Cuando ni siquiera sabíamos cómo se escribía Indurain
Dos ediciones corrió y dos etapas ganó de la Vuelta a Toledo. Hoy estará en la ciudad para arropar a Bahamontes
![Cuando ni siquiera sabíamos cómo se escribía Indurain](https://s2.abcstatics.com/Media/201508/11/recorte--644x362.jpg)
Es muy probable que quienes en esos momentos le vieron atacar la cuesta que le lleva derechito a la plaza de Zocodover no fueran conscientes de que aquel altísimo navarro de 188 centímetros se convertiría, apenas unos años después, en el ciclista español con mejor palmarés de siempre. ¡Pero cómo saberlo si aquel pipiolo ni siquiera ganó la Vuelta Ciclista a Toledo !
Pongamos en antecedentes. Eusebio Unzué y José Miguel Echavarri , directores del Reynolds (antecedente del Banesto, ahora Movistar), descubren a un chavalín con posibilidades. En 1982 le reclutan para el equipo aficionado y un año después Miguel Indurain Larraya (Villaba, 1964) aparece entre los inscritos de la XVIII Vuelta a Toledo. Aquella edición de 1983 se disputa entre el 12 y el 15 de agosto y tiene cuatro etapas. Las dos primeras las gana al sprint Eugenio Herranz, del Reynolds . En la tercera, de 157 kilómetros entre Alcobendas y Quintanar de la Orden, también habrá sprint y también gana un «Reynolds», pero no es Herranz.
La crónica de esta tercera etapa se puede leer en la edición de «La Voz del Tajo» del 17 de agosto de 1983, publicada unos días después de la carrera: «El tiempo entre los escapados es mínimo... pero nada tienen que hacer porque a Quintanar se llegaría en pelotón disputando el sprint el «Reynolds» Indurain y José Luis Navarro, del Caja Madrid. El sprint es muy largo y emocionante, en los últimos cincuenta metros el ‘Reynolds’ deja clavado y Navarro que no aguanta el tirón de su oponente, a 14 segundos el paquete, donde viaja el líder Herranz».
Efectivamante, Indurain ha ganado la etapa, aunque una idea de lo poco conocido que entonces era el navarro es el titular que ilustra la crónica: «Indirain en vencedor». Sí, Indirain; no Indurain. Un error ortográfico que, además, se repite en la clasificación general de las metas volantes, en la que Miguel finaliza tercero. Al término de esa etapa, «El vencedor comentaba: Me ha salido como pensaba: si me mantenía en el pelotón, atacar a lo último y me ha salido bien. Mañana es la etapa decisiva y aunque me sacan cinco minutos trataremos de desbancar al líder». Lo cual no ocurrió, ya que Indurain ni siquiera terminó la general entre los 20 primeros.
Un año después, en 1984, Miguel Indurain vuelve a correr la Vuelta a Toledo. Es un ciclista más hecho, viene de participar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y el 1 de septiembre, unas semanas después de la carrera toledana, pasaría a ser profesional. La XIX Vuelta a Toledo se disputa otra vez entre el 12 y el 15 de agosto y tiene cuatro etapas, la última de 159 kilómetros entre Talavera de la Reina y la plaza de Zocodover de la Ciudad Imperial. Otra vez la hemeroteca de «La Voz del Tajo» informa: «En la llegada se adelanta Miguel Indurain que pasa el primero por línea de meta, pero la ventaja sobre Pacheco es solo de 15 segundos, por lo que no puede quitarle el maillot de líder». Indurain ganó su segunda etapa en Toledo, pero en la general de 1984 «solo» fue cuarto, a un minuto y tres segundos del vencedor.
31 años después de aquello, Indurain vuelve a Toledo para arropar a Federico Martín Bahamontes en el cierre de la L Vuelta a Toledo.
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