de los cultos del octavario en su honor, con su nuevo manto que los devotos le habían ofrendado, salía en procesión por la Puerta Llana de la catedral primada a los acordes del himno nacional que interpretaron las bandas de música del patronato musical y del Colegio Provincial.

Abría el cortejo mariano una escuela de batidores de la Guardia Civil. A continuación, la manga catedralicia, seguida de varios centenares de miembros de la Esclavitud de la Virgen del Sagrario, presididos por la junta directiva. Después, la imagen de la patrona, en su preciosa carroza, luciendo el espléndido manto que estrenaba y que llevaba prendida la medalla de la Ciudad Imperial, concedida el 10 de agosto de 1929 por la Corporación municipal que presidía Gregorio Ledesma. Seguía el Cabildo catedralicio; el obispo auxiliar, Anastasio Granados, y el cardenal primado, Enrique Pla y Deniel, con capa pluvial. A continuación, el gobernador civil interino, Diputación provincial y Ayuntamiento en corporación, presididos por el alcalde Luis Montemayor, que portaba el bastón de la Virgen del Sagrario como alcaldesa perpetua de la ciudad.

Con las calles abarrotadas de fieles que daban vítores a la Santísima Virgen, la procesión discurrió por Cardenal Cisneros, plaza del Ayuntamiento, Arco de Palacio, Hombre de Palo, Comercio y plaza de Zocodover, donde el recibimiento fue apoteósico. La imagen fue ubicada debajo del Arco de la Sangre y después de unas brillantes palabras del canónigo magistral primado, Filiberto Díez Pardo, regresó a la catedral por el mismo itinerario.

Días antes de la procesión, Julio San Román, presidente de la Esclavitud de la Virgen del Sagrario, decía: «El manto que estrena la Virgen del Sagrario viene a sustituir al robado durante la Guerra Civil y es un manto realizado gracias a las aportaciones de los toledanos y es digno de la reina y madre de los toledanos. Más si su riqueza material es considerable, ciertamente, el mayor es el tesoro espiritual que encierra, ya que en cada ofrenda se condensan y resumen los sacrificios, penurias y acción de gracias. Ha sido posible gracias al trabajo del canónigo obrero de la catedral, Juan Francisco Rivera Recio, y el cardenal primado».

Las madres adoratrices trabajaron durante un año en su confección y bordado, que tuvo un precio de un millón de pesetas. Fue bendecido el 12 de agosto por el cardenal primado en la capilla del palacio arzobispal, en presencia del canónigo obrero y la junta directiva de la Esclavitud de la Virgen del Sagrario. En la mañana del 14, las alumnas del Colegio de Doncellas vistieron a la imagen y la pusieron el manto nuevo, cumpliendo una tradición del siglo XVII, renovada por el cardenal primado Antonio Monescillo en 1894, que establecía «que manos de mujeres que no fueses doncellas tocasen a la sacra imagen y a sus vestiduras».

La Virgen del Sagrario salió en procesión por las calles en 1961

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